7 de agosto de 2011

CIUDAD JUAREZ: YA NO SON FEMINICIDIOS, AHORA SOLO DESAPARECEN LAS MUJERES

Repunta con narcoguerra desaparición de mujeres | Local | Diario.com.mx


Repunta con narcoguerra desaparición de mujeres

Staff
El Diario | 07-08-2011 | 00:11

Como un flagelo más de la guerra del narcotráfico, ha resurgido aquí con mayor fuerza la desaparición de mujeres jóvenes pero, a diferencia de las dos décadas pasadas, autoridades y organismos de la sociedad civil tienen ahora indicios marcados para encuadrar el fenómeno en la trata de personas o de blancas, más que en crímenes sexuales.

De acuerdo con numerosos entrevistados, las bandas que operan este delito están vinculadas con grupos del crimen organizado y, se cree, hasta con redes internacionales de delincuentes.

El incremento en la cifra de mujeres desaparecidas empezó a notarse desde 2008, a la par con el inicio de la guerra por la plaza entre los diferentes cárteles de la droga.

Se trata de mujeres jóvenes, delgadas, morenas y bonitas, que en su mayoría se perdieron cuando fueron a la zona Centro de la ciudad a buscar trabajo, o al trasbordar una ruta para dirigirse a la escuela o algún otro sitio.

En tres años y medio –de enero de 2008 al 25 de julio de 2011– la Fiscalía General de la Zona Norte recibió mil 146 reportes de extravío de mujeres, de los cuales el 90 por ciento se resolvió, es decir, que las chicas fueron encontradas o regresaron a sus casas por su voluntad.

Sin embargo, queda una cifra de casi 10 por ciento de desapariciones que no han sido solucionadas, por lo que las mujeres siguen sin volver a sus hogares.

De 111 casos pendientes, 16 muchachas se perdieron en 2008; 20 en 2009; 30 en 2010, y 45 de enero al 25 de julio de 2011, establecen estadísticas de la Fiscalía General.

“Estadísticamente hablando tenemos el problema agravado a partir de 2008, porque en los años anteriores son muy poquitas (las desapariciones)”, expone el encargado de la Unidad que busca a personas desaparecidas, quien solicitó omitir su nombre por seguridad.

Hay rastros de que en algunos casos esté implicado el delito de trata de personas, aun cuando sólo en dos se han encontrado elementos de prueba y los expedientes se consignaron al área correspondiente.

De hecho, recientemente la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, identificó a Ciudad Juárez como una de las 11 ciudades del norte y sur del país con mayor incidencia de casos de trata de personas.

Edgardo Buscaglia, especialista en narcotráfico, expone que la actividad de la trata de seres humanos viene a consolidar a las organizaciones criminales, además de la ejecución de otras acciones delictivas.

El doctor en Derecho, catedrático e investigador del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), explica que las personas que controlan los mercados de trabajo sexual pagan cuotas a las organizaciones criminales.

“Si bien los grupos criminales no son los que directamente están ofreciendo el servicio sexual, no son los que directamente están manejando el servicio, sí están cobrando cuotas y eso impone disciplina que a veces se traduce en desapariciones y homicidios de mujeres y niñas”, explica.

Este tipo de consolidación y control del mercado de trata de personas, aparte de otros como el tráfico de armas, fraude electrónico, pornografía infantil, tráfico de órganos, secuestro, contrabando y piratería, es usado por todos los grupos del crimen organizado.

“Se les aplica a los ‘Zetas’ y a los grupos criminales en Chihuahua que están operando para el cártel de Sinaloa o La Línea, pero se aplica a todos los grupos criminales que están intentando diversificar su fuente de ingreso”, asegura Buscaglia.

Ante este panorama, familiares de las víctimas reclaman falta de efectividad de las autoridades estatales para resolver estos casos, y piden la aplicación inmediata del Protocolo Alba, un mecanismo de búsqueda urgente que se acciona para encontrar mujeres tras el reporte de desaparición.

A su vez, la Fiscalía General argumenta que no todos los casos están clasificados como de alto riesgo, pues entre las desaparecidas hay reincidentes o chicas que pertenecen a alguna pandilla, aparte de que no cuenta con el personal suficiente para todos los casos que atiende, de hombres, niños y toda persona que sea reportada como extraviada.

Los casos aumentan

Aunque las desapariciones de mujeres han persistido en Ciudad Juárez, pues según registros oficiales hay casos desde 1995, a partir de 2008 la cifra creció hasta 16 veces en comparación con años anteriores, y ha ido en aumento.

De 1995 a 2007, es decir en 12 años, hay 26 mujeres que desaparecieron y no han sido localizadas, en tanto que en los últimos tres años y medio van 111 casos.

La diferencia es clara de un año a otro, pues hasta 2007 la tendencia de cada año era de una, dos o hasta tres chicas que nunca fueron encontradas, cuyos expedientes siguen activos, pero en 2008 la cifra se disparó a 16, y este año van 45 en apenas 7 meses, establecen estadísticas de la Fiscalía General en la Zona Norte.

“Observamos que en el centro de la ciudad se ven muchas más pesquisas que antes, hemos tenido comunicación con un buen número de madres de chicas que han desaparecido de una forma similar”, expone Marisela Ortiz, directora social de la agrupación civil “Nuestras Hijas de Regreso a Casa”.

Además del incremento notorio de las mujeres extraviadas, se han observado nuevos patrones en estos casos, ya que a principios de la década de los noventa por lo general se trataba de empleadas de maquiladora. Ahora también son estudiantes.

“Vemos que ha variado la condición socioeconómica de las niñas, porque anteriormente veíamos que eran pequeñas que tenían una condición socioeconómica bajísima, que vivían comúnmente en los alrededores y que eran obreras o empleadas de algunatienda del centro”, afirma Ortiz.

También se ha visto que el perfil de las jóvenes es muy similar, son delgadas, bonitas y morenas, aunque hay tres casos de rubias, expone el cofundador del Comité de Madres de Jóvenes Desaparecidas, Ricardo Alanís Santos, agrupación creada en febrero de este año, que trabaja con 20 familias que tienen hijas extraviadas.

“Antes eran puras personas de maquiladora, siguen siendo niñas de clase humilde, pero ahora van contra las estudiantes, porque hay muchas de secundaria, de preparatoria”, menciona.

Otro patrón que se repite en muchos de los casos es que se han extraviado en el primer cuadro de la ciudad, específicamente entre la calles Rafael Velarde y La Paz.

“Casi de las 20, 15 han desaparecido en la zona, y todas buscando trabajo”, asegura.

Paradójicamente esas desapariciones han sucedido a plena luz del día y en calles por donde circula mucha gente, y por donde alrededor se localizan cantinas, barras y moteles en donde fácilmente se pueden encontrar sexoservidoras.

En la mira

Uno de los últimos casos que se registró en el primer cuadro, fue el de Nancy Iveth Navarro Muñoz de 19 años. Ella fue el 13 de julio a ese sector a buscar trabajo en una tienda de telas ubicada en la calle Mina, y de ahí nadie la ha vuelto a ver.

Después de varias horas de que no regresó a su casa, su familia empezó a buscar por la tarde de ese mismo día en hospitales y en la Cruz Roja, luego fueron a poner el reporte de desaparición a la Fiscalía General, pero tenían que esperar 24 horas.

“De hecho yo en la mañana, el jueves a primera hora vine (al Centro) a ver los lugares que estaban abiertos para preguntar, pero nadie sabe nada, nadie vio nada, nadie la vio, aquí en Modatelas dicen que no, que no hay una solicitud de ella, ni nada”, afirma Luz Elena Muñoz Ruiz, madre de Nancy Iveth.

Relata que Nancy tiene una hija de un año y trabajaba en una maquiladora, pero renunció, por eso fue a buscar trabajo al primer cuadro de la ciudad.

“Amigas o amigos no, no, no nada, mija era muy seria, no salía, no nada”, agrega.

A semanas de la pérdida de su hija, Luz Elena y su esposo siguen acudiendo al Centro de la ciudad a pegar pesquisas de Nancy Iveth, pero esto de poco sirve porque apenas las pegan en los postes o en exteriores de algunos negocios, y otras personas las quitan.

“Pegamos en todo el Centro, y en la plaza y para otro día íbamos y ni una sola, nos las quitan, también en los camiones porque mucho hemos pegado”, comenta Dora María Venzor Colomo, madre de Andrea Guerrero de 15 años, quien desapareció el 18 de agosto de 2010.

Ella vivía en la casa de su novio en la colonia Anapra, porque tenía dos meses de embarazo, y el día que se extravió transbordó en el centro para ir a la Cruz Roja, en donde tomaba clases de enfermería.

“Ella se bajaba allá por donde se agarra la Tierra Nueva, por la Mariscal y Mina, entonces ahí bajaba mi hija de la ruta 10 y cruzaba todo lo que es la Velarde”, indica su madre.

Andrea se iba a casar en diciembre del año que desapareció y estaba muy ilusionada, también porque estaba estudiando enfermería, ya que su sueño era ser doctora.

“Yo veo que alguien se llevó a mi hija, por lo que hemos andado, porque yo digo, mi hija no tenía por qué haberse ido, yo pienso así, si tuvieron algún disgusto ella y su pareja, mi hija no tenía por qué haberse ido a otro lado, porque aquí está su humilde cuarto”, reflexiona María Venzor.

“Aparte pues ella embarazada, no creo que mi hija haya tomado esa decisión”, agrega.

Un delito que no es nuevo en la ciudad

Las desapariciones de mujeres se han registrado sistemáticamente en la ciudad, pero los casos de los últimos años se relacionan más con la trata de personas, porque hay indicios que tienen las autoridades y los organismos sociales, aunque también se sabe que el delito de trata no es nuevo en la ciudad.

De hecho, este año la Fiscalía General ha detectado dos casos de mujeres desaparecidas relacionadas con trata de personas. Esto no significa que en los otros de alto riesgo no pudiera estar vinculado el mismo delito, pero lo que sucede es que no se han encontrado los elementos.

El encargado de la Unidad que busca a personas desaparecidas explica que por ser zona fronteriza, Juárez es susceptible a la trata de personas.

“Antes de 2007 sí era más antesala a un homicidio con móvil sexual que a cualquier otro delito, y ahora lo que estoy viendo aquí, la mutación de las desapariciones, es que ahora son más relacionadas con la trata de personas”, afirma el funcionario.

Sin embargo, sostiene que en varios de los casos que se investigan no se acredita la trata.

Los dos expedientes en que sí hubo evidencias fueron canalizados a la Unidad de la Fiscalía General de Delitos y Trata de Personas, cuya investigación está en curso, y se dio vista a la Fiscalía Especial para los Delitos de Violencia contra las Mujeres y Trata de Personas (Fevimtra) de la Procuraduría General de la República, instancia a la que se solicitó información, pero no proporcionó datos.

“Pero sí de los asuntos que son de alto riesgo, y de las que hemos activado el protocolo Alba, lo más seguro es que sí se trata de que sean víctimas de trata”, indica el agente de la Fiscalía.

Este año el protocolo Alba se ha activado 12 veces, y en dos casos se localizó a las jovencitas, una de ellas se fue con un muchacho que conoció por Internet, y el otro caso fue el de la menor que se localizó en un motel de la ciudad.

“Por lo regular las desapariciones que se dan aquí se las llevan a otro lado, para explotarlas sexualmente en otro lado, aquí no porque las identifican los mismos padres, familiares y amigos”, asegura Adolfo Castro Jiménez, visitador titular de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos en Ciudad Juárez.

Dice que se las llevan a otro lugar porque las chicas siguen desaparecidas y no son localizadas en Juárez.

Si bien la trata de personas no es algo nuevo en la ciudad, antes no se hablaba mucho de este tema, pero ahora sí porque la sociedad demanda respuestas, declara.

“Somos parte de esas redes que están directamente ligadas al crimen organizado mundial, tiene muchos años la trata de personas, solamente que antes no se mencionaba, no era un asunto que se diera a conocer a la luz pública”, expone.

Norma Andrade, presidenta honoraria de Nuestras Hijas de Regreso a Casa, y madre de una víctima de feminicidio, asegura que en algunos casos de desaparecidas que ellas han trabajado tienen pistas de que es trata de personas.

En la década de los noventa las chicas se perdían, sus captores las mantenían privadas de la libertad, luego las torturaban, las violaban, las asesinaban y las tiraban en cualquier paraje de la ciudad.

“Ahorita no está sucediendo esta situación, ahorita se están perdiendo, pero presumimos que se están perdiendo para prostituirse, no para asesinarlas como antes”, expone Andrade.

Relata que hace dos años su hija Malú y el padre de una menor que se perdió, la encontraron semidesnuda en una casa tipo picadero en la colonia Constitución en donde estaban empaquetando droga, el rescate se logró gracias a una llamada anónima.

Deficiencias en las investigaciones

Para activar el protocolo Alba la Fiscalía toma en cuenta que los casos sean de alto riesgo, pero antes de poner la denuncia de desaparición la familia debe esperar 48 horas para que la búsqueda inicie.

El encargado de la Unidad de personas ausentes indica que si la chica se pierde en la zona Centro o en algunas terminales de transporte público, es foco rojo y es de alto riesgo, pero aparte se tiene que revisar el entorno familiar de la jovencita.

“Porque la mayoría son reincidentes que pertenecen a pandillas, adictas a algún tipo de droga, que no tienen arraigo en su domicilio, provienen de familias disfuncionales”, indica.

Las horas que deben pasar para iniciar la búsqueda y los métodos que utilizan los agentes son cosas que se deben modificar, porque se pierde mucho tiempo en todo eso, agrega el cofundador del Comité de Madres de Jóvenes Desaparecidas, Ricardo Alanís Santos.

“Las primeras horas son muy importantes, y ellos dicen espérense, a ver si regresa, está con el novio, buscan causas y no buscan a la jovencita”, menciona.

Luego, en los primeros días de búsqueda “pierden mucho tiempo con la familia”, los agentes investigan a los papás, los hermanos, los tíos, los primos y “no quiero ser grosero, pero yo creo hasta con el perro, y ya se va de un mes a dos meses en la búsqueda con la familia”, anota.

Por ello, el comité está trabajando junto con la Mesa de Mujeres en el programa Todos Somos Juárez en cambiar estos procesos.

“Que se eficientice más a la Policía investigadora, tanto humanamente, como en los métodos de búsqueda, que sean más concientes de que el papá o la mamá no la van a tener”.

Otro problema es el número de agentes que trabaja en esa unidad, pues son seis ministerios públicos y 12 agentes investigadores para buscar a mujeres, niños y hombres desaparecidos.

“Sí investigamos, pero hasta donde nuestra capacidad humana nos lo permite”, explica el encargado de la Unidad de personas desaparecidas.

Pese a la experiencia de Ciudad Juárez en los crímenes de mujeres, hay chicas que siguen desapareciendo sin que nadie pueda evitarlo.

“Yo decía que íbamos como las tortugas a pasito lento, pero ahora estamos como los cangrejos vamos para atrás, los logros de la lucha de las madres de feminicidio de repente se perdieron, es muy difícil recuperarlos para apoyar a las madres de las desaparecidas”, afirma Norma Andrade.


¡AMLO 2012!

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