Chicontepec, un engaño
May 25, 2011
— 12:00 am
La muy cuestionable gestión del director de Pemex Exploración y Producción, Carlos Morales Gil –acusado de barco-traficante, por sus negocios con buques rentados por Petróleos Mexicanos– ha hecho creer al ingenuo ocupante de Los Pinos muchas mentiras, no pocos engaños.
De acuerdo a un experto en la materia quien ha hecho llegar a mi escritorio datos precisos, cifras exactas, en la actualidad han querido vender a la opinión pública y al propio Felipe Calderón que el Proyecto Aceite Terciario del Golfo (Chicontepec) es el que permitirá el incremento de las reservas y la producción de hidrocarburos a corto y mediano plazos, ante la declinación y/o agotamiento de los yacimientos gigantes como Cantarell, Ku-Maloob-Zaap, Antonio J. Bermúdez, Jujo-Tecominoacán, Cactus-Níspero, Miguel Ángel Zenteno, José Colomo, Chilapilla, etc.
Pero Morales Gil oculta mañosamente que se requiere de una gigantesca inversión en pozos, instalaciones y tecnología, así como los riesgos intrínsecos que conllevan las características petrofísicas de las rocas almacén que son de baja permeabilidad, están “compartamentalizadas”, tienen un alto contenido de arcillas y un factor de recuperación bajísimo del orden del 2%, que solamente aportan a la fecha una producción diaria de 32 000 barriles de crudo, lo cual hace dudosa la explotación económicamente rentable de sus reservas.
El costo de extracción es muy alto, del orden de 17 dólares/barril, por lo que representa un elevado costo de inversión y bajos niveles de producción. Los gastos de capital de 4.5 mil millones de dólares implican un activo de baja rentabilidad y productividad.
Asimismo, los contratos son leoninos ya que solo le otorgan ganancias a las empresas trasnacionales (ICA Fluor, Schlumberger, Weatherford, Halliburton, Baker Hughes, Tecpetrol) y las pérdidas las endosan a Pemex.
Cabe señalar que, con el volumen original de 137 000 millones de barriles y una reserva original de 27 400 millones de barriles, cualquier evaluación económica le proporciona indicadores rentables al proyecto, pero cuando se conocen las características geológicas de los yacimientos y las cuantiosas inversiones que se requieren, esa rentabilidad se pone en tela de juicio.
Las reservas de Chicontepec son un vil engaño. Desde que se dieron de alta a fines de los años 70’ solo sirvieron para endeudar al país.
Y ahora Morales Gil sigue esa política y las utiliza como juguetito nuevo para sacar ventaja de las cuantiosas inversiones que se han realizado y se planean realizar en los próximos años.
De acuerdo al experto, se debe detener la explotación de este proyecto dado que existen otros que serían más rentables para Pemex.
Y apunta que Carlos Morales tejió muy bien su red para dejar a incondicionales al frente de ese proyecto, enviando a dos de sus escuderos: Jorge Eduardo Fernández Venegas y Filiberto Anaya López.
El primero llegó como subdirector de la región norte, mediante amiguismo y compadrazgo por ser condiscípulo de Morales Gil. El otro condiscípulo del director de Pemex Exploración y Producción artífice del entramado en el proyecto Chicontepec se llama Filiberto Anaya López, quien desde que estuvo al frente del Activo Cinco Presidentes, en Veracruz, hasta a la cárcel cayó por el robo de unos compresores con valor de 10 millones de dólares, pero soltó millonaria suma de dinero para que no lo consignaran.
Ambos están jubilados, y fueron recontratados “para darles protección, ya que son unos verdaderos pájaros de cuenta. Pero antes dejaron listo todo lo relativo a la ‘prueba tecnológica’ del proyecto Chicontepec desde el año 2009 y que a su término le estaría costando a los contribuyentes la friolera de 58 500 millones de pesos”.
No obstante, tal no importa. Si Pemex se encuentra en “quiebra técnica” y cuenta con pasivos por 650 mil millones de pesos, sin que tal preocupe siquiera a las altas esferas gubernamentales.
Lo anterior, se debe a que el presupuesto se ha manejado en la empresa más importante de México en forma patrimonialista, sin rendición de cuentas, lo que ha influido en ese tremendo endeudamiento mediante PIDIREGAS.
Si hubiera rendición de cuentas, estarían de “vacaciones largas” todos esos altos funcionarios, incluyendo a Carlos Morales Gil, que en su momento cooperaron y que siguen cooperando con el endeudamiento exponencial que ha alcanzado niveles inopinadamente altos. (Continúa)
Índice Flamígero: En Chihuahua, como en otros lares, campea el nepotismo o, mejor dicho, el “primismo”. César Duarte Jáquez, gobernador constitucional y aún carga-maletas de Emilio Gamboa Patrón, le debe su manutención juvenil a un primo hermano (por el lado paterno), Ignacio Duarte Murillo, quien le dio empleo y buen sueldo en Ciudad Juárez. Hoy, Duarte Murillo se lo cobra. Y ha gestionado la incorporación a la actual administración de su también primo hermano (por el lado materno), Antonio Villa Murillo, quien no ha mucho fuera aprehendido por las autoridades norteamericanas “pasando droga al otro lado”, cuando en aquel entonces pertenecía al extinto Resguardo Aduanal Mexicano y por lo cual purgó una pena de seis años de prisión en cárceles estadounidenses. Ahora fue nombrado responsable del Instituto del Deporte en el estado norteño. Tal vez hizo mucho ejercicio cuando estuvo “guardado”.
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