7 de agosto de 2011

PROCESO: Para el 2012, pronóstico sombrío ÁLVARO DELGADO

Para el 2012, pronóstico sombrío
ÁLVARO DELGADO
6 DE AGOSTO DE 2011 · COMENTARIOS DESACTIVADOS
EDICION MEXICO, POLÍTICA
En contraste con sus antecesores en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), que anularon numerosas elecciones por prácticas fraudulentas, los actuales magistrados “han validado todo tipo de irregularidades” con cambios de criterio y omisiones en sus sentencias y alientan a los partidos políticos a que “utilicen con toda impunidad las prácticas de compra y coacción” del voto para adulterar la voluntad popular en los comicios.

Así lo advierte el abogado Netzaí Sandoval Ballesteros en su libro El fraude electoral impulsado por la jurisprudencia del Tribunal Electoral –que en breve pondrá en circulación editorial Porrúa– en el que hace un vaticinio funesto hacia 2012:

“El ganador será, muy probablemente, el partido que con mayor cinismo elabore su estrategia para defraudar la voluntad popular. Y el Tribunal Electoral le levantará el brazo.”

El pronóstico no es gratuito: los siete magistrados actuales que el miércoles 10 elegirán a su nuevo presidente han sentado precedentes: “Se han especializado –o se han doctorado– en la argumentación para validar los fraudes electorales. Aun suponiendo que los magistrados actuales fueran personas con algo de integridad y ética, la aplicación estricta de sus precedentes jurisprudenciales los llevarán a validar un magno fraude electoral en 2012”.

Luego de revisar exhaustivamente numerosas sentencias de los actuales magistrados del TEPJF y de cotejar con las emitidas por sus antecesores, Sandoval Ballesteros pone en contexto el comportamiento de éstos, incluyendo los escándalos que han protagonizado, como la comida secreta que ofreció María del Carmen Alanís en su casa, el 9 de marzo, a emisarios del gobernador priista Enrique Peña Nieto.

“La nueva integración parece suponer que al mantener contentos a algunos actores políticos clave podrán mantenerse en el cargo. El problema es que están acabando con toda la legitimidad que quedaba en las instituciones electorales.”

Puntualiza sobre el TEPJF: “Sus resoluciones son totalmente imprevisibles: Un día puede calificar como determinante el que uno de los ciudadanos que integra la mesa directiva de casilla no pertenezca a la sección electoral y al día siguiente considera que un spot difundido el día de la jornada en medios masivos de comunicación no constituye una irregularidad determinante; un día puede ignorar sus propias tesis de jurisprudencia para favorecer al candidato de una corriente partidaria y al siguiente, cenar con uno de los precandidatos presidenciales”.

Luego de la revisión que hizo de sus fallos de 1996 a 2011, el abogado concluye que los magistrados que entraron en funciones en noviembre de 2007 se han caracterizado, además de los escándalos, por su parcialidad y por la resolución contradictoria de asuntos semejantes.

Una de las conclusiones más preocupantes, dice el autor, es que el TEPJF es una institución inconsistente: “(…) Exige pruebas imposibles de obtener en algunos casos para evitar así la anulación, mientras que en otros anula casillas electorales con fundamento en simples cuestiones formales y, en lugar de anular la elección, prefiere violar su propia jurisprudencia y otorgar el triunfo al segundo lugar. Se puede caracterizar como un tribunal notoriamente parcial”.

En la revisión que hace de las 36 elecciones anuladas por el TEPJF –30 de alcaldes, tres de diputados de mayoría, dos de gobernador y uno de diputado federal– emergen datos relevantes. Por ejemplo: el PRI es el que más irregularidades comete. “Este partido había resultado ganador en el 62% de todas las elecciones que fueron declaradas nulas en dicha instancia. Bien puede decirse que el PRI se ha consolidado como el partido más fraudulento en la incipiente democracia mexicana”.

Por su parte, el Partido Acción Nacional (PAN) ganó 18% de las elecciones fraudulentas en ese periodo. “Por ejemplo, de las elecciones que le fueron anuladas por encontrarse irregularidades graves, ocho se celebraron después del año 2000. Esto implica que desde que el PAN ocupa el Ejecutivo federal se han incrementado notablemente los fraudes electorales cometidos por ese partido”.

El embrión de este libro de Sandoval Ballesteros, abogado con posgrado en administración de justicia por la Facultad de Derecho de la UNAM, fue el ensayo El sistema de nulidades en el derecho electoral mexicano, que ganó el segundo lugar en un certamen convocado por el TEPJF hace tres años, pero que éste no quiso publicar.

Con prólogo del ministro en retiro Genaro Góngora Pimentel, expresidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en el libro el autor afirma que “es evidente que, desde 2007 a la fecha, se ha consolidado en el Tribunal Electoral, y particularmente en la Sala Superior, una tendencia férrea para validar prácticamente todo proceso electoral que califica”.

El autor plantea a los magistrados cambiar de visión sobre la nulidad de las elecciones, y dar más peso a los principios constitucionales de libertad y autenticidad del voto universal que al principio de conservación de los actos válidamente celebrados.

“Ello es así porque la decisión de anular una elección no afecta los derechos de la ciudadanía (siempre se conserva el derecho de participar en las elecciones extraordinarias), mientras que, por el contrario, validar una elección con irregularidades sí puede afectar la libertad de un pueblo para elegir a sus gobernantes en comicios auténticos.”

Argumenta: “Ante la violación de los principios rectores en un proceso electoral, pero ante la duda de si esa violación fue la causa que dio paso a cierto resultado electoral, resulta preferible anular las elecciones. Es mejor repetir elecciones que elegir gobernantes en procesos con poca legitimidad”.

Sin embargo, es poco optimista, sobre todo por las conductas que han asumido los magistrados, y su vaticinio hacia 2012 es sombrío:

“Si el proceso electoral de 2006 implicó una severa crisis para el país y contábamos entonces con una integración de la Sala Superior que había tenido un desempeño respetable, en 2012 México se encontrará al borde de una nueva guerra civil. La violencia, la pobreza, la desigualdad, el desempleo y la crisis económica de la que no podemos salir así lo auguran.”

Y finaliza: “Tal vez los medios de comunicación tengan éxito al ofrecer a la ciudadanía la narración de una historia en la que se consolida la democracia a través de la alternancia entre el PAN y el PRI. Muy probablemente tratarán de concentrar la esperanza de cambio para el país en el candidato de las televisoras (Enrique Peña Nieto) y reeditar la efervescencia democrática que el país vivió con la victoria de Vicente Fox derrotando al partido de Estado (que hoy sería el PAN).

“Si lo logran, tal vez eviten la catástrofe que parece avecinarse. Pero hay que recordar que la historia se repite: La primera vez como tragedia y la siguiente ocasión como una farsa.”

¡AMLO 2012!

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

#Dontriananews gracias por escribirnos