¿Es la "reforma" de los seguros sanitarios en EEUU mejor que nada?
Randall Wray
New Economic Perspectives
Muchos de los que apoyaban la reforma sanitaria en EEUU celebran la aprobación de esta verdadera Ley de Rescate de las Aseguradoras de Servicios Sanitarios (LRASS) con el argumento de que algo –no importa cuán errado en lo fundamental— es mejor que nada. Estupendo. Así argumentan Michael Moore o Dennis Kucinich, los cuales son, desde luego, mucho más astutos políticamente que yo. ¿Cómo puedo criticar ese argumento?
Muchos de mis amigos no quieren ni oír hablar de los yerros de esta ley. Piden una tregua, aunque sea de días, para poder refocilarse en la gloriosa victoria. Creen que mis críticas a la LRASS son “perturbadoras”. Una buena descripción de mi trabajo.
Muy bien, celebrad la victoria. Pero ¿no creéis que alguien debería apuntar a los errores para que luego pudiéramos seguir avanzando? Aun si la ley representara una mejora marginal respecto de lo que tenemos, aun si permite a los demócratas apuntarse una victoria, nadie debería llamarse a engaño y pensar que eso es una reforma sanitaria. ¿Reforma de los seguros sanitarios? De acuerdo, tal vez un poco; pero de eso, luego.
Yo creo que cualquier legislación que obliga a la gente, contra su voluntad, a realizar pagos al sector FIRE [finanzas, seguros y bienes raíces, por sus siglas en inglés; T.] es un error: no hay que darle mucho pensamiento para prever el tipo de problemas que eso irá generando. Obsérvese también que el gobierno empezará a introducir impuestos y a reducir la financiación de Medicare antes de que nadie llegue a percibir los “beneficios” de la legislación. ¡Qué gran política, en medio de esta gran depresión! (Suena como el déjà vu de 1937, cuando el gobierno empezó a gravar fiscalmente los salarios antes de comenzar a efectuar los pagos de la Seguridad Social, devolviendo la economía a la Gran Depresión? ¡Toma ya!)
Hay muy poco en la ley que exija a las aseguradoras sanitarias pagar realmente por el suministro de cualesquiera servicios adicionales, y el grueso de las pequeñas mejoras en este asunto no entrará en vigor hasta 2014 o 2018. Léase la letra pequeña. Los actuales proveedores de seguros no están obligados por las nuevas exigencias legales, sólo los que aseguren a partir de ahora. Para las empresas aseguradoras que siguen con el “legado” significa seguir como siempre con los negocios mafiosos, y tiempo para luchar y blindarse contra las cláusulas legales, a fin de que éstas nunca lleguen a entrar en vigor.
Es verdad: hay más gente que tendrá seguro sanitario. ¿Tendrán realmente más asistencia cubierta? Se les embestirá con deducciones, copagos, limitaciones anuales (por varios años más), exclusiones, expensas extraordinarias, dineros adelantables del propio bolsillo… Con eso se conseguirá que la asistencia sanitaria resulte demasiado cara como para que puedan llegar a beneficiarse de su nuevo seguro. Y mucha gente actualmente asegurada tendrá que pagar más impuestos. Las primas subirán. El gobierno descargará sobre vosotros una parte mayor del coste. Wall Street necesita vuestro dinero.
Habrá revueltas de los no asegurados a los que les repatea la obligación de asegurarse. Podríamos llegar a necesitar más policías antidisturbios y más cárceles. Más costes, pues, para asegurar el flujo de las aseguradoras de Wall Street.
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