Vio crimen escondida ‘echa bolita’ Hija de 6 años del héroe de Palomas
Staff
El Diario | 10-02-2011 | 00:14
Puerto Palomas de Villa— Sin padres, con un futuro incierto tras la muerte violenta de su familia, “Andrea” abandonará el país para refugiarse en Estados Unidos de donde es originaria.
La pequeña de apenas seis años de edad carece de una opción de vida, más que la de huir fuera del pueblo situado al oeste de Ciudad Juárez para así mantenerse a salvo.
Para ello su abuela materna está dispuesta a dejarlo todo con tal de proteger a la niña, que sufre un severo trauma por el asesinato de sus padres.
“La niña se hizo bolita cuando los mataron, primero a su papá y luego vio cuando mataron a su madre”, dice la abuela de la pequeña de seis años.
“Andrea”, nombre ficticio usado a petición de la familia, fue la única sobreviviente del atentado cometido la tarde del martes en la vivienda de Álvaro Sandoval Díaz.
El comerciante fue quien la madrugada del pasado 23 de enero enfrentó a un grupo de sicarios y los mató en defensa propia dentro de su hogar, ubicado en las calles Garduño e Internacional en este poblado.
Los atacantes eran supuestos integrantes de “La Línea”, según las investigaciones que inició la Fiscalía General del Estado.
La intención en esa ocasión, dijeron los investigadores, era asesinar a Sandoval, propietario del yonke “El Hoyo”, porque se negó a pagar “la cuota” de protección. El yonkero ganó notoriedad a nivel nacional e internacional por el acto heroico que al final le cobró una cara factura, pues los agresores llegaron en un mayor número el martes pasado a la casa del matrimonio y lo acribillaron.
El padre de familia intentó también en esta nueva ocasión repeler la agresión, pero no pudo a pesar de contar con un arma de fuego; su mujer quiso refugiarse en la casa pero la siguieron y de varios tiros la mataron frente a su hijita.
El atentado en su hogar, así como el encarcelamiento de su padre y posterior liberación, impactaron severamente a la niña, por lo que a petición de sus padres y maestros inició un tratamiento sicológico en la escuela primaria de Columbus, Nuevo México, donde estudiaba.
A partir de ayer la menor dejó el plantel escolar. Hoy su abuela se hará cargo de la pequeña y para ello tendrá que hacer de lado su propia vida en el sitio donde hasta el martes había sido el hogar de los Sandoval Pedroza, y buscar un nuevo lugar donde vivir.
Sus tíos, molestos, dolidos, apesumbrados por la doble pérdida, llevaron a la menor a la casa de otro familiar.
“La niña se hizo bolita y se ocultó, cuando se fueron los asesinos salió corriendo a la calle gritando toda asustada. Ella está traumada, ya le estaban dando terapia en la escuela a la que va en Columbus”, agrega un tío paterno de la pequeña que queda en la orfandad.
“Ya no sabemos qué va a pasar con la niña, la familia la va a proteger pero a nadie le diremos a dónde se va a ir por miedo. ¿Para qué nos hacemos?, todos sabemos muy bien que nunca agarran a nadie”, interviene la abuela.
“Yo me pregunto dónde está el gobernador, dónde está la seguridad que ofreció, no hubo nada, cuando llegamos aquí (la casa) parecía que en este pueblo no había pasado nada”, lamenta una tía de “Andrea”.
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