Boicotea Iglesia católica misa contra la violencia en Sinaloa
El obispo que la oficiaría no llegó y luego dijo que el acto incitaba a la violencia.
Javier Valdez Cárdenas, corresponsal
Publicado: 27/06/2010 14:38
Culiacán, Sin. La misa a la que convocaron familiares de víctimas de la violencia para orar por la paz y la tranquilidad devino en un acto político de condena a la criminalidad y al boicot ejercido por la jerarquía de la iglesia católica para que esta celebración religiosa no se llevara a cabo.
El acto se realizó en la plazuela Obregón, junto a la Catedral, en el centro de la ciudad, y el sacerdote que estaría ahí para encabezarlo no llegó, a pesar de que la organizadora, Olga de Lourdes Carrillo, insistió en que venía en camino, procedente de la ciudad de Los Mochis, municipio de Ahome.
“El obispo Emigdio Duarte me había dicho que sí, que él vendría, pero luego ni las llamadas por teléfono me tomó, y luego declaró que esta misa era una forma de incitar a la violencia, que era partidista, por las elecciones, y no hay nada más falso, estoy furiosa, molesta, me siento violentada”, dijo, dirigiéndose a los cerca de cincuenta asistentes, a través del micrófono.
Varios centenares de sillas acomodadas para la misa se quedaron vacías y algunos de los pocos asistentes, en su mayoría familiares de la convocante, llevaron fotografías de personas asesinadas; durante el acto un pequeño grupo tocó varias piezas musicales.
“En Sinaloa no se investiga, nadie investiga, con el pretexto de que es el narco, pero lo cierto es que ahí andan los malandrines”, sostuvo.
Esta ocasión, agregó, es el cuarto intento que realiza, y no volverá a convocar, porque, aseguró, no le quedan ganas de seguir sufriendo el bloqueo de la iglesia católica.
“Lo que deben hacer en la iglesia es castigar a los curas pederastas, a los que hacen mal, no a los que se atreven a oficiar una misa contra la violencia y son amenazados”, manifestó.
A través del obispo auxiliar Emigdio Duarte, la Diócesis de Culiacán prohibió el uso de sus templos para esta misa y varios sacerdotes que habían dicho que participarían, incluso de otras regiones de Sinaloa y de fuera del estado, finalmente dijeron que no se les había permitido asistir.
Presente en el acto, Mercedes Murillo, presidenta del Frente Cívico Sinaloense, acusó a la iglesia de estar comprometida con los poderosos, cuando el pueblo “padece mucha violencia, pero ellos, los jerarcas católicos, están lejos, lejos de la gente”.
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