Interviene EU y se resuelven casos como por arte de magia
Gabriela Minjáres
El Diario | 03-08-2011 | 00:26
La intervención de agencias norteamericanas en la investigación de hechos delictivos de alto impacto ocurridos en territorio mexicano, pero que tienen relación con Estados Unidos, ha permitido el esclarecimiento y detención de presuntos responsables.
Esto ha quedado en evidencia en varios casos registrados recientemente en México en los que han estado involucrados ciudadanos de Estados Unidos o personas vinculadas a ese país, los cuales han sido esclarecidos por la participación directa de dependencias policiacas como la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA) y el Buró Federal de Investigaciones (FBI).
La más reciente de este tipo de detenciones es la de José Antonio Acosta Hernández, alias “El Diego”, en la que según datos oficiales la DEA participó al proporcionar información a las autoridades mexicanas para ubicar al ex policía estatal y presunto integrante del cártel de los Carrillo Fuentes.
Entre otros delitos, a Acosta Hernández se le señala como presunto responsable de los homicidios de tres personas vinculadas al Consulado de Estados Unidos en Ciudad Juárez y de ordenar la colocación de pintas y mantas donde amenazaba a autoridades antidrogas de Estados Unidos y de Chihuahua.
La captura de “El Diego”, sin embargo, no es la primera en la que contribuyen dependencias estadounidenses en el caso de los crímenes vinculados a personal del Consulado.
En marzo del año pasado, agentes del FBI hicieron posible el arresto de Ricardo Valles de la Rosa, líder de “Los Aztecas” que supuestamente perpetró el homicidio de la funcionaria consular, su esposo y el marido de otra empleada diplomática.
Según había informado previamente el diario estadounidense The New York Times, el FBI había enviado a esta ciudad a numerosos agentes para colaborar en la investigación del asesinato de Lesley A. Enríquez, de su marido Arthur Haycock Redelfs y Jorge Alberto Salcido Ceniceros, de 37 años, esposo de Hilda Antillón, también empleada del Consulado.
A esta indagatoria se unió también la DEA para colaborar con las autoridades mexicanas, confirmó en su momento una portavoz de la dependencia federal en El Paso.
Otro caso reciente en el que fue evidente la intervención de dependencias estadounidenses en la investigación de delitos ocurridos en México es el del secuestro y asesinato del norteamericano Jorge Dieppa, intérprete en la Corte Federal de El Paso e instructor en UTEP, cuyo cuerpo fue localizado el 6 de julio con las manos atadas y amordazado.
De acuerdo con declaraciones de un policía ministerial chihuahuense, la captura de la banda acusada del plagio y asesinato se logró gracias a las pesquisas realizadas por el FBI.
La detención de la banda conformada por tres hombres y una mujer fue realizada en esta ciudad a solicitud de dos agentes del FBI que trabajaron en las indagatorias del crimen y quienes al tener ubicados a los presuntos responsables pidieron la colaboración de militares y agentes de la Policía Única Estatal.
Un caso de alto impacto para la comunidad fronteriza en el que también participaron dependencias de Estados Unidos fue el de Ana Isela Martínez Amaya, profesora de inglés en una escuela en El Paso, quien fue detenida y procesada en esta ciudad por la posesión de 48 kilogramos de mariguana encontrados en la cajuela de su vehículo.
Miss Ana fue liberada porque el ministerio público de la Federación se desistió de continuar con la acción penal, luego de que una investigación del Gobierno de Estados Unidos arrojó que la droga le fue “sembrada” en el vehículo por una banda de narcotraficantes que se dedicaban a “cargar” vehículos de fronterizos que cruzaban a El Paso.
La Fiscalía concedió recientemente que la intervención de la DEA y el FBI en investigaciones de hechos delictivos ocurridos en la entidad se presenta cuando las víctimas son de EU.
Según se explicó, la participación consiste en emplear su propio equipo de rastreo telefónico, como negociadores o con intercambio de información.
Sin embargo, reportes periodísticos indican que agencias norteamericanas han realizado diversos operativos no sólo en esta frontera, sino en distintas partes del territorio nacional.
Así lo informó recientemente la revista Proceso en un reportaje en el que se documentó que agentes de la DEA trabajan en México con tanta libertad que participan en detenciones, interrogatorios, infiltración de comunicaciones y hasta han atestiguado sesiones de tortura que elementos de la PGR infligen a detenidos.
En febrero del año pasado el periódico The Washington Post publicó que agentes de inteligencia de Estados Unidos operarían en Juárez para reforzar el combate a los cárteles, información que fue confirmada en El Paso por una fuente gubernamental.
El rotativo publicó que los agentes ayudarían a “perseguir a líderes de los cárteles de la droga y los sicarios de éstos que operan en la ciudad más violenta de México”, porque Estados Unidos considera que la violencia desatada aquí es una amenaza para su seguridad.
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