3 de julio de 2012

Televisa, 2 de julio... PROCESO

JENARO VILLAMIL
2012-07-02 17:28:32 · COMENTARIOS DESACTIVADOS
ELECCIONES 2012
El 20 de junio les llegó a los trabajadores  de Televisa Chapultepec un correo electrónico del área de recursos humanos para advertirles: “…debido a las elecciones del próximo domingo 1 de julio, Televisa tomará medidas preventivas por si el lunes 2 de julio la empresa está cercada”.
En el mensaje interno, cuya copia obtuvo Proceso, se les pide a todos los “estimados ejecutivos” que entre el personal de su área identifiquen a tres grupos de personas: “1.- La gente que no es necesario que se presente (que pueda trabajar desde su casa). 2.- La gente que puede trabajar en algún lugar alterno a las instalaciones de Chapultepec. 3.- La gente que forzosamente tenga que entrar a trabajar al edificio”.

El correo remata: “Es necesario contar con esas listas hoy mismo, por lo que mucho les agradeceré la envíen lo antes posible”.



No es para menos. Desde la irrupción del movimiento #YoSoy132 las instalaciones de la empresa en la avenida Chapultepec, donde se graban buena parte de los noticiarios y programas informativos, han sido el eje de las protestas de los jóvenes universitarios. “Teleidiotiza”, “Apaga la tele, prende la computadora”, son algunas de las consignas que le han gritado a la empresa de Emilio Azcárraga Jean.

La identificación del consorcio mediático más grande del país con la candidatura de Enrique Peña Nieto también ha generado un escándalo en medios internacionales. El periódico británico The Guardian publicó antes de que terminaran las campañas electorales una serie de reportajes para documentar los convenios publicitarios ocultos y la “contabilidad creativa” de Televisa con el candidato presidencial del PRI.

La reacción de la empresa ha sido visceral. Le exigió a The Guardian una “disculpa pública” y hasta se dio el lujo de dictaminar que los reportajes de su corresponsal Jo Tuckman carecen de “rigor periodístico”.

El periódico estadunidense The Wall Street Journal, especializado en finanzas, prepara una serie de reportajes para documentar la  relación que Proceso dio a conocer originalmente el 23 de octubre de 2005, en su edición 1512.

El personaje más polémico de esta historia es el vicepresidente de Comercialización de la empresa, Alejandro Quintero Íñiguez, accionista también de TV Promo y de Grupo Radar, empresas “pantalla” que han servido para triangular los millonarios recursos de los convenios firmados desde 2005 entre Grupo Televisa y el equipo de Peña Nieto.

Desde principios de año, los rumores sobre el cambio de Alejandro Quintero en la vicepresidencia del consorcio se incrementaron. Este personaje, que no forma parte del núcleo directivo conocido como “Los Cuatro Fantásticos” (Emilio Azcárraga Jean y sus amigos y vicepresidentes Alfonso de Angoitia, Bernardo Gómez y José Bastón), se ha convertido en el centro de la polémica.

Se  sospecha que la triangulación de la venta de espacios informativos para promover políticamente a Peña Nieto y a otros “clientes estelares” del Grupo Televisa, ha generado un profundo malestar entre los inversionistas bursátiles en Estados Unidos. Si la SEC (autoridad bursátil de ese país) inicia una investigación contra Quintero y TV Promo, las ganancias millonarias del Grupo Televisa en la promoción de Peña Nieto pueden provocar una crisis en los planes de expansión de la empresa en Estados Unidos, sobre todo en Univisión, la mayor cadena televisiva de habla hispana de aquel país y en la cual Azcárraga Jean aspira a tener una mayor inversión.

Los cambios en Televisa coincidirán con el resultado poselectoral, pero también con el reciente litigio fiscal que perdió ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Por mayoría de cuatro votos, los ministros le negaron un amparo al Grupo Televisa, que tendrá que pagar al Sistema de Administración Tributaria (SAT) un crédito fiscal de 91.7 millones de pesos que data de 2006.

El SAT determinó que en 2006 Televisa omitió pagar 29.6 millones de pesos por Impuesto Sobre la Renta en 1999. Esta cantidad se elevó a 91.7 millones de pesos al sumársele actualizaciones (38.8 millones de pesos) y una multa por 14.8 millones de pesos.

Un litigio más complicado le espera a Televisa por deudas fiscales. Ante el Tribunal Fiscal de Justicia Fiscal y Administrativa se ventila otra demanda del SAT para que la empresa de Azcárraga pague 3 mil 334 millones de pesos por la supuesta deducción ilegal de una pérdida fiscal correspondiente a una empresa filial.



Las últimas ganancias



A pesar de las protestas y la polémica generada en torno a la triangulación de  fondos a través de TV Promo y Radar, Alejandro Quintero continuó operando en la campaña de Peña Nieto a través del productor Pedro Torres y su empresa, conocida como El Mall.

En las oficinas de El Mall la asesoría para Peña Nieto tuvo un nombre clave durante la campaña: Proyecto Jaime. Durante meses Pedro Torres, dueño de MediaMates y brazo derecho de Alejandro Quintero, trabajó junto con la publicista Ana María Olabuenaga en la producción de spots, asesoría en redes sociales y discursos del mexiquense.

Durante los dos primeros meses de la campaña El Mall trabajó simultáneamente para Peña Nieto y para la panista Josefina Vázquez Mota, según confirmaron a Proceso trabajadores involucrados en el proyecto. El ganador en este intenso mercadeo de la imagen televisiva es el consorcio que ha permitido el crecimiento de El Mall y de MediaMates: el Grupo Televisa.

Pedro Torres fue el productor estelar del reality show de Televisa, Big Brother; de la teleserie El Equipo, con cargo a la Secretaría de Seguridad Pública; de los carísimos spots de Estrellas del Bicentenario, con cargo a los estados; del V Informe de Gobierno de Enrique Peña Nieto en el Estado de México y hasta del video de la boda de Peña con la actriz Angélica Rivera, La Gaviota.

Uno de los secretos del Proyecto Jaime es que no debió dejar huella fiscal ni contable. No hay facturas, no hay contratos. El dinero se manejó en efectivo, según informes internos. Algunos calculan que tan sólo en la producción de spots promocionales y de “guerra sucia” (o “campaña de contraste”, como prefieren llamarla) el equipo peñista gastó más de 200 millones de pesos en dos meses.

Otra clave del Proyecto Jaime es que quien aprueba finalmente los videos y los mensajes en redes sociales es Alejandro Quintero, quien tuvo en las oficinas de El Mall a una de sus asistentes supervisando directamente los contenidos de los mensajes para Peña Nieto.

Otro personaje que frecuentó las instalaciones secretas de El Mall, habilitadas exprofeso para el Proyecto Jaime, fue Luis Videgaray, el coordinador general de la campaña de Peña Nieto.

Trabajadores de MediaMates confirmaron que Videgaray supervisó algunos mensajes y spots de la reciente “guerra sucia” contra López Obrador, incluyendo el rumor de que “el peso se devalúa” si el candidato perredista asciende en las encuestas.

El vínculo con el Grupo Televisa fue muy claro. Un domingo antes de que Peña Nieto asistiera al programa Tercer Grado, mercadólogos y consultores argentinos se reunieron con Olabuenaga para ensayar las posibles respuestas y escenarios por contrarrestar en el programa, a cargo de los conductores estelares de los noticiarios del Grupo Televisa.

Otro trabajador cercano a Pedro Torres, Omar Catalán, trabajó en la producción audiovisual de Gabriel Quadri, el candidato del Panal.

Todo quedó en familia para Televisa. El dinero, la información, la contrapropaganda, los spots y por supuesto el proyecto político. Ahora, gane o pierda Peña Nieto el 1 de julio, los directivos de la empresa saben que tendrán que aplicar un severo “control de daños”.

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