2 de septiembre de 2011

LA JORNADA: Financial Times cuestiona los negocios de Suárez Coppel - Enrique Galván Ochoa


Dinero

IFE: ¿volarse la barda o robo de base?

Los quesos del panismo

Financial Times cuestiona los negocios de Suárez Coppel
Enrique Galván Ochoa
¿V

olada de barda o robo de base? En una entrevista con Tv Azteca el presidente Calderón calificó de jonrón la petición por casi 16 mil millones de pesos de la alta burocracia del IFE como presupuesto para 2012. Más bien parece robo… y no sólo de base. Tenemos un problema: en vísperas de que arranque formalmente la campaña presidencial –informalmente comenzó hace mucho tiempo– el instituto que encabeza Leonardo Valdés Zurita carece de autoridad moral. En vez de acreditarse ante la opinión pública se ha desprestigiado. La incógnita es si podrá conducir el complejo proceso electoral que se avecina. Se supone que es un organismo que debería organizar a los ciudadanos para que lleven a cabo los procesos electorales. Lejos de eso, se ha convertido en un aparato burocrático con una incontrolable inclinación por el dinero. El primer escándalo fue su intento de asignar salarios a los consejeros iguales a los de los ministros de la Suprema Corte –que ya de por sí son mayores a los de la Suprema Corte de Estados Unidos. Luego el contralor Gregorio Guerrero Pozas pilló a Valdés Zurita con un cochinito inmobiliario de 348 millones de pesos, cuyo propósito –según el presidente del IFE– era adquirir inmuebles para dejar de pagar alquileres. Y ahora quiere robarse la base en este espectacular juego de dinero –no sólo volarse la barda, como dice Calderón– solicitando al Congreso un presupuesto de casi 16 mil millones de pesos. Destituir a los consejeros resulta impensable, conllevaría una sacudida política de alcances impredecibles, pero dejarlos en su cargo sólo significará posponer la sacudida.

Partiendo el queso

¿Ustedes creen que el dinero que recibía de algunos casinos de Monterrey Jonás Larrazabal –el hermano del presidente municipal panista y ex aspirante a gobernador– eran pagos por la entrega de quesos de Oaxaca? Yo tampoco. En cambio, sí pudiera ser sostenible la sospecha de que cobrara algún tipo de protección –por cuenta propia e incluso en complicidad con su hermano, el alcalde Fernando Larrazabal. Una pregunta produce punzada en el estómago: ¿el casino Royale fue incendiado porque dejó de comprar queso o porque no lo pagó?

Cuestionan los negocios de Suárez Coppel

En otro asunto raro de los que suceden estos días, el diario londinense Financial Times se pregunta qué razón impulsa a Pemex, el socio industrial más antiguo de Repsol, a actuar ahora de manera agresiva, ya que, a su juicio, “difícilmente se encuentra en posición de ejercer mucha autoridad en Madrid”. Se refiere a la decisión del director de Pemex, Juan José Suárez Coppel, de sindicar sus derechos de voto con la firma Sacyr Vallehermoso, de la cual es principal accionista su amigo Luis del Rivero. La idea es ayudarle a éste a desbancar del control de Repsol a otro empresario español, Antonio Brufau, con quien Del Rivero mantiene una añeja rivalidad. “Los accionistas deberían tener cuidado, puesto que amenaza con abrir un periodo de agitación en la compañía”, advierte el Financial Times en un artículo de opinión en su Lex Column. Pues tampoco en México conocemos cabalmente las intenciones de Suárez Coppel en el partido que está jugando con nuestras canicas. Acabamos de conocer, por el propio Suárez Coppel, que Pemex tuvo que pedir dinero prestado con la finalidad de apoyar a su amigo Luis del Rivero. Hubo un efecto inmediato: las acciones de Sacyr Vallehermoso subieron de valor. Eso significa que alguien ganó mucho dinero. La incógnita –como les decía ayer– es en cuál bolsillo quedó.

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