30 de enero de 2011

MARTIN VELEZ: PELANDO CHANGOS A CACHETADAS.

PELANDO CHANGOS A CACHETADAS.

 (Ley de Parkinson, casos de estudio)



En 1957, Cirilo Parkinson (Cyril N. Parkinson) descubrió la que en el futuro se conocería como la Ley de Parkinson. No está relacionada con el padecimiento cada vez más común en los adultos mayores; es una ley que explica el crecimiento de la burocracia, que crece con independencia de que se reduzcan, o desaparezcan, las funciones asignadas a la misma.

El buen Cirilo Parkinson realizó un profundo estudio sobre la Real Marina Británica. Intentó, y logró,  explicar por qué, mientras el número de buques de la marina disminuía, la cantidad  de almirantes aumentaba. Las razones del crecimiento de la burocracia, descubiertas por Parkinson, no tienen relación con el trabajo asignado. La burocracia crece, en primer lugar, por que los “jefes” necesitan aumentar el número de subordinados, pues esto les representa una ventaja sobre los otros “jefes”; en segundo lugar la burocracia crece por que se asigna trabajo a sí misma, es decir, si no tienen nada que hacer, ya inventarán algo (se resume en un párrafo, con el riesgo de la simplificación extrema,  el contenido de una ley que ha sido ampliamente estudiada y demostrada, sobre la que existe basta bibliografía).

Aplicando la Ley  de Parkinson podemos plantear un problema de estudio: Supongamos que a un grupo de funcionarios se les asigna una tarea sencilla: por ejemplo, pelar un chango a cachetadas. ¿Cuántos funcionarios panistas se necesitan para pelar un chango a cachetadas? Pensemos en un número bajo: cincuenta. Supongamos que cincuenta funcionarios tardan ocho horas en pelar un solo chango. Bueno, pues la Ley de Parkinson establece que si se contratan otros cincuenta funcionarios, y se les asigna a los resultantes cien funcionarios la tarea de pelar un chango (al mismo chango), entre los cien funcionarios tardarán las mismas ocho horas en pelarlo. En conclusión: la duplicación del número de funcionarios encargados de la tarea no produce mejoras en la realización de la misma.

En el hipotético caso del mico depilado, Parkinson lograría demostrar que, mientras el funcionario A pelaba al chango, el funcionario B redactaba un informe, el funcionario C auditaba el trabajo de A, el funcionario D revisaba el informe elaborado por B, el funcionario E redactaba un manual de procedimientos de la depilación changuil, el funcionario F elabora un análisis organizacional del departamento de depilación, el funcionario G estará de comisión sindical, los etcéteras y etcéteras se siguen hasta encontrarle trabajo a los cien funcionarios del departamento, o secretaría, pelachangos.

Un caso concreto, y trágico,  de todo lo hasta aquí comentado lo tenemos en el gobierno federal: el año 2000 la burocracia dorada (de Director General Adjunto hacia arriba) sumaba un total de 6000 funcionarios. Para el año 2009 el número de burócratas de caché sumaba un total de 48,000 (los ingresos de cada uno de esos cuarenta y ocho mil funcionarios son similares o incluso superiores a los ingresos de cada uno de los 500 diputados, aunque usted no lo crea). En ese mismo período muchas funciones del Estado, algunas de ellas vitales, han sido “subrogadas” a empresas privadas. Es decir, mientras el Estado se ha adelgazado, la alta burocracia no deja engordar. (el tecleador de estas teclas ha abordado este tema en dos artículos anteriores: El Zipper, el Cuerito y la Alta Burocracia;  Ninis y Ninichús).

En Sonora, el aún reciente gobierno panista, está creando Secretarías en donde antes había alguna Dirección, como en el caso de Comunicación Social; o donde había alguna subsecretaría, como  la que dio origen a la flamante Secretaría del Trabajo; y ahora ya se promueve la creación de la Secretaría de Pesca. Pero no sólo eso: en todas las dependencias hay una fiebre por la contratación de “burócratas dorados”, como lo prueba el hecho de que, en el presupuesto presentado para 2011, el gobernador Padrés incluyó la contratación de 81 nuevos puestos de alto nivel. En fin, se está engordando la burocracia dorada. Pronto habrá oportunidad de abundar sobre cómo la Ley de Parkinson se aplica al pie de la letra en el gobierno de Sonora. Pero el número de changos pelados (el resultado del trabajo realizado) está disminuyendo, como lo demuestra la tardía, insuficiente e ineficiente reacción frente a la epidemia de dengue; por mencionar sólo un caso.



Martín Vélez

¡AMLO 2012!

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