Ya no aguantan en el Valle; quieren armarse. | Diario.com.mx
Ya no aguantan en el Valle; quieren armarse
Luz del Carmen Sosa El Diario | 12-03-2010 | 00:00 | Local
Praxedis G. Guerrero— La desesperación e impotencia que sentían dos ejidatarios se percibían a lo lejos. Ambos caminaban de un lado a otro y miraban con recelo a los agentes federales que protegían el lugar donde estaba el cuerpo sin vida de José Luis González, su amigo. “Los soldados no están haciendo nada, entonces, queremos que nos permitan armarnos para defendernos y defender a nuestras familias”, casi gritaba el ejidatario que auxilió al empleado municipal asesinado la mañana de ayer mientras recolectaba la basura. El trabajador fue una de cuatro víctimas que quedaron a lo largo de la carretera Juárez-Porvenir. “Las cosas aquí (en el Valle de Juárez) cada vez están peores, no podemos estar a gusto en nuestras casas porque hasta al baño entran los sicarios a matarnos, nosotros no tenemos manera de defender a nuestras familias y los soldados nomás están ahí cuidando los cadáveres”, dice mientras sus ojos se llenan de lágrimas. “Me gritó que lo auxiliara. Nosotros estábamos adentro de la casa cuando empezamos a oír los balazos y salimos al escuchar el golpe del camión, luego oímos sus gritos... hicimos lo posible (por salvarlo) pero no se pudo”, agrega. A su lado otro agricultor tocaba las heridas que sufrió en sus manos al tratar de rescatar el cuerpo de las aguas residuales. El reporte de la Subprocuraduría de Justicia en la Zona Norte establece que los hechos fueron reportados a las 08:18 horas. Dos asesinatos ocurrieron a la altura del kilómetro 73 y otros dos en el kilómetro 79 de la vialidad estatal. La gente ya está harta, ya no quiere vivir sumergida en este miedo, aseguran El camión de la Dirección de Limpia quedó con el motor y el radio encendidos. La alegre música del grupo “Los Frontera” contrastaba con la realidad. Una familia más había sufrido la pérdida de sus seres queridos. El motivo de la agresión todos lo desconocían. “Mi hijo José Luis estuvo trabajando muchos años en Estados Unidos sin papeles y hace un mes lo regresaron; junto con mi yerno (Julio César Murillo Orozco) consiguieron este trabajo en Limpia y eso hacían”, dijo el padre de la víctima. Indicó que ambos empezaron a trabajar desde las siete de la mañana y estaban empezando su ruta. Por el lugar donde ocurrieron los hechos, el padre de familia consideró que se dirigían a Rancho Nuevo para recolectar la basura. “Ellos terminaban el recorrido a la una de la tarde y de ahí mi hijo se iba conmigo al rancho para ayudarme con la siembra”, explicó. El hombre se acercaba a un cuerpo y luego a otro. El dolor era evidente. “No hacían nada malo, eran gente de bien, muchachos humildes, dedicados a su trabajo y a la labor, nada hacían de malo”, afirmaba el afligido padre. Sobre el cuerpo de Julio César se observó una sobrecama de flores de colores. “Es mi yerno”, explicaba el afligido padre. Los hombres de campo cerraban con fuerza los puños de sus manos maltratadas por las herramientas del campo como muestra de la impotencia que sentían. Sus rostros, curtidos por las horas bajo el sol cuidando sus cosechas, estaban desencajados. “Si los soldados no hacen nada, que nos dejen armarnos, para nosotros poder cuidar a nuestras familias. Por ellos no lo están haciendo”, dijo el propietario de uno de los ranchos donde ocurrió el doble homicidio. “La gente ya está harta, ya no quiere vivir sumergida en este miedo y antes de que acaben con el pueblo preferimos armarnos”, advirtió. “Toda la gente del Valle se está yendo, si no puede la autoridad hacer nada para evitar esto, vamos a tomar las armas porque no vamos a permitir que se sigan metiendo a matarnos hasta nuestras casas como lo hicieron al comisario ejidal”, agregó otro de los entrevistados. Luego de ver que los militares y los federales se limitaban a resguardar la escena del crimen, los vecinos lamentaron que las fuerzas federales sólo actuaran “cuidando cadáveres”. Tras la llegada de los agentes ministeriales, de pronto se observó al helicóptero militar que sobrevolaba el área. En lo que va de la presente semana, hasta el jueves a las cinco de tarde, siete personas habían sido asesinadas en las comunidades rurales. Luego del cuádruple homicidio ocurrido ayer por la mañana, los agentes federales y militares instalaron cuatro puntos de revisión sobre la carretera Juárez-Porvenir, sin que hasta el cierre de esta edición se reportara el arresto de los homicidas.
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