20 de febrero de 2011

REPORTE INDIGO: Caso Aristegui: Entre lo ético y lo etílico…

Caso Aristegui: Entre lo ético y lo etílico… - Vanguardia
Caso Aristegui: Entre lo ético y lo etílico…


Reporte Índigo
12-Febrero-2011

Tags Relacionados: carmen aristegui, mvs, despido, politica, periodismo, mexico, felipe calderon

Sírvase un trago —sólo uno—, conozca los distintos puntos de vista y forje su opinión. A favor o en contra. Es lo de menos. Lo único que no se vale es guardar silencio. ¡Salud por la libertad!
Foto: Vanguardia/Reporte Índigo
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¿Dilema ético o resbalón etílico? No lo sabemos. Lo cierto es que el affaire entre Carmen Aristegui, MVS y Los Pinos pone en evidencia, una vez más, la fragilidad de la libertad de expresión en México.

Y basta estar un poco sobrio para entender la dimensión de lo mucho que está en juego.

¿Existe esa libertad cuando se le arrebata al ciudadano o al periodista el legítimo derecho de cuestionar sobre asuntos del interés público? Eso es ético.

¿Podemos hablar de un país con libertad cuando por la llamada de un poderoso o por el temor a la reacción de éste, un concesionario cierra los micrófonos a las voces que cuestionan? Eso es etílico.

¿Estamos en una nación democrática cuando un puñado de concesionarios detenta, por gracia oficial, el control de la mayoría de las frecuencias de los medios masivos de comunicación? Eso es ético.

¿Se puede presumir de un país abierto cuando algunos concesionarios se dedican a fabricar figuras políticas de barro, o a denostar o incluso desaparecer de la pantalla a quienes no comulgan con sus intereses o difieren de sus opiniones? Eso es etílico.

No hay que pensarlo mucho. La respuesta a todos estos cuestionamientos es un rotundo no.

Y eso quedó más que evidenciado con el despido de Carmen Aristegui del noticiero estelar matutino de MVS Noticias después de que abordó los cuestionamientos públicos sobre la presunta debilidad del presidente Felipe Calderón por el alcohol.

Ningún extrañamiento ético existe en lo dicho al aire por Carmen Aristegui. La periodista más sintonizada de la radio en México se concretó a reseñar un hecho que era un rumor en las redes sociales, hasta que un puñado de diputados lo hizo público al exhibirlo en una manta en la tribuna de la Cámara de Diputados.

Si lo que hicieron el legislador petista Gerardo Fernández Noroña y algunos de sus colegas fue o no correcto, si era cierto o falso, si era o no un exceso, no correspondía a la comunicadora juzgarlo.

Lo que Carmen Aristegui se limitó a informar fue el hecho, que por la dimensión que alcanzó en el Palacio Legislativo y la controversia mediática que generó, merecía una respuesta oficial desde Los Pinos.

Pero, al parecer, la respuesta no fue la solicitada por la periodista. No al menos para aclarar o desmentir el señalamiento del presunto alcoholismo presidencial que se infería en la manta.

En su lugar, se dio otra respuesta. O, mejor dicho, una exigencia. Y vino desde Los Pinos. En concreto, con una llamada desde la oficina de Alejandra de la Sota, la responsable de Comunicación Social de la Presidencia.

Fuera a petición expresa del presidente o de motu proprio como responsable de la relación con los medios de comunicación, el hecho es que el reclamo de Alejandra de la Sota habría cumplido su cometido. Mostró la indignación de la casa presidencial e intimidó lo suficiente para obligar a una disculpa pública por algo que desde la mirada oficial se percibía falto de ética y hasta ofensivo.

Desde la dirección de MVS se giraron instrucciones. Pero Carmen Aristegui no se sometió a esas condiciones.

Y es que se le pedía que saliera a ofrecer una disculpa pública, leyendo un escrito que ella no había redactado, retractándose de algo de lo que no estaba arrepentida, porque no era un asunto que violentara la ética periodística.

Disyuntiva

La encrucijada planteada a Carmen Aristegui por los directivos de MVS fue clara. O daba lectura a la disculpa pública o dejaba el noticiero. Y el despido se vistió de indefendibles violaciones a un código de ética. Y así se publicó en un desplegado firmado por MVS.

Para el lunes por la mañana, ante la ausencia de una de las voces periodísticas más críticas del cuadrante de la radio, las reacciones en las redes sociales no se hicieron esperar.

La ancestral regla no escrita de que los periodistas no suelen ocuparse de los periodistas debió dejarse a un lado frente a la oleada de comentarios en Twitter y Facebook, que saturaron las redes y los servidores, desde MVS hasta Los Pinos.

La catarata de comentarios sobre el despido de Carmen Aristegui era más que visible. Entre un tweet y otro, sólo pasaban centésimas de segundo. Hasta que el tema se elevó al top ten mundial de Twitter.

Tres días después de su despido oficial, la comunicadora apareció para dar una conferencia de prensa en la Casa Lamm. Y en la lectura de un documento pulcramente redactado, fijó tres posiciones a debatir.

Primero, el derecho que todos tenemos –ciudadanos y periodistas– a opinar y cuestionar sobre el poder público.

Segundo, la fragilidad que el actual sistema de concesiones impone a quienes detentan los medios de comunicación electrónicos, sometidos al favor del gobernante en turno para refrendar o conseguir frecuencias. Urge modificar la legislación vigente.

Tercero, la falta de un abanico más amplio de concesionarios crea distorsiones de tal magnitud, que los pocos existentes se convierten en poderes fácticos que terminan, debido al poder que les confieren la pantalla y el micrófono, por imponerse frente al Estado e incluso adueñarse de la voluntad presidencial.

Pero lo más trascendente del posicionamiento de Carmen Aristegui fue el de abrir la puerta para que la familia Vargas –Joaquín Vargas, en particular– pudiera rectificar el despido bajo la condición de eliminar el señalamiento de la falsa violación a la ética y la aceptación, como lo venían haciendo, del libre ejercicio de la labor periodística.

Después de la conferencia de prensa de la periodista, desde Los Pinos se emitió un comunicado que rechazaba categóricamente que el presidente Calderón hubiera estado detrás del despido de Carmen Aristegui. El secretario particular Roberto Gil Zuarth salió más tarde a ratificar personalmente el posicionamiento presidencial.

Y eso dejó en un predicamento a la familia Vargas. Si no fueron Los Pinos los que presionaron los hechos que culminaron con el despido de la periodista, ¿fueron ellos los que se precipitaron ante el temor de que se les negaran frecuencias de telecomunicaciones que están a punto de fallarse?

Hasta el cierre de esta edición, la posición oficial de MVS y de sus directivos era que estaban evaluando la situación y que en cuestión de días harían un pronunciamiento al respecto. La libertad de expresión en México vivirá una vigilia este fin de semana.

Y mientras se escribe el desenlace de esta saga ético- etílica, en Zoom le abrimos hoy el bar-bar de la información más completa sobre el caso.

Desde el video, el audio y el texto íntegro del posicionamiento de Carmen Aristegui, hasta la postura asumida en el comunicado oficial de Los Pinos y la conferencia de Roberto Gil Zuarth, el nuevo secretario particular del presidente Calderón.

Y ante la exigencia de evidencias, conocerás el contenido de una carta enviada por Carlos Castillo Peraza a Felipe Calderón. En ella, el mentor político del hoy primer Mandatario recrimina al entonces presidente del PAN las “aventuras etílicas” de sus colaboradores del CEN. Y en concreto, lo reprende por dejarlo plantado en una cena a la que no asistió porque esa noche Felipe Calderón salió “muy bien servido” de sus oficinas del PAN.

El bien servido

¡Pruebas!, ¡pruebas!, ¡pruebas! Ése parece ser el clamor de quienes censuran que se cuestione si el presidente Felipe Calderón es afecto o no al alcohol.

Al margen de los comentarios soterrados de personajes públicos y privados que son asiduos comensales en Los Pinos, existen referencias claras, por escrito, de hombres que en algún tiempo fueron muy cercanos al ahora Mandatario y que dan fe de algunos excesos.

Una de ellas es Carlos Castillo Peraza, el mentor político del hoy Presidente de la República. El intelectual y politólogo que tomó de la mano la carrera política de Felipe Calderón y le heredó la presidencia del PAN.

Es una carta dura, un acto de reclamo de quien fuera el último ideólogo albiazul que reprochaba a su pupilo, en ese momento presidente nacional del PAN, que lo hubiera dejado plantado una noche antes en una cena convenida por ambos.

Fechada el 31 de octubre de 1997, Castillo Peraza le reprocha con dolor el plantón que le dio, sin avisarle que no asistiría. Y se dice preocupado porque se enteró por sus subalternos que Felipe Calderón había salido esa noche de su oficina “muy bien servido”.

“Ahora tengo que añadirte que me pareció desconsiderado de tu parte no haber acudido a la cita de anoche, sin siquiera haber avisado, y que me dolió y preocupó haberme enterado por boca de subalternos menores que el presidente del partido salió de la oficina ‘muy bien servido’”, le escribe Castillo Peraza.


1 comentario:

  1. Anónimo11:47 p.m.

    ni carmen ni noroña tenian que investigar si calderon es alcoholico eso lo determina un medico la manta decia borracho y carmen dio la nota de lo que paso en el congreso y pregunto a presidencia si nuestro empleado padece de alcoholismo

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#Dontriananews gracias por escribirnos