La deuda externa total de México, que comprende adeudos del sector público y del privado no bancario, llegó en enero de este año a casi 182 mil millones de dólares, lo que implicó un crecimiento de 54 por ciento en los cuatro años del actual gobierno, indican informes del Banco de México (BdeM) y de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
Por: Juan Antonio Zúñiga y Víctor Cardoso
Aunque todavía no se le considera un problema para el manejo financiero del país, el endeudamiento público y privado con agencias financieras, organismos internacionales y empresas del exterior no tiene precedentes históricos, e implicó que durante los últimos cuatro años se tuvieran que pagar 54 mil 200 millones de dólares, sólo por los intereses generados.
Esta cifra abarcó más de cuatro quintas partes, 85 por ciento, de lo que aumentó el saldo del endeudamiento durante el mismo periodo. Esto significa, en términos prácticos, que por cada cinco dólares en que se elevó el monto de la deuda externa, más de cuatro se utilizaron para el pago de intereses.
Un tema poco tratado en el medio financiero es el del endeudamiento del sector privado no financiero, que ya implica un monto considerable de recursos. Datos del BdeM revelan que el saldo de ese endeudamiento hasta el cierre de 2010 llegó a 74 mil 700 millones de dólares, cuando al comienzo de este gobierno era de 63 mil 300 millones. Durante estos últimos cuatro años el saldo de la deuda se elevó en 11 mil 100 millones de dólares, es decir, un aumento de 17.5 por ciento en el periodo.
Por parte del sector público, que abarca al gobierno federal, empresas públicas y banca de desarrollo, al comenzar este gobierno su débito era de 54 mil 766 millones de dólares, los cuales a la vuelta de los años llegan a 107 mil 100 millones. Eso implicó que la deuda casi se duplicó durante el gobierno de Felipe Calderón. El incremento hasta el 31 de enero de 2011 fue superior a 53 mil 300 millones de dólares, lo que equivale a un brinco de 95.5 por ciento.
La actual administración gubernamental dio un giro de 180 grados en la contratación de deuda externa respecto de la aplicada por su antecesor, el primer gobierno panista, y ha utilizado todos los instrumentos a su alcance para allegarse la mayor cantidad posible de divisas para fortalecer las reservas internacionales del país, que rebasan 121 mil 906 millones de dólares. Con todo, esas reservas representan apenas 67 por ciento de la deuda externa total del país.
El frente interno
A la par del incremento en la deuda externa, la emisión de bonos de deuda del gobierno mexicano en el mercado nacional ha servido de refugio para la llegada de miles de millones de dólares. Convertidos a pesos, esos recursos ascienden a 717 mil 500 millones, que ubica a los inversionistas extranjeros como los principales tenedores de valores gubernamentales.
Los inversionistas extranjeros tenedores de bonos del gobierno mexicano han acarreado recursos por 122 mil 900 millones de pesos (unos 10 mil 241 millones de dólares) en los tres meses transcurridos de 2011. Los recursos que ingresaron por esa vía en el primer trimestre del año superan los captados entre 2008 y 2009.
Por la vía de la deuda interna, el gobierno mexicano adeuda más de 60 mil 300 millones de dólares adicionales a los reconocidos como deuda externa. Estos recursos, sin embargo, forman parte de los llamados capitales golondrinos o buitres, que se mueven de país en país en busca de los mayores beneficios. Autoridades de organismos financieros y del Banco de México y la Secretaría de Hacienda han reconocido el riesgo que implican estos capitales cuyo flujo puede revertirse en cualquier momento y desestabilizar la economía del país.
Sólo en 2010 el gobierno federal pagó 180 mil millones de pesos por los intereses, comisiones y gastos relacionados con su endeudamiento interno, de los cuales casi una tercera parte, 60 mil millones, habría correspondido a los extranjeros tenedores de bonos de deuda del gobierno mexicano.
Peso gordo
El torrente de divisas que ha llegado al país en los últimos 15 meses se tradujo en una apreciación de la moneda mexicana en su paridad frente al dólar, al grado de que este lunes retornó a niveles de antes de la crisis financiera de 2008.
En víspera de que se declarara que la crisis financiera internacional había afectado a México, el tipo de cambio se encontraba en niveles de 11.21 pesos por dólar. Ayer la cotización de la divisa estadunidense para las grandes operaciones interbancarias fue de 11.8925 pesos por unidad, el precio más bajo en casi 30 meses. Esto representa que la moneda nacional se ha revaluado 3.8 por ciento sólo en lo que va de este año.
Sin embargo, la recuperación del peso se sustenta más en la abundancia de dólares en el mercado por el arribo de capitales extranjeros que por un fortalecimiento de la economía nacional, aun cuando la producción industrial de enero registró un crecimiento anual de 6.6 por ciento, impulsado por un crecimiento de 8.8 por ciento en las manufacturas, principalmente las destinadas a la exportación, informó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Por: Juan Antonio Zúñiga y Víctor Cardoso
Aunque todavía no se le considera un problema para el manejo financiero del país, el endeudamiento público y privado con agencias financieras, organismos internacionales y empresas del exterior no tiene precedentes históricos, e implicó que durante los últimos cuatro años se tuvieran que pagar 54 mil 200 millones de dólares, sólo por los intereses generados.
Esta cifra abarcó más de cuatro quintas partes, 85 por ciento, de lo que aumentó el saldo del endeudamiento durante el mismo periodo. Esto significa, en términos prácticos, que por cada cinco dólares en que se elevó el monto de la deuda externa, más de cuatro se utilizaron para el pago de intereses.
Un tema poco tratado en el medio financiero es el del endeudamiento del sector privado no financiero, que ya implica un monto considerable de recursos. Datos del BdeM revelan que el saldo de ese endeudamiento hasta el cierre de 2010 llegó a 74 mil 700 millones de dólares, cuando al comienzo de este gobierno era de 63 mil 300 millones. Durante estos últimos cuatro años el saldo de la deuda se elevó en 11 mil 100 millones de dólares, es decir, un aumento de 17.5 por ciento en el periodo.
Por parte del sector público, que abarca al gobierno federal, empresas públicas y banca de desarrollo, al comenzar este gobierno su débito era de 54 mil 766 millones de dólares, los cuales a la vuelta de los años llegan a 107 mil 100 millones. Eso implicó que la deuda casi se duplicó durante el gobierno de Felipe Calderón. El incremento hasta el 31 de enero de 2011 fue superior a 53 mil 300 millones de dólares, lo que equivale a un brinco de 95.5 por ciento.
La actual administración gubernamental dio un giro de 180 grados en la contratación de deuda externa respecto de la aplicada por su antecesor, el primer gobierno panista, y ha utilizado todos los instrumentos a su alcance para allegarse la mayor cantidad posible de divisas para fortalecer las reservas internacionales del país, que rebasan 121 mil 906 millones de dólares. Con todo, esas reservas representan apenas 67 por ciento de la deuda externa total del país.
El frente interno
A la par del incremento en la deuda externa, la emisión de bonos de deuda del gobierno mexicano en el mercado nacional ha servido de refugio para la llegada de miles de millones de dólares. Convertidos a pesos, esos recursos ascienden a 717 mil 500 millones, que ubica a los inversionistas extranjeros como los principales tenedores de valores gubernamentales.
Los inversionistas extranjeros tenedores de bonos del gobierno mexicano han acarreado recursos por 122 mil 900 millones de pesos (unos 10 mil 241 millones de dólares) en los tres meses transcurridos de 2011. Los recursos que ingresaron por esa vía en el primer trimestre del año superan los captados entre 2008 y 2009.
Por la vía de la deuda interna, el gobierno mexicano adeuda más de 60 mil 300 millones de dólares adicionales a los reconocidos como deuda externa. Estos recursos, sin embargo, forman parte de los llamados capitales golondrinos o buitres, que se mueven de país en país en busca de los mayores beneficios. Autoridades de organismos financieros y del Banco de México y la Secretaría de Hacienda han reconocido el riesgo que implican estos capitales cuyo flujo puede revertirse en cualquier momento y desestabilizar la economía del país.
Sólo en 2010 el gobierno federal pagó 180 mil millones de pesos por los intereses, comisiones y gastos relacionados con su endeudamiento interno, de los cuales casi una tercera parte, 60 mil millones, habría correspondido a los extranjeros tenedores de bonos de deuda del gobierno mexicano.
Peso gordo
El torrente de divisas que ha llegado al país en los últimos 15 meses se tradujo en una apreciación de la moneda mexicana en su paridad frente al dólar, al grado de que este lunes retornó a niveles de antes de la crisis financiera de 2008.
En víspera de que se declarara que la crisis financiera internacional había afectado a México, el tipo de cambio se encontraba en niveles de 11.21 pesos por dólar. Ayer la cotización de la divisa estadunidense para las grandes operaciones interbancarias fue de 11.8925 pesos por unidad, el precio más bajo en casi 30 meses. Esto representa que la moneda nacional se ha revaluado 3.8 por ciento sólo en lo que va de este año.
Sin embargo, la recuperación del peso se sustenta más en la abundancia de dólares en el mercado por el arribo de capitales extranjeros que por un fortalecimiento de la economía nacional, aun cuando la producción industrial de enero registró un crecimiento anual de 6.6 por ciento, impulsado por un crecimiento de 8.8 por ciento en las manufacturas, principalmente las destinadas a la exportación, informó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
(Información de La Jornada)
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