José Alfonso Suárez del Real y Aguilera: AUTISMO HISTÓRICO DE CARLOS PASCUAL

 AUTISMO HISTÓRICO DE CARLOS PASCUAL

“Colaborar en la defensa de una causa común,
sí y con toda sinceridad, pero con dignidad exigiendo
que no se quiera considerar a México como pueblo inferior”
Gral. Lázaro Cárdenas del Rio, 1942


Por: José Alfonso Suárez del Real y Aguilera

Fiel discípulo de las enseñanzas de Joel Poinsett, - primer representante de la Unión Americana en el México Independiente- Carlos Pascual despliega una intensa actividad en todos los campos de la vida nacional, lo que le permite reportar a sus superiores mil y un aspectos del sentir de los mexicanos. Solo le falta, - como hizo su antecesor con nuestra tradicional flor de nochebuena-, descubrir alguna planta exótica y llevarla de contrabando a su país para ahí registrarla a su nombre.

Tantas virtudes del diplomático experto en estados fallidos, palidecen ante un autismo histórico provocado por la proverbial soberbia de los funcionarios estadounidenses. Pascual se sorprende de la reacia actitud del Ejército mexicano, lo critica de poco colaborador, lo tilda de temeroso y descoordinado y contrariamente se deshace en halagos hacia la Armada de México a quien tácitamente reconoce como la mejor aliada de su país.

Tales expresiones despectivas del avezado diplomático hacia el Ejército Mexicano demuestran su sesgado interés por evitar profundizar en las causas que provocan la actitud de nuestros militares, y que no es más que el reflejo de una profunda convicción de principios patrióticos y resultado de las pésimas experiencias que nuestras fuerzas armadas han tenido con los estadunidense no sólo en 1848, año en el que alevosamente nos despojaron de la mitad del territorio, sino en momentos ignominiosos de la historia militar de nuestro país.

Pascual omite la indigna e inexcusable participación del embajador Henry Lane Wilson en el último golpe de Estado que registra nuestra patria, cuando su gobierno, y su representante facilitaron hasta la residencia oficial de la Embajada para que en ella se fraguara la traición del General Victoriano Huerta, esa felonía que acabó con la vida y el sueño del Apóstol de la Democracia Dn. Francisco I. Madero, e instauró un régimen de terror y rapiña.

Así mismo el diplomáticos estadounidense pretende olvidar el importante papel que jugaron las agencias de espionaje de su país, para convencer al Presidente Díaz Ordaz de que el Movimiento estudiantil del 68 era una conjura fraguada y financiada por Moscú, que buscaba derrocar al régimen del PRI, y no la expresión social que manifestó su inconformidad sobre asuntos político-administrativos susceptibles de resolverse a través del diálogo y la concertación y no con la masacre que desde Washington se alentó en contra de población inerme.

Los denuestos que, en contra de nuestro Ejército, se comunicaron a la Casa Blanca permiten afirmar que éste ha sabido mantener su lealtad a la Patria, a pesar de las presiones a las que se ha visto sujeto por parte de las autoridades estadounidenses, y que no “capitulan” y mucho menos se subordinan a las órdenes de un gobierno extranjero, aunque en ello pongan en juego su prestigio como institución.

Evidentemente para los inconfesados intereses del embajador Pascual es necesario omitir el ejemplo que el Gral. Cárdenas legó a nuestras fuerzas armadas al manifestar ante un exigente Gral. De Witt su convicción por colaborar en la defensa de una causa común - que en este momento debiese ser  la acción conjunta a favor de la prevención a las adicciones que generan la demanda de droga y en contra del tráfico de armas que violenta la paz - , a la que el Estadista añadió, con toda su sinceridad y gallardía, la petición de que esa colaboración se llevase a cabo con “dignidad, exigiendo que no se quiera considerar a México como pueblo inferior”, solicitud que está muy lejos del trato subordinado que los cables de WikiLeaks reflejan en toda y cada una de sus partes hacia nuestro país.


¡AMLO 2012!