28 de noviembre de 2011

INDICE POLÍTICO: Yunes, ¿el anónimo?

Yunes, ¿el anónimo?:
Que se cuide Felipe Calderón. Sí, que se cuide y se proteja. Que se encomiende a Dios y a María Santísima. Que vaya preparando una estrategia de salida, porque… Cuando deje de ocupar Los Pinos –¡ya sólo faltan 367 laaargos días!– los peores ataques a su persona y a sus dizque políticas no provendrán de sus opositores ni de sus críticos, sino de muchos de quienes ahora lo rodean y, ¿naturaleza humana?, lo van a repudiar.

Anote usted, segurito, segurito, a Miguel Ángel Yunes en primer término. Su biografía política y sus acciones recientes lo ubican cual campeón indiscutible en el nada envidiable papel del perro nada agradecido: aquél que muerde la mano de quien le da de comer.




Recapitulando brevemente, Yunes ha mordido la mano de Elba Esther Gordillo… de Roberto Madrazo… de Humberto Lugo Gil… de Patricio Chirinos… de Fidel Herrera… y de una larga fila de personajes que, en su momento, lo ayudaron, apoyaron e impulsaron para después, al paso de los años, toparse no sólo con su ingratitud, incluso con su rabia y rencor. En cualquier hemeroteca hay infinidad de informaciones y artículos que acreditan lo anterior.

Así las cosas, desde el fin de semana, Felipe Calderón ha ingresado a ese grupo. El conformado por aquellos que desatan la inquina del derrotado candidato al gobierno de Veracruz, quien ha perdido la muy rentable po$ición que es el ISSSTE, al ser destituido –destituido, sí– su títere Jesús Villalobos, a quien heredó el cargo no sólo para cuidarle las espaldas, incluso para continuar saqueando a la institución. Ya no más. Por eso, sólo por eso, llegado el momento, el siempre resentido Yunes se la va a cobrar a Calderón.

Siempre enfadado por esos sus inmensos rencores –que, además, ha heredado a sus vástagos reconocidos–, el veracruzano forma ahora parte del equipo de apoyo, desde las sombras donde se mueve bien, del aspirante panista a la Presidencia Ernesto Cordero. Se dice que es para éste y todavía para Calderón que tiene montado un sofisticado y caro equipo de espionaje –por los rumbos de Huixquilucan, cerca de la Secretaría de la Defensa Nacional–, desde donde se dedica a hacer “travesuras”: la clásica escucha y grabación de llamadas telefónicas, intervención de comunicaciones electrónicas (correos, a qué páginas acceden sus espiados) y, por supuesto, a la elaboración de “materiales” que encajan en la categoría de FUD (fear, uncertainty and doubt; en español: miedo, incertidumbre y duda), que dice la Wikipedia es una de las estrategias con las que se intenta desacreditar a los oponentes o contrarios, diseminando información negativa, vaga o sesgada, lo mismo en terrenos comerciales que políticos.

Y para mí, lo mismo que para muchos a quienes he preguntado sobre el tema, Miguel Ángel Yunes Linares puede ser quien está detrás de los ataques que, a-pa-ren-te-men-te, ha desatado el grupo internacional Anonymous, ¡en contra de aquellos a los que considera enemigos! Nadie más. Sólo a ellos. Como si no hubiese otras muchas cosas qué denunciar.

Trucar a Anonymous y “subir” a la red esos videos es cosa de niños. Basta sobreponer el discurso con el que se desea atacar y desprestigiar a la conocida imagen del personaje con una máscara de Guy Fawkes. Sólo eso.

Otro recuento:

Víctimas de este supuesto Anonymous en los últimos meses han sido Fidel Herrera, claro, pero también el secretario general del gobierno que encabeza Javier Duarte, Gerardo Buganza, quien le dio la pelea a Yunes por la candidatura panista veracruzana y, tras abandonar las filas del PAN, se sumó a la de quien resultó triunfante.

Hace quince días, hackeó la página electrónica del Partido Nueva Alianza…

Este fin de semana, cual blanco de sus enfermizas fobias, la maestra Gordillo en supuesta conversación con el dirigente Nacional del PRI, Humberto Moreira…

¿Anónimo? ¿Yunes?

Sí. Lo más probable.

Va dejando huellas dactilares ensangrentadas por doquier.

Su rencor es tan grande como su torpeza.

Por eso, ¡que se cuide Calderón!

Seguro Yunes ya lo tiene puesto en la mira.

Porque, eso de quitarle “su” ISSSTE no se lo va a perdonar.


Índice Flamígero: Todo el viernes fue dedicado por Miguel Ángel Yunes a buscar “protección” para tres personajes, tres. Sólo para tres. Para quien venía fungiendo como segundo de a bordo del ISSSTE, Luis Felipe Castro, quien necesita lo blinden tras su de$a$tro$so paso por el área de tiendas y farmacias. Castro era secretario particular del entonces titular de Seguridad Pública Federal, Ramón Martín Huerta, cuando aquel otro “helicopterazo” al que Yunes fue el primero en llegar. Otro, el padre putativo del veracruzano, Manuel Muñoz Gánem, director Administrativo y encargado de la recolecta de recursos producto de los “bisnes” y de la amañada distribución de medicamentos. Y una tercera, la directora jurídica, Edna Barba Lara con quien, se afirma, el derrotado candidato del PAN mantuvo una relación sentimental.



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