Norberto Amaya Aquino 8 de agosto de 2012
Después de cumplir tareas y compromisos de trabajo, reinicio con ustedes mi colaboración, en este espacio que gentilmente me abrió sus puertas y que unos cuantos lectores coinciden o disienten de lo que escribo. Han pasado días de polémica y siguen semanas de enfrentamiento político en México, cada uno de nosotros defiende posiciones y señala irregularidades o afina defensas y ataques, en función del papel jugado en el marco del proceso electoral del 1 de julio. A final de cuentas, hoy como en 2006, estamos inmersos en una fuerte discusión sobre la "democracia del dinero .
Señalan los clásicos de la política, que cuando a una crisis del sistema, se agrega una crisis económica, entonces habría que revisar el funcionamiento de las estructuras y la solidez de sus instituciones. Precisamente eso es lo que está sucediendo en nuestro país, esto es, nadie pude negar, a pesar de lo que diga el gobierno federal, que vivimos una grave situación en las ciudades y el campo y que la persistencia en mantener una presunta estabilidad macroéconomica y el libre comercio apegado al neoliberalismo nos está llevando al desastre nacional.
Recientemente se ha registrado un fuerte incremento en los productos alimenticios de consumo básico ( tortilla, maíz, frijol, legúmbres, etc.), pero también en insumos necesarios ( gas, luz, gasolina, calzado, ropa ) y en servicios ( transporte , entre otros) a lo que se agrega el endeudamiento de millones de familias, ya sea a través de las casas de préstamo o de empeño o por medio de la banca usurera vía tarjetas de crédito y pago de intereses altísimos. Hay que señalar que las ganancias de la banca en México superan en mucho a sus matrices extranjeras y no se ha querido regular la actuación bancaria. El sistema de especulación y tiendas de raya han sustituido a la banca de desarrollo, al crédito a la producción y el salario ha sido totalmente despedazado.
A lo anterior se suma el control monopólico de la economía mexicana, la entrega de el subsuelo a empresas extranjeras, el control de radio y televisión y también de las redes de telefonía, a lo cual se suma el crecimiento territorial y de ganancias de las cadenas comerciales y las tiendas departamentales, en agravio de millones de pequeños negocios, empresas familiares y talleres, que han sido llevados a la quiebra y en consecuencia se han arruinado las economías locales y se deteriora gravemente la producción de pequeñas y medianas empresas. El caso del campo mexicano es un ejemplo de la miseria a que estamos siendo conducidos por la irresponsable política económica de los últimos gobiernos del PRIAN, tan sólo basta señalar que México incremento sus importaciones e maíz, huevo, pollo y carne, pero también de gasolinas y derivados ( alza de precios ) dependiendo cada vez más de los Estados Unidos del Norte, quienes por cierto están regresando a miles de mexicanos que ahí trabajaban y aplicando agresivas políticas contra los migrantes en general, que van desde la violencia generalizada y la discriminación a la explotación laboral más ruín que en todo se parece al esclavismo.
Algunos se espantan cuando les digo que esto nos va a llevar a una explosión social de la que no vamos a salir bien, otros me señalan que la salida es el respeto a las actuales instituciones y el diálogo con los poderosos. Yo les respondo que sistema que no cambia es un sistema condenado a desaparecer, ya sea por la movilización de el 99 por ciento de quienes integran esa sociedad o por una insurrección cívica que haga posible la construcción de otro pacto social y la integración de la cuarta República. A lo anterior agrego, que la "partidocracia" y las actuales élites de poder no entienden el momento difícil que vive México, que pretenden seguir en una dinámica que es la de las " familias " del poder ( se ven en su espejo ) pero agrede y humilla a las mayoría sociales, desencantadas del no respeto al voto, de la falta de acceso al empleo , educación o salud, sólo por mencionar algunos, pero sobre todo por el cansancio de la imposición de una Política Económica que en la práctica ha fracasado.
Hoy, seamos claro, o vamos entendiendo que las reglas del juego ya no sirven y que hay una enorme irritación social o preparemosnos para lo peor, la miseria no puede ser el signo de millones de familias mexicanas y mucho menos se puede permitir que el uno por ciento de la población este por encima de las necesidades el 99 por ciento restante. Comparto con Hegel la dialéctica y el cambio constante, pero hay otros que se aferran a conservar privilegios y por ello estamos a un paso de la eclosión social . Hoy por La Brecha de la crisis andamos pero con la resistencia cívica encontramos.
P.D. Se nos fue Chavela Vargas, algún día con ella nos vamos a encontrar, por lo mientras digo : " Ponme la mano aquí Macorina, ponme la mano aquí...en mi corazón a la izquierda. Mail. nor.amaya@live.com.mx Twetter: @AMAYASI .
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