SALTILLO | Martes 08 de junio de 2010
HILDA FERNÁNDEZ VALVERDE / CORRESPONSAL | El Universal
21:26
Policías mantienen cerco en Pasta de Conchos
Viudas advierten que seguirán su lucha de exigir justicia ante instancias internacionales para lograr que las autoridades mexicanas les den permiso de continuar con los trabajos a fin de recuperar los restos de sus seres amados
El acceso a la mina siniestrada Pasta de Conchos, en el municipio de San Juan de Sabinas, está restringido.
Decenas de policías mantienen el cerco de vigilancia, mientras un grupo de trabajadores se encarga de monitorear el volumen de gas a fin de sellar la bocamina.
Una decena de familiares, entre ellos cuatro de las viudas de los fallecidos, Rosa María Mejía, Tomasita Martínez, Elizabeth Castillo Rábago y Teresa Contreras, son los únicos que acudieron al lugar donde siguen apostados los elementos de la Policía Estatal Operativa, quienes ayer en la madrugada recuperaron las instalaciones del complejo minero de la empresa Industrial Minera México S. A. (IMMSA) de Grupo México.
"Estuvimos muy cerca del rescate", asegura Teresa Contreras, viuda de Porfirio Cibrián, una de las 65 víctimas de la explosión del 19 de febrero del 2006.
Dice, sin embargo, que les faltaron "los trajes especiales" para poder trabajar en el interior del fundo, pero son muy caros y no tuvieron dinero para comprarlos.
Aunque reconoce que recibieron el apoyo económico del Sindicato Minero Nacional (el del líder depuesto autoexiliado en Canadá, Napoleón Gómez Urrutia), para pagar los sueldos de los trabajadores que se encargaban de sacar el agua para rehabilitar el fundo.
La mujer llora de impotencia porque en el interior del yacimiento de carbón quedaron sepultados 63 de los 65 obreros y en todo este tiempo no lograron recuperar sus restos.
Responde a quienes les critican:
"La gente dice ¿que quieren esas señoras si ya no hay nada más que huesos? (de sus maridos), pues esos huesitos son los que queremos, no estamos locas, solo deseamos sepultarlos", afirma.
Sostiene que la medida de la empresa de recuperar la mina "nos duele pero no nos tumba".
Considera que los directivos de la compañía actuaron porque seguramente se enteraron que un grupo de sacerdotes tenía planeado en unos días más entrar a Pasta de Conchos (para demostrar que no había riesgos).
Advierte además que seguirán su lucha de exigir justicia ante instancias internacionales para lograr que las autoridades mexicanas les den permiso de continuar con los trabajos a fin de recuperar los restos de sus seres amados
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