A falta de contrapesos, bueno es el Inegi | Víctor M. Quintana S.

PL HOMELESS (Photo credit: Prometeo Lucero [aka Prom])

A falta de contrapesos, bueno es el Inegi | Opinion | Diario.com.mx:

Víctor M. Quintana S.
Analista político | 24-08-2012 | 23:06
 


Tanto humo, tanto ruido, tantas nueces vanas, tantas cuestiones pendientes dejó la reunión de senadoras y senadores electos del PRI en esta entidad, que se corre el riesgo de que no se ponderen de manera suficiente los datos duros sobre homicidios que acaba de proporcionar el Inegi.

La información de la máxima instancia de estadística de este país es demoledora: en primer lugar, por el total de asesinatos dolosos cometidos en este país entre 2005 y 2010, tanto en números absolutos, por entidad federativa, como por cada cien mil habitantes. La cifra asciende a 116 mil 005 homicidios para todo el país en ese lapso. Ahora bien, si nos circunscribimos al gobierno de Calderón y al período de la “guerra al narcotráfico”, de enero de 2007 a la fecha, resulta que la ofensiva bélica calderonista ha significado 95 mil 632 homicidios para la nación. Ese es el terrible saldo de una guerra fracasada, según los analistas nacionales y extranjeros más respetados.



Sin embargo, lo que más debe llamarnos la atención es que, a contrapunto de las declaraciones y rechazos del gobernador del estado, la información del Inegi sobre los homicidios en Chihuahua es por demás contundente: de 2007 a 2011 se perpetraron 17 mil 699 homicidios. Si nos ponemos más precisos y sólo contamos de 2008, fecha en que se iniciaron los tristemente famosos “operativos conjuntos”, la cifra prácticamente permanece igual: 17 mil 182 asesinatos. Somos, definitivamente, la entidad en la que ha habido más homicidios en números absolutos en este país. Nos sigue el Estado de

México –sí, el gobernado todos esos años por Peña Nieto– con un poco más de la mitad: 9 mil 401 asesinatos.

Ahora bien, si nos vamos a los números relativos y tomamos en cuenta el número de homicidios por cada cien mil habitantes, Chihuahua sigue figurando en primerísimo lugar, pues desde 2008 ocupa esa posición con 78 homicidios por cada cien mil habitantes; 109 en 2009 y una espantosa cifra de 188 en el 2010.

Podrá decir el gobierno estatal que en 2011, el primer año completo de la actual administración, las cifras de homicidios bajaron. Sí, pero muy relativamente, pues aún superamos por mucho a todas las entidades federativas, a los promedios nacionales y a las cifras de 2009 y años anteriores.

En efecto, en números absolutos en 2011 hubo “sólo” 4 mil 502 homicidios, menos que la terrible cifra de 6 mil 407 en 2010, pero mucho más que los 3 mil 671 de 2009. En números relativos, en 2011 tuvimos 131 homicidios por cada cien mil habitantes, superando por cinco veces y media el promedio nacional, que fue de 24, mayor también que el promedio estatal de 2009 que fue de 109, casi el doble del estado que nos siguió en 2011, Sinaloa que tuvo 71. Esto es lo cuantitativo, pero recientes acontecimientos nos muestran que la inseguridad sigue imperando en el estado de Chihuahua y el crimen sigue haciendo de las suyas.

Por sólo mencionar lo ocurrido en los últimos días: la renuncia masiva de la policía municipal de Guadalupe y Calvo; la matanza en una pizzería de Parral, las diarias ejecuciones en la capital del estado y en la asolada región centro-sur; la petición de asilo a los Estados Unidos por parte de 20 integrantes de la familia Porras de Villa Ahumada, luego del asesinato de dos de sus miembros por extorsionadores y sicarios de la región; el dominio total de la policía de algunos municipios por parte de criminales…etc. y más etcéteras marcados en rojo.

Entonces, ¿qué sentido tiene hacer supuestas demostraciones de fuerza trayéndose aparatosas sesiones como la de los senadores electos del PRI, cuyo ascenso al poder está también lleno de sombras? ¿Por qué alardear de la influencia sobre Calderón cuando fue el seguimiento de la estrategia de él lo que hundió más al estado en sangre, como lo muestran las cifras anteriores?

A pesar de todas las declaraciones, desplantes y denostaciones, Chihuahua no ha superado el marasmo. Y a falta de contrapesos efectivos en el Congreso, y de espacios donde se exprese la voz crítica de la sociedad civil, buenos y con poco margen de cuestionamiento resultan los datos del Inegi.


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