Ley Arizona, Oxigeno para Calderon
Autor: Raúl Ramírez Baena
Comisión Ciudadana de Derechos Humanos del Noroeste, A.C.
Enviado por: Roberto Cangas
“Ningún ser humano es ilegal”
American Friends Service Committee
De repente le salió el nacionalismo. Envuelto en la bandera mexicana, Felipe Calderón se lanza desde lo más alto en defensa de la Patria. Ello contrasta con las nulas políticas en defensa de los migrantes mexicanos en los Estados Unidos y de quienes transitan por el territorio nacional, y con la falta de políticas efectivas de respeto a los derechos de los indocumentados extranjeros en el país, sobre todo quienes ingresan por la frontera sur.
Calderón y todos los sectores que lo siguen: medios, empresarios, legisladores, artistas, políticos y partidos, por supuesto César Nava, se rasgan las vestiduras y hacen un llamado a los mexicanos para “no visitar Arizona”. Al gobernador Padrés, de Sonora, le hacen un llamado para cancelar las relaciones con el vecino estado del norte. ¿Usted cree que los grandes negocios, las grandes transacciones, lo grandes capitales van a limitarse por la Ley SB1070 y los llamados de Calderón? ¿La burguesía sonorense dejará de comprar y pasear en Nogales, Tucson y Phoenix? ¿Quebrará la economía de Arizona? ¿Quién saldría más perjudicado en un supuesto “boicot” impuesto a Arizona? Busines are
busines.
¿Por qué hasta ahora reacciona el gobierno mexicano? ¿No hubiera sido más prudente e inteligente cabildear desde que la iniciativa antiinmigrante llegó al Congreso de Arizona? Como nos presentan las cosas, tal parece que fueron sorprendidos por la votación y posterior aprobación de la Ley por la gobernadora Jan Brewer.
Eso si, la Cancillería emite una “alerta” para no visitar Arizona, en virtud del clima de discriminación que en efecto provocará esa nociva ley. Pero todo parece un montaje y una bravata más de Calderón, en respuesta a las “alertas” emitidas por el Departamento de Estado para que los norteamericanos no visiten las ciudades fronterizas mexicanas riesgosas, que evidencian el fracaso en la guerra antinarco. Por otro lado, Calderón busca hacerse de apoyo popular para contrarrestar las continuas derrotas y críticas a su guerra contra el crimen y el repudio a los excesos de las fuerzas armadas.
Por supuesto que la Ley SB1070 recién aprobada en Arizona es contraria a los derechos humanos de los inmigrantes, sobre todo los de origen latinoamericano. No en vano los Estados Unidos no han ratificado la Convención Internacional sobre la Protección de los Derechos de Todos los Trabajadores y de sus Familiares. Entonces, lo prudente sería interponer un recurso ante la ONU y la OEA. ¿Lo hará Calderón?
Estados Unidos siempre ha sido así. Recordemos la Proposición 187 de Pete Wilson en 1994, que negaba los servicios de salud y educación para los indocumentados, utilizada para reelegirse como gobernador de California y que después fue abrogada por la Corte estadunidense. Bill Clinton, entonces presidente, no se quedó atrás y aprobó los planes del Pentágono al instalar en 1994 el Operativo Guardián en la frontera Tijuana-San Diego (y de ahí hasta el otro extremo de la frontera), que ha provocado más de 6 mil muertos.
Peor aún, Clinton (el mismo que acaba de proponer un “Plan México” para el combate al narcotráfico, similar al “Plan Colombia” que consiste en la presencia de militares norteamericanos en el territorio de ese país) aprobó las reformas a la Ley de Inmigración Ilegal y Responsabilidad de Inmigrantes, Acta de 1996 (IIRAIRA, por sus siglas en inglés), que criminaliza el ingreso “ilegal”, convirtiéndolo en “felonía” o delito grave, y la reforma a la Ley de Asistencia Pública, que anula el acceso de los indocumentados a la asistencia social. Se instauró también el programa “Corte de Garita” o “Fast Track” para la exclusión y/o el proceso legal expeditos de los indocumentados[1]. Así mismo, el ID-System para la rápida identificación y ficha criminal de los inmigrantes.
Si Calderón es tan patriota, ¿por qué en su momento no propuso un boicot a los productos de la empresa trasnacional Kimberly-Clark (Kleenex, Pétalo, Huggies, Kotex, etc.), de James Sensenbrenner, autor en el año 2006 de la proposición HR4437 que autoriza la doble barda en la frontera, y que convierte a todos los policías y a los empleadores en agentes de inmigración. Ni siquiera una declaración.
Vea usted, en el marco de la XV reunión del Consejo Consultivo del Instituto de los Mexicanos en el Exterior, el mandatario mexicano dijo que ninguna ley está por encima de la gente y aseguró que en donde haya un mexicano, “ahí tiene que estar el gobierno para apoyarlos”. “El gobierno no puede permanecer indiferente cuando dichas políticas atentan contra los derechos humanos”, aseveró. Candil de la calle…
Para los mexicanos en Arizona (muchos tendrán que regresar con su familia, sin hogar y sin trabajo), esa Ley es equivalente al golpe en México a los trabajadores del IMSS, del ISSSTE y del SME; a los líderes sociales presos de Atenco y de Candelaria y a los familiares de los niños muertos en la guardería ABC y asesinados en la guerra de Calderón. Desde luego que hay que estar en contra de esa Ley. Al margen de la reacción oficial mexicana, es de reconocer la lucha de siempre de los activistas y defensores de los derechos de los migrantes, tanto en el vecino país como en el nuestro.
Ya amainó en los medios el rating del terrible caso de la niña Paulette. Ahora, hay que buscar otros distractores.
Comisión Ciudadana de Derechos Humanos del Noroeste, A.C.
Abril de 2010
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