21 de febrero de 2010

La Jornada: Las alianzas

La Jornada: Las alianzas


Las alianzas
Luis Javier Garrido


Las alianzas electorales que el gobierno calderonista busca imponerle al PRD no tienen más objetivo que fortalecer en México un sistema autocrático, en el que las fuerzas populares no puedan tener ya una alternativa electoral en 2012.

1. La preocupación fundamental de Felipe Calderón y de los grupos panistas-yunquistas al iniciarse la segunda mitad del sexenio no es tratar de sacar al país de la gravísima crisis a la que lo han llevado por sus políticas antinacionales y antipopulares aunadas a su ineptitud y corrupción, lo que no les importa, sino fraguar cómo mantenerse en Los Pinos en 2012 para seguir haciendo negocios, y un sector de empresarios y algunas trasnacionales vinculadas al PP español los están persuadiendo de que aún pueden lograrlo, aun prescindiendo del PRI, su aliado estratégico y sin el que no hubieran podido mantenerse en el gobierno.

2. La renuncia de Fernando Gómez Mont al PAN el 10 de febrero fue un signo de que el matrimonio de conveniencia entre PRI y PAN está enfrentando una crisis con vistas a 2012 por la pretensión del tricolor, aliado a Televisa, de imponer al mexiquense Enrique Peña Nieto, lo que ya se había advertido semanas atrás cuando Carlos Salinas de Gortari destapó como posible candidato priísta a Fidel Herrera, eventual candidato para perder en ese 2012, y abrió un espacio para la negociación entre los integrantes de la mafia en el poder.

3. Lo que no puede esperar para la derecha mexicana es el escenario nacional cada vez más crítico y el riesgo que ello entraña para las presidenciales. De ahí las alianzas electorales que están urdiendo con el grupo de los chuchos, sus incondicionales del PRD, y que no están destinadas a ganar gubernaturas en 2010, sino a sentar las bases para cerrarle el camino a Andrés Manuel López Obrador en 2012, impidiendo que haya una candidatura de oposición. La pretensión de Calderón de apoderarse del PT es ya un anuncio de esa estrategia.

4. Habría que recordar ante este intento de manipular a la ciudadanía que las alianzas de partidos afines para presentar candidatos al Congreso constituyen un mecanismo de los regímenes parlamentarios en los que gobierna la mayoría legislativa, nunca de los presidenciales, donde el Legislativo debe ser un contrapeso al Ejecutivo. La alianza de partidos, que oficialmente son contrarios en todo como en el caso del PAN y el PRD, busca confundir a los electores para que asuman que no hay grandes diferencias programáticas entre ambas formaciones políticas y avalen las políticas de la minoría oligárquica que está depredando al país y que es contraria a los intereses populares, y de paso convalide al PAN golpista como un partido al igual que cualquiera.

5. Las alianzas electorales se plantearon como útiles en los años 90 del siglo anterior, cuando los panistas, a pesar de estar aliados con Salinas, simularon ser demócratas pretendiendo estar dispuestos a pelear junto con la izquierda para instaurar un sistema electoral democrático y otro régimen político en el país, por lo que hubo candidaturas comunes en San Luis Potosí (1991) y en Durango (1992), que no llegaron, hasta que en uno de los raros casos en que triunfó una fórmula PAN-PRD (1999) su fracaso fue absoluto, pues el ex priísta Antonio Echeverría gobernó Nayarit como un sátrapa de derecha.

6. En el México de 2010, todo mundo sabe que el PAN es un partido enemigo de la democracia, que alcanzó en 2006 la Presidencia por el fraude electoral más grande en la historia reciente y que ha estado fortaleciendo el mismo régimen político, con rasgos más despóticos que en los años del PRI, pues se funda en los fraudes electorales como en el control que los medios ejercen sobre el pueblo, sin más proyecto que entregar las riquezas básicas de la nación y el control de sus enclaves estratégicos a Washington.



¡Es un Honor Estar con Obrador!

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

#Dontriananews gracias por escribirnos