25 de abril de 2010

INDICE POLÍTICO: ¿QUE HACER CON CALDERÓN?

¿Qué hacer con Calderón?, INDICE POLÍTICO, MÉXICO


¿QUÉ HACER CON CALDERÓN?
23/04/2010 - 09:00

Por: Francisco Rodríguez
USTED LO SABE: Un estadista es un hombre que más allá de solo dirigir un Estado, planea para formarlo o mejorarlo. Un estadista define o redefine, con leyes, la estructura de un Estado no solo políticamente sino económica y financieramente: mejora las condiciones sociales al ir tras el empleo pleno, los salarios verdaderamente remuneradores, la salud, la educación, la vivienda.



Sabe usted también que se habla de un estadista en la historia cuando bajo su gobierno el Estado se reestructuró y llegó a ser estable. Cuando el gobernante enfrentó dificultades y, al lado de sus gobernados, consiguió superarlas.
Un estadista sobresale por su don de mando con el que guía, fija rumbo y brinda dirección. Un estadista conduce con autoridad al amparo de su jerarquía. Un estadista se hace merecedor de la confianza de la población por su manejo al frente del timón.

Nada de eso hay ahora en México.

Por el contrario. Cada discurso, una tras otra acción del señor Felipe Calderón, sólo denotan titubeos e inyectan incertidumbre social.

Quienes en el 2006 y los meses inmediatamente posteriores le apoyaron son hoy los primeros en mostrar no nada más su desencanto, incluso su zozobra ante el muy largo lapso que aún resta –32 meses-- a Calderón cual ocupante de Los Pinos. Cualquier cosa puede pasar –y no necesariamente buena-- en esos casi mil días.

Y aunque ya son muchos millares, relativamente aún son muy pero muy pocos los mexicanos que han conseguido literalmente escapar o huir del país, ahora que la inseguridad, la ausencia de oportunidades, el enseñoreo de la corrupción gubernamental, los incontenibles abusos de la banca extranjera y las empresas privadas, pero, sobre todo, de la mediocridad, la ineficiencia y las acciones fallidas de la Administración que son el pan nuestro de cada día.

Esta dramática situación se agrava todavía más por la tibieza con la que las oposiciones hacen frente a Calderón. No sólo le han dejado sueltas las manos, cuando por malas artes y con apenas un 0.6% de los votos emitidos –el famoso “haiga sido como haiga sido”-- se convirtió en ocupante de Los Pinos, incluso le siguen el juego, los priístas; o se alían electoralmente con él, los caricaturizados perredistas.
La sociedad, así, se halla en práctico estado de indefensión.

¿Qué hacer con Calderón?
¿Qué hacer con un tipo que habla y actúa con ligereza cuando sus palabras y sus hechos deberían ser de lo más sólidas?



¡Es un Honor Estar con Obrador!

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