Del tráfico de adolescentes que llegan desde África para trabajar en burdeles españoles y que son expulsadas años después para morir en el desierto cuando intentan volver a casa. El mundo real en un cable de WikiLeaks que forma parte del último lanzamiento de la organización que ha sacudido las conciencias y las calles.
Aunque en el búnker de los miedosos, instalados y satisfechos se haya evitado mantener el foco en las revelaciones de WikiLeaks del pasado otoño que dejaban intuir que en Afganistán los estadounidenses protegen a los gobernantes corruptos cuando se llevan los millones del blanqueo de la droga a Dubai. Tanto era lo que allí ingresaban que hicieron tambalearse un poco más la economía global…
¿Qué más necesitan los aliados para darse cuenta que el gobierno de Afganistán no merece nuestro apoyo?
Se preguntaron algunos analistas. Y es que Afganistán con los aliados se ha consolidado como el gran abastecedor mundial de la droga. Así que los 52 millones que llevaba en la maleta el Vicepresidente de Afganistán era una propina que la DEA le dejó llevarse e ingresar.
Pero el narco sigue siendo un tema tabú o difícil para el cuarto poder. No hay editor que soporte a un Saviano en su redacción. Alguna vez he escuchado que uno de los grandes legados de las revelaciones de WikiLeaks será romper el tabú político, después del mediático, de la “droga” (intereses/prohibición/legalización). El quinto poder en acción donde el cuarto se ha hecho partícipe aventajado y entusiasta de la “dimisión de poderes” por decisión de los grandes editores de papel y televisión.
El propio número dos de Assange, el fiel Kristinn Hrafnsson, fue despedido de la televisión pública de Islandia cuando se empecinó en investigar y dar a conocer la corrupción en su país. Islandia tenía un problema con los bancos. El valiente Kristinn lo tuvo con su “editor” y el poder político de su país. Ahora las cosas han cambiado y el problema lo tienen con los ciudadanos, que se levantaron indignados para impulsar un nuevo proceso constituyente y hacer justicia.
El jueves, en una conferencia en México, el propio Kristinn contó que WikiLeaks ha puesto en evidencia como se violan las reglas en los medios. Assange no es menos contundente. La razón última de la publicación de cerca de 100.000 cables sin pactos o exclusivas con los medios es la consternación y frustración que sienten en WikiLeaks por unos medios que, según ellos, no dan relevancia a ciertos asuntos (sobre todo las televisiones) o no investigan lo suficiente a partir de las inquietantes pista que les sirve WikiLeaks.
La reunión de McCain con uno de los dictadores más sanguinarios
En la última filtración masiva que nos ofrece WikiLeaks no faltan varios episodios que sacan a la luz la hipocresía de los políticos. Por ejemplo un cable detalla la reunión celebrada en agosto de 2009 entre Muammar Gadafi y John McCain. El candidato presidencial que fracasó ante Obama ha calificado estos días al libio como “uno de los dictadores más sanguinarios de la Tierra”, pero entonces se mostraba encantador y le ofrecía desbloquear la entrega de ocho aviones con la misma naturalidad que por un millón de dólares Beyonce, Mariah Carey o Bon Jovi le entretenían en la jaima.
WikiLeaks, en fin, ha hecho un llamamiento a los internautas para participar activamente en el análisis de los miles de documentos que ha publicado esta semana. Cualquier noticia, pista o dato de interés se recomienda publicarla en Twitter con el hashtag #wlfind
Redacción global y colaborativa a la búsqueda de claves y pistas ocultas del poder. Los mejores sabuesos del periodismo de verdad también consultan el canal abierto por Assange en Twitter. Por ejemplo el veterano y reconocido periodista que investiga la tapadera mediática de la que se sirven en algunos países los servicios secretos para hacer escuchas ilegales.
En el nuevo capítulo español de esta nueva entrega del cablegate global es interesante leer unos de los informes sobre el previsible y ¿deseado? “declive” de Izquierda Unida (fechado en 2004) con referencias al sistema electoral español que perjudica a los partidos pequeños “dándoles menor porcentaje de escaños que el porcentaje real de votos que reciben”.
A eso le llama Cayo Lara elecciones-estafa. En Washington se considera una garantía desde la transición.
Imagen | Nils Geylen And all that Malarkey
Más Información | wikileaks.org
¡AMLO 2012!
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