Notimex
El asesinato de las reporteras María Marcela Yarce Viveros y Rocío González Trápaga, cuyos cuerpos fueron encontrados esta mañana en la delegación Iztapalapa, en la Ciudad de México, es una muestra de que la violencia alcanzó al sector periodístico, así lo consideró Miguel Badillo, director de la revista Contralínea. De acuerdo con el directivo editorial, en la publicación sólo trabajaba María Marcela Yarce Viveros. En tanto, Rocío González Trápaga laboró como reportera para Televisa. Respecto al asesinato, Badillo lo calificó como un crimen con gran saña, que se hizo contra las dos compañeras y reveló que se tuvo contacto con ambas ayer por la noche y hoy por la mañana llamaron sus familiares preguntando por ellas porque no habían llegado a sus domicilios. De inmediato inició la búsqueda hasta encontrarlas en un jarín de la demercación, maniatadas y asfixiadas.
¡AMLO 2012!
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