Fin a la militarización del país, demandan familias juarenses
Solidaridad es la respuesta a los sucesos en esa urbe fronteriza, afirma Carlos Monsiváis
Exigen que poderes Legislativo y Judicial eviten que se profundice
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el estado de sitio
María Dávila (derecha), madre de dos jóvenes asesinados el 30 de enero en Ciudad Juárez y quien encaró al presidente Felipe Calderón en esa urbe, es acompañada por el escritor Carlos Monsiváis. En el contingente juarense también figura Guadalupe Méndez (izquierda), cuyo hijo está detenido bajo la acusación de haber participado en la matanza de Villas de SalvácarFoto María Luisa Severiano
Fabiola Palapa Quijas
Periódico La Jornada
Martes 9 de marzo de 2010, p. 39
Martes 9 de marzo de 2010, p. 39
Familiares de víctimas de la matanza estudiantil de Salvácar, Chihuahua, perpetrada el pasado 30 de enero, levantaron la voz para decir a las autoridades
basta de una guerra que no queremos. Basta de mentiras. No queremos canjear nada por vida. Necesitamos justicia en Juárez y todo el país para detener este terrible imperio de la impunidad.
En el foro Primero la justicia, voces por Juárez, que se realizó en la Casa del Teatro, en Coyoacán, Distrito Federal, convocado por distintos artistas, las juarenses advirtieron que
esta guerra es un plan para todo el paísy existen “réplicas en Tamaulipas, Coahuila y Michoacán, pero Ciudad Juárez, desde hace años, ha sido laboratorio de experimentación, de feminicidios, y ahora somos la experimentación de la militarización del país”.
Expresaron:
no puede haber reconstrucción sin justicia, porque la impunidad seguirá llenando de sangre nuestras calles. No puede haber reconstrucción arrebatándonos a nuestros hijos. No puede haber reconstrucción en el marco de una vida secuestrada y sin libertades. La única plataforma de convivencia y reconstrucción es la justicia.
En el encuentro compartieron sus testimonios Luz María y Patricia Dávila, madre y tía, respectivamente, de dos estudiantes asesinados en la matanza de Salvácar.
Tenemos mucho miedo, pero el dolor, el coraje y la impotencia nos hicieron levantar la voz. A lo mejor hablamos de más, sin embargo, estoy segura de que lo que expusimos fue porque lo sentimos, manifestó Patricia.
Todo empeoró con la llegada del Ejército
Agregó que las autoridades no aceptan lo que ocurre en Chihuahua, porque es admitir que su estrategia falló.
A partir de la llegada del Ejército todo empeoró. Seguiremos adelante con todo, buscamos justicia y paz en Juárez; no queremos que esta ciudad desaparezca.
Patricia Dávila comentó que se siente “tan lejos de Dios y tan cerquita de El Paso, Texas. Allá se siente el ambiente diferente, y en Juárez tenemos miedo de salir. Ya no salimos a la calle, y a nuestros hijos los encerramos temprano. Ya no dormimos, ya no hay trabajo. Es un ambiente pesado y triste.
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