28 de febrero de 2011

Colombia:250 mil desaparecidos claman justicia, y Falsimedia confunde para seguir desapareciendo la verdad

Colombia:250 mil desaparecidos claman justicia, y Falsimedia confunde para seguir desapareciendo la verdad: "

Desde la tierra y los ríos los desaparecidos claman justicia; cada centímetro de paisaje que ha asistido al descomunal despojo y muerte parece gritar que no se conformará con las falacias de los victimarios.
(…) varios jefes paramilitares han confesado cómo desde los altos mandos militares y políticos ha sido enviada la orden que desaparecieran “de cualquier manera” a las víctimas: “(…) Lo echaron vivo ahí (…) El horno lo manejaba un señor que le decían ‘funeraria’; dos señores le hacían mantenimiento a las parrillas y a las chimeneas, porque se tapaban con grasa humana”.
Los inversores pueden estar tranquilos.
J.M. Santos
El crimen de Estado de la desaparición forzada perpetrado por la 'democracia' en Colombia ha rebasado las dramáticas cifras de la dictadura argentina: sólo en los últimos 3 años el Terrorismo de Estado ha desaparecido a 38.255 personas (1). Se estiman en más de 250.000 las personas desaparecidas en los últimos 20 años. La desaparición forzada es un crimen de Estado que acalla al desaparecido a la vez que inyecta terror en los sobrevivientes: persigue la parálisis de la reivindicación social. Es un genocidio contra la oposición política.
En enero 2011 la Fiscalía publicó un estremecedor informe: en él revela tener documentados 173.183 asesinatos; 1.597 masacres; 34.467 desapariciones forzadas, y al menos 74.990 desplazamientos forzados, crímenes cometidos entre junio de 2005 y el 31 de diciembre de 2010 por el paramilitarismo, una herramienta de terror financiada y coordinada por el latifundio, multinacionales y estado colombiano, que cumple la función de eliminar la reivindicación social, y desplazar poblaciones de manera masiva. Los propios jefes paramilitares denuncian que “El paramilitarismo de estado sigue vigente” : denunciado reiteradamente por el máximo jefe de las AUC Salvatore Mancuso (3).
El informe de enero 2011 re confirma las estimaciones relativas al drama de la desaparición forzada en Colombia: al menos 250.000 personas desaparecidas. Del informe de Medicina legal y del de la Fiscalía se deduce un promedio de 13.000 desaparecidos al año, entre fuerza pública y herramienta paramilitar. Es evidente que las cifras oficiales de desaparición forzada están siempre por debajo de la realidad, pero aún así estas cifras permiten confirmar que el estado colombiano ha desaparecido a más personas que las dictaduras de Chile y Argentina reunidas.
La desaparición del cuerpo cumple fines terroristas: se trata de truncar la organización social mediante el terror que la desaparición de una persona inyecta en los sobrevivientes. La angustia de las torturas queda impresa en la sociedad… los familiares y comunidad se imaginan una y otra vez las torturas sufridas por el desaparecido: es Terrorismo de Estado.
Desaparecer no sólo al desaparecido, sino al hecho de la desaparición en sí
A la sociedad se le envía el siguiente mensaje: “el que persista en reclamar derechos sociales, económicos, políticos, correrá la misma suerte”. Este mensaje busca someter mediante el terror y viene acompañado del mensaje de la plenipotencia del estado que está en capacidad de desaparecer en plena impunidad. La desaparición forzada evidencia la impotencia que representa el encontrarse permanentemente vulnerable ante el poderío de un estado omnipotente en todas las instancias: la militar, la paramilitar, la legal, la administrativa. A la angustia por los sufrimientos del ser querido desaparecido se suma la impotencia de obtener verdad ante entidades estatales. Son innumerables las trabas que encuentran los familiares de desaparecidos por parte del estado, para que sea reconocida la desaparición de su familiar, en un intento estatal evidente de desaparecer no solo al desaparecido, sino al hecho de la desaparición en sí. La sociedad se ve triplemente vulnerada: es privada de un ser humano y sus ideas, es vulnerada en los procesos organizativos que constituyen el progreso histórico de las sociedades y es sometida a constatar la plenipotencia e impunidad de los victimarios.
Los hornos crematorios de la “democracia” colombiana: Desaparecer para salvaguardar apariencia LEER TODO EL ARTICULO AQUI
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¡AMLO 2012!

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