28 de febrero de 2011

CHIHUAHUA: Nuestra única arma Luis K’Fong

Nuestra única arma

Luis K’Fong



Los leñadores que saben de su oficio, de vez en vez se detienen y toman su tiempo. En ese lapso no derriban más árboles, porque se dedican a afilar el hacha. Si no lo hicieran, el acero romo y amellado dejaría de ser eficaz; tendría que dar más golpes, con más fuerza y mucho menos profundos. O sea que por no perder el tiempo preparándose, se haría mucho trabajo, pero improductivo.



Así es esto de los movimientos, organizaciones y proyectos políticos o sociales, que para el caso es lo mismo:



Las Kaminatas contra la Muerte —hasta ahora con 32 ediciones— nos vimos en esa necesidad: reunirnos para analizar qué habíamos conseguido, pero sobre todo, qué sigue en nuestro camino.



Llegamos quince kaminantes. Podrá pensarse que fuimos pocos si no consideramos que en esos mismos momentos se sepultaba a los hermanos Reyes en el Valle de Juárez, tres miembros de una familia de luchadores sociales que habían sido amenazados, señalados y sentenciados por no sabemos quién y, no obstante estar el poblado lleno de militares y erizado de bayonetas, fueron levantados, desaparecidos durante 18 días, muertos, desenterrados y finalmente expuestos al sol y hielo del desierto fronterizo, para que los encontraran y medio detener la resistencia de la familia y sus aliados.



Se puede menospreciar la asistencia, sólo si se abstrae que en las dos últimas acciones de nuestro movimiento fuimos hostigados por la policía municipal, cercados por decenas de agentes a quienes se distrajo de la seguridad citadina, mientras en otros rumbos y barrios seguía la matanza sin fin, los asaltos a negocios de medio pelo, levantones y el tiradero de cadáveres en descampado…



Como aquellos dos amigos que venían de Mapimí; para no venirnos de oquis, pintamos el muro de nuestro local con la consigna que ya va siendo la de todos los que estamos hasta aquí del derramamiento: No + sangre.



Luego, disciplinados discutimos y llegamos a estos acuerdos:



Que de aquí para adelante, intentaremos construir una movilización significativa que consistirá en una irrupción masiva al desfile del Primero de Mayo, día internacional de las y los trabajadores.



Que editaremos e intentaremos colocar engomados con el símbolo que ahora compartimos en todo el país, el de No más sangre.



Que seguiremos movilizándonos semanalmente, pero ahora no serán sólo kaminatas. Unas veces seremos brigadas No Keremos esta Guerra en el centro de la ciudad; otras kaminaremos entre los asistentes a los tianguis de las colonias periféricas. Si alguien proporciona su barda, iremos entonces a pintarla, tal cual hicimos las tres últimas semanas y, en todas las ocasiones, invitaremos a quien nos oiga o vea a que se nos sume este Primero de Mayo donde desplegaremos mantas, banderas, sonido, volantes y gritos, muchos gritos.



Por lo pronto, este sábado 6 de marzo de 2011 estaremos en Independencia y Libertad, a las cuatro de la tarde, con engomados para proponerlos a los automovilistas, muchos volantes para los de a pie, nuestra manta para el que la quiera ver y el megáfono para explicar una y otra vez que nadie, absolutamente nadie merece morir violentamente, por culpable que sea de lo que sea, por movido que ande… y mucho menos si se le suprime por oponerse a los tiraderos atómicos y defender los derechos de los humanos.



Así terminó la Quinta Plátika, la III Pinta y nuestro ejercicio de afinación de nuestra única arma, la movilización.

¡AMLO 2012!

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