10 de julio de 2011

PROCESO: Populismo en plástico ARTURO RODRÍGUEZ GARCÍA

Populismo en plástico
ARTURO RODRÍGUEZ GARCÍA
9 DE JULIO DE 2011 · COMENTARIOS DESACTIVADOS
EDICION MEXICO, POLÍTICA
Las campañas electorales previas a los comicios del domingo 3 de julio se caracterizaron por el uso de nuevas tecnologías para la compra y coacción del voto mediante tarjetas de beneficio que prometen depósitos de dinero si el candidato que la otorga resulta vencedor en la contienda.Existe un precedente de esas maniobras. En las elecciones de Guerrero celebradas el 30 de enero de este año el entonces candidato y actual gobernador perredista Ángel Aguirre Rivero repartió una tarjeta denominada La Cumplidora, mediante la cual ofrecía una serie de beneficios económicos y de programas sociales que se harían efectivos una vez que tomara posesión del cargo.

Esta operación fue muy criticada por la oposición al PRD. Sus impugnadores buscaron demostrar que las promesas de Rivero no podrían cumplirse, toda vez que de realizarse los depósitos en efectivo para madres solteras, estudiantes, ancianos y discapacitados, el presupuesto estatal quedaría agotado.

Lo cierto es que cada vez se acumulan más quejas por incumplimiento en relación con esas tarjetas, que prometían depósitos mensuales de 500 pesos.

Durante los últimos dos meses esta estrategia se aplicó en las campañas que los candidatos a gobernadores del PRI, PAN y PRD realizaron en el Estado de México, Coahuila y Nayarit.

Las ofertas fueron distintas en cada entidad y en cada partido. Por ejemplo, el pasado 2 de abril Guadalupe Acosta Naranjo, candidato del PRD a gobernador de Nayarit, presentó la tarjeta La Cumplidora. Se comprometió a que, una vez instalado en el cargo, daría inscripción gratuita a estudiantes de secundaria a universidad y con la presentación de la tarjeta obtendrían una computadora.

En el Estado de México, luego de que se resolvió el diferendo por las alianzas que mantuvieron en suspenso la postulación de Alejandro Encinas, el PRD presentó La Cumplidora. A fin de evitar problemas legales se planteó como un programa de partido orientado a fortalecer a su candidato.

El perredista Jesús Valencia aseguró que el reparto de las tarjetas podría beneficiar a 1 millón de personas. El 21 de mayo último, Encinas presentó La Cumplidora en Ixtapaluca, donde se comprometió a eliminar cuotas escolares en primarias, secundarias e inclusive en la Universidad Autónoma del Estado de México.

Para el reparto de las tarjetas de beneficio los promotores del voto hicieron un levantamiento de datos de los ciudadanos. Existen denuncias de que a éstos se les pidió su clave de elector y, en el caso del reparto en el Estado de México por el PRD, la tarjeta sería enviada a los domicilios. Para ello, los ciudadanos debían acudir a módulos de registro y proporcionar sus datos personales, en espera de obtener el dinero prometido.

En esencia, La Cumplidora perredista buscaba reproducir los programas sociales implantados por Andrés Manuel López Obrador cuando fue jefe de Gobierno del Distrito Federal para beneficiar a los sectores más vulnerables de la población.

El PRI y el PAN hicieron lo propio. La coalición PRI-Verde-Panal, que abanderó Eruviel Ávila, ganador en los comicios, repartió una tarjeta denominada La Efectiva, con una oferta semejante a la de Encinas. Por su parte el PAN, que postuló a Luis Felipe Bravo Mena, repartió La Ahorradora, que entre otras cosas prometía depósitos de 300 pesos al mes.

En Coahuila, donde el PRI y el PAN sostuvieron una guerra de descalificaciones y denuncias por presuntos actos de corrupción, ambos partidos se confrontaron también con motivo del reparto de tarjetas de beneficios.

El PAN –en una alianza con el PRD que al final no se concretó– prometió mil pesos mensuales a los poseedores de La Cumplidora. La dirigente perredista en la entidad, Mary Telma Guajardo Villarreal, denunció que el blanquiazul usaba ilegalmente el logotipo del PRD y plagió el programa de beneficios. Además, precisó que no podría cumplir las promesas, pues ello implicaría la erogación de 2 mil millones de pesos mensuales, cuando la entidad tiene un presupuesto de sólo 34 mil millones de pesos anuales.

Asimismo, advirtió que con la oferta de dinero a cambio del voto podría estarse incurriendo en un delito electoral.

A su vez, el PRI prometía que su tarjeta Más Mejor se haría válida a partir del 1 de diciembre –fecha en que el nuevo gobernador toma posesión del cargo– con beneficios de 5 mil pesos mensuales, entre dinero en efectivo y programas sociales.

El perredista Rogelio Montemayor Rivera comenta que el PRI se cuidó de no solicitar los datos de la credencial de elector en el formato oficial; sin embargo, asegura que éstos se anotaban en un documento aparte.



“Innovaciones perversas”



En Coahuila, las tarjetas de beneficio dieron lugar a críticas como la del obispo de Saltillo, Raúl Vera López, quien el viernes 1, al realizar un balance de las campañas, expresó:

“Mientras en Coahuila la violencia sube de tono cada vez más, los candidatos de todos los partidos políticos se dedicaron a realizar promesas superficiales, como por ejemplo el seguimiento de obras públicas o programas sociales que sólo tienen como finalidad ganar adeptos. Las dádivas a través de las tarjetas quedaron evidenciadas sólo para que el voto les favoreciera.”

Más allá de las polémicas existen diversos recursos jurídicos interpuestos principalmente por el ahora excandidato a gobernador de Coahuila por la alianza PT-Convergencia, Jesús González Schmal.

Colaborador cercano de Andrés Manuel López Obrador, González Schmal afirma que las tarjetas de beneficio constituyen un fraude electoral en el caso del PRI y un fraude llano en lo que toca al PAN.

Añade que el día de los comicios el PRI y el PAN, con idénticos procedimientos, estuvieron movilizando gente, repartiendo desayunos y pagando cada voto a 200 pesos en efectivo.

También afirma que la participación récord que tuvo el estado (61%) se debió a las tarjetas de beneficio, pues los ciudadanos acudieron a votar en espera de recibir el depósito.

Detalla que en Coahuila los dos partidos mayoritarios tenían fiscalizadores a la entrada de cada casilla para tomar nota de quiénes podían recibir los beneficios de las tarjetas que el priista Rubén Moreira deberá hacer efectivos a partir de diciembre próximo.

Advierte que por el uso de esas tarjetas se corre el riesgo de que en el futuro se realicen depósitos el mismo día de la jornada, con lo cual se modernizaría la tradicional compra de votos, que atribuye al PRI y al PAN.

Según González Schmal las tarjetas de beneficio, en su formato de tarjeta de débito, constituyen “una de las innovaciones más perversas que ha tenido el mecanismo de la compra de voto que antaño se realizaba en forma de pago directo cuando el elector salía de la casilla y que hoy se hace por anticipado, mediante la tarjeta monedero”. l

¡AMLO 2012!

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

#Dontriananews gracias por escribirnos