PIÑERA NO ES PENDEJO
Algunos fueron a Chile por lana y salieron trasquilados. Piñera resultó vacilador. Lo que no significa que no esté claro sobre lo que tiene que hacer en la región. Pero lo hará a su manera, a la chilena, conectado directamente con la Casa Blanca, y sin ceder ante pegostes que lo que hacen es ladillar
MARCIANO
EL ESPECTÁCULO DEL NUEVO PRESIDENTE de Chile, el empresario y ex pinochetista Sebastián Piñera, reunido con José María Aznar, Álvaro Uribe y Antonio Ledezma, es enternecedor. Además, pudiera ser emblemático. Nada de extraño tiene el contacto protocolar con motivo de una toma de posesión. No vamos a llegar al extremo de negar, tajantemente, los melindres de la diplomacia. Pero lo sucedido en Santiago es sintomático. Porque Piñera le dedicó especial atención, creo que para medirlos, a esos tres mosqueteros de la derecha más recalcitrante. O, mejor, a dos, porque el otro es simplemente un coleado. Ledezma es un oportunista redomado que siempre está buscando pantallear. Se la pasa viajando por el mundo, asistiendo a cuanto arroz lo invitan -o forzando invitaciones para codearse y darse bomba-, mientras abandona sus funciones como Alcalde, se olvida de sus votantes, y gasta un dineral en turismo político que les escamotea a los trabajadores y empleados que viven en la peladera más grande.
HUBO VARIAS REUNIONES de Piñera con los ultras. Por cierto, con un Aznar terriblemente desacreditado que ni siquiera sus compañeros del PP lo quieren. Más bien lo esconden porque están conscientes de las reacciones adversas que despierta. El otro, Uribe Vélez -por cierto, se chorreó en el acto de juramentación del Congreso cuando sintió los temblores, y alguien le gritó ¡sea varón!-, con los días contados como presidente, fue el encargado de explicarle al chileno cómo hizo para gobernar ocho años Colombia sin resolver ninguno de sus problemas (mientras se realizaban esas conversaciones el gordo Alan García merodeaba y hacía chistes). Ledezma le pidió a Piñera que tutelara la democracia venezolana; que no la dejara morir y que necesitaba ayuda. A lo cual el chileno le pidió que se explicara, que fuera más claro, y el Alcalde cayó en la trampa. Peló por un papel con unos presupuestos y respondió que necesitaba cierta erogación de carácter crematístico para cubrir necesidades urgentes. Piñera -comentó un funcionario que se hallaba próximo- lo miró de arriba y abajo y le dijo: "Nosotros no estamos para ayudar sino para que nos ayuden". Aznar se concretó a explicar el peligro del chavismo. "Es un virus", recalcó. "¿Cuáles son sus características?" -preguntó el chileno que es gran preguntador- "Que ataca únicamente a los ricos, a los multimillonarios" -respondió el testaferro de Bush.
¡Es un Honor Estar con Obrador!
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