*Los costos del desencanto*
*J. Jesús Esquivel *
Las encuestas anticipan una debacle para Barack Obama y el Partido Demócrata
en las elecciones intermedias del próximo 2 de noviembre. Ahora, aseguran
varios expertos, el presidente se verá obligado a gobernar sin mayoría en el
Congreso. Su agenda política, dicen, no deberá enfocarse a las grandes
iniciativas que enarboló como candidato y que propuso en los inicios de su
gestión, sino a las tareas concretas que la realidad impone para sacar a
Estados Unidos del marasmo en que está desde la crisis de 2008.
WASHINGTON.- Las elecciones intermedias del próximo martes 2 en Estados
Unidos serán un referéndum de los primeros dos años de la presidencia de
Barack Obama, quien, de acuerdo con las encuestas, será el gran perdedor de
los comicios, pues su administración no dio los resultados que prometió al
electorado en cuanto a recuperación económica.
Expertos en temas electorales consideran que el presidente y los
legisladores federales demócratas pagarán las consecuencias de la
incompetencia de George W. Bush, toda vez que, afirman, la gestión de éste
en la Casa Blanca es la responsable de que Estados Unidos padezca la peor
recesión económica en varias décadas.
Con una tasa de desempleo de 9.6%, 8 millones de empleos perdidos en dos
años, una deuda pública de 16 mil 634 billones de dólares, un déficit de 1.4
billones de dólares, crecimiento anual del PIB de 1.7% y un gasto anual de
113 mil millones de dólares en operaciones militares sólo en Afganistán, los
electores se sienten desconcertados y abandonados por el gobierno federal.
“La recesión económica no es culpa de Obama, pero él y los demócratas, como
mayoría en el Congreso, son responsables de resolver la crisis económica y
no lo han hecho”, dice a Proceso uno de los principales asesores políticos
–quien optó por el anonimato– de John Boehner, legislador federal por Ohio y
líder de la minoría republicana en la Cámara de Representantes. De acuerdo
con los sondeos, a partir del próximo miércoles 3 éste podría convertirse en
el segundo político más importante de Washington después del presidente.
A dos años de la histórica y apabullante elección de Barack Hussein Obama
como el presidente numero 44 de Estados Unidos, el mandatario y su partido
son víctimas de la apatía del electorado –incluidos los hispanos– porque
incumplieron sus promesas.
Ofrecieron bonanza económica, regulación financiera y bancaria, reforma
migratoria, ampliación de programas sociales, eliminación de burocracia y
recortes tributarios a los ricos, y que pondrían fin a las guerras en Irak y
en Afganistán, entre otras cosas.
Thomas E. Mann, académico y experto en materia electoral y asuntos
gubernamentales de la prestigiosa organización de análisis político
Brookings Institution de Washington, explica en entrevista que a Obama y a
los demócratas se les complicará el panorama en caso de que pierdan los
comicios del próximo martes 2.
“El gobierno de Obama tendría que ajustarse y enfrentar el hecho de que el
Congreso dominado por los republicanos no estará dispuesto a cooperar en lo
mínimo con la Casa Blanca. Por ello el presidente deberá realizar su mayor
esfuerzo para tratar de gobernar sin empeñarse en proponer nuevas
legislaciones”, pronostica el experto.
En estas elecciones intermedias estarán en disputa 435 escaños de la Cámara
de Representantes, 34 de la Cámara de Senadores, 37 de las 50 gubernaturas y
dos territorios del país. Asimismo están en juego algunas legislaturas
estatales, así como representaciones y alcaldías en los condados de cada
entidad federativa.
Actualmente la Cámara de Representantes está formada por 255 legisladores
demócratas y 178 republicanos, más dos independientes. La Cámara de
Senadores la integran 57 demócratas, 41 republicanos y dos independientes
que siempre se alinean con los demócratas.
La debacle
Al cierre de esta edición la ultima encuesta de Gallup –del jueves 21 al
domingo 24–, con una muestra de 3 mil 51 estadunidenses mayores de 18 años,
confirma el pronóstico de que Obama y los demócratas serán derrotados en las
urnas.
Entre los votantes registrados 48% aseguró que votaría a favor de los
candidatos republicanos al Congreso federal, frente a 44% que lo haría por
los demócratas.
El sondeo entre quienes se manifestaron como “posibles votantes este 2 de
noviembre” muestra mayor ventaja para los republicanos: 52% afirmó que
votaría por los republicanos mientras que 43% dijo que lo haría a favor de
los candidatos del Partido Demócrata. La encuesta tiene un margen de error
de dos puntos porcentuales.
“La historia de las encuestas nos favorece”, plantea el asesor de Boehner.
“Creo que sólo un milagro salvaría al presidente Obama y a los demócratas de
una derrota contundente en los comicios de este martes”.
Para el politólogo de la Brookings Institution tampoco hay duda de que los
vientos electorales están a favor de los republicanos. Aunque considera que
la decisión que tomarán los electores no necesariamente será justa “porque
están culpando a Obama y a los demócratas de incompetencia para solucionar
una crisis económica de una gran envergadura que nadie podría resolver en
dos años”.
Algunas de las prospectivas realizadas en varias universidades y centros de
análisis político coinciden en establecer que es muy probable que la
representante demócrata por el estado de California, Nancy Pelosi, deje de
ser presidenta de la Cámara de Representantes para ser sustituida por
Boehner.
Los pronósticos sobre el resultado de los comicios indican que el Congreso
federal quedará integrado de la siguiente manera: en la Cámara de
Representantes, 230 republicanos y 205 demócratas; en el Senado, 52
demócratas y 48 republicanos.
“Los demócratas tienen una posibilidad entre cinco de mantener la mayoría en
la Cámara de Representantes, pero en el Senado la tendencia es a la inversa:
los demócratas tienen cuatro de cinco posibilidades de perder menos de 10
curules”, destaca el profesor Mann, quien considera que los republicanos
ganarán unos 50 escaños en la Cámara de Representantes.
La Casa Blanca desestima el argumento de que los electores están
descontentos con Obama por su “larga y tediosa campaña para culpar a los
republicanos del Congreso federal de la falta de logros en los primeros dos
años de la presidencia demócrata”. El gobierno de Obama inclusive enfatiza
que de todas las promesas que el mandatario hizo en su campaña se ha
cumplido por lo menos 70%.
Sin embargo los ajustes hechos por el presidente para restablecer el curso
económico de Estados Unidos, considerados por los republicanos como
“proyectos socialistas”, no han encontrado entre los electores el eco que la
administración Obama esperaba. La encuesta de Gallup consignó que la
tendencia de los electores para estos comicios se guiará en 43% por la
situación económica, en 23% por el sistema de salud publica, en 18% por el
tamaño del sistema burocrático del gobierno federal, en 6% por lo que está
pasando con la intervención militar en Afganistán y sólo en 6% por la
ausencia de una reforma migratoria integral.
El voto hispano o latino que en 2008 ayudó a consolidar la victoria de Obama
y de los demócratas sobre los republicanos, en esta ocasión y de acuerdo con
los sondeos tendrá poca afluencia en las urnas.
El encargado de los asuntos hispanos en la Casa Blanca, Luis Miranda, niega
que los votantes hispanos estén abandonando al presidente y a los demócratas
por considerar que éste no cumplió con sus promesas, sobre todo en lo que se
refiere al tema de la migración.
“El presidente nunca ha dudado de la importancia de una reforma migratoria
amplia y durante los últimos 21 meses hemos trabajado fuertemente para
lograrla”, destaca Miranda en la entrevista con este semanario en la sala de
prensa de la Casa Blanca.
“Lo que ha sucedido es culpa del clima político que tenemos en este momento
en Washington, en el cual los republicanos hasta para los procedimientos
legislativos más básicos están pidiendo y forzando un voto de 60% del total
de los senadores para que avance cualquier cosa”, remata.
Por su parte Mann tampoco compra el argumento de que los hispanos dejarán
de acudir a las urnas por considerar que fueron traicionados. “Creo que los
votantes hispanos están conscientes de que la agenda migratoria del
presidente no ha avanzado por las marrullerías de los republicanos”, acota.
Con un panorama tan negativo para Obama y los demócratas en vísperas de los
comicios, algunos análisis políticos consideran que la derrota de los
demócratas en el Capitolio es lo mejor que puede pasarle al presidente, si
busca la reelección en 2012. El argumento es que, al igual que les ocurrió a
Ronald Reagan en 1982 y a Bill Clinton en 1994, gobernar con una mayoría
opositora en el Congreso le daría a Obama la posibilidad de culpar al
partido mayoritario de todo lo malo que le ocurra al país. Aunque los
expertos dicen que Obama carece de la astucia y táctica política que tenia
Reagan y que aún fluye a caudales en Clinton.
¡Es un Honor Estar con Obrador!
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