Pide ver a AMLO 'de cerquitas'
Mayo 26, 2012
Por Ricardo Gómez
11:07
ZIHUATANEJO, Gro.- La Costa Grande de Guerrero recibe a Andrés Manuel López Obrador, quien al final del mitin atrapa una pelota de beisbol que cruza el aire entre la multitud.
Podría ser el tercer out, una especie de 1 de julio adelantado: el candidato de la izquierda avienta la pelota hacia arriba y en milésimas de segundo compone la mano para cacharla con destreza, ante el aplauso de su gente.
Singular plaza. Frente a la cancha principal la gente atiborra las terrazas de bares y hoteles, y desde ahí siguen puntuales el mitin.
Detrás del templete, lancheros escuchan la arenga sentados entre la arena y las rocas que baña este mar guerrerense.
Con la espalda empapada por el calor, López Obrador pide a los lugareños morder la carnada, pero no el anzuelo, es decir si les dan algo, agárrenlo, pero voten por la izquierda, por el movimiento que encabeza. Sabiduría popular en una tierra de pescadores.
El movimiento #YoSoy132 de jóvenes vuelve a tener reflectores y forma parte importante en el mitin.“En 1968 yosoy#68 ahora #yosoy132” dice una pancarta, mientras con sirenas y porras los jóvenes tratan de hacerse sentir, de hacerse ver, tanto que varias veces interrumpen al candidato. “Si los de abajo nos movemos, los de arriba se caen”, muestra otra joven.
Esa juventud contrasta con algunos cuadros del PRD en el templete ya muy vistos, como el ex alcalde de Acapulco, Félix Salgado Macedonio, quien alguna vez fue grabado en estado de ebriedad agrediendo policías en el Distrito Federal; o la esposa de René Bejarano, Dolores Padierna, hoy secretaria general del partido, quien llega tarde al mitin de su candidato presidencial.
La petición de la señora ya entrada en años es tajante: “quiero ver al candidato de cerquitas”. La octagenaria mujer camina con paso cansado a unos metros del templete, apoyada por la seguridad del tabasqueño.
Son minutos que parecen años. Cuando se aleja suspira un “ahora ya me puedo morir”, mientras la multitud se entrega con vítores y porras a su líder.
Al pie de la cuesta, López Obrador deja un mensaje para los que gustan de leer: “Amor con amor se paga” recuerda la obra de José Martí, mientras la añosa mujer busca salir ayudada para no caerse, aunque eso es lo de menos, porque ya se puede morir… ya vio a su candidato.
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