23 de noviembre de 2009

PROCESO - Impreso 1725 | El PAN empeoró la corrupción | DANIEL LIZáRRAGA,

PROCESO.COM.MX - Impreso 1725 | Presidencia | El PAN empeoró la corrupción | DANIEL LIZáRRAGA,:
"El PAN empeoró la corrupción
DANIEL LIZáRRAGA,
El Índice de Percepción de Corrupción (IPC), que elabora la organización Transparencia Internacional, es elocuente: este año México comparte el lugar 89 con Lesotho, Malawi, Ruanda y Moldavia, que hasta hace poco no figuraban en el análisis. Para ellos la puntuación de 3.3 representa un progreso. En cambio, aquí, los gobiernos panistas mantienen vigente la trama priista del contubernio y la componenda, mientras bloquean legal y administrativamente a las instituciones de vigilancia, información y rendición de cuentas."

Lesotho es un pequeño reino montañés cuyos habitantes tienen una esperanza de vida de 37 años y sufren una de las tasas más altas de casos de infección por VIH/sida –23%, sólo detrás de otras naciones africanas, como Suazilandia y Botswana–; sin embargo, obtuvo una calificación de 3.3 en el Índice de Percepción de Corrupción (IPC) 2009, con lo que se ubicó en el mismo nivel que México, según se desprende del informe de la organización Transparencia Internacional, que realiza ese estudio.
El IPC se basa en 13 sondeos y encuestas elaboradas por 10 instituciones independientes. La calificación más alta es 10 y la más baja es 0. El IPC se aplica en forma de encuestas sobre la corrupción del sector público de 180 naciones. Se incluyen preguntas relacionadas con el abuso del poder para beneficio privado, sobornos a funcionarios, malversaciones del erario y la eficacia del sector público.
Todas las fuentes de datos deben proporcionar una clasificación de los países y medir el alcance global de la corrupción. Esta condición excluye los estudios en que la corrupción se mezcle con otros problemas, como la inestabilidad política, la descen­tralización y el nacionalismo.
Con un régimen monárquico parlamentario, Lesotho requiere de la ayuda extranjera para mitigar las hambrunas, ya que en promedio su población sobrevive con 2.65 dólares diarios. Y a pesar de que hasta 1966 consiguió independizarse del Reino Unido, de que no cuenta con una Ley de Transparencia y padeció un golpe militar en 1986, el pequeño país apareció en el IPC en 2005 y desde entonces ha mantenido su promedio de 3.3.
México fue tomado en cuenta por Transparencia Internacional desde 2001, el primer año del IPC. Era el inicio del sexenio de Vicente Fox, el primer presidente surgido de la oposición y quien hizo del combate a la corrupción una de sus banderas de campaña. Sin embargo, desde entonces las calificaciones de México han ido cuesta abajo y el actual 3.3 es la peor en nueve años.
Los gobiernos panistas de Fox y de Felipe Calderón no han conseguido nunca una calificación aprobatoria de 6 y tampoco han recuperado al menos el promedio de 3.7 que heredaron del régimen priista, cuya supremacía duró más de 70 años y se caracterizó por la corrupción.
Malos pescadores
Al dar a conocer los resultados del IPC correspondiente a 2009, el martes 17, Transparencia Internacional informó desde sus oficinas en Berlín, Alemania, que la corrupción sigue siendo un desafío mundial, ya que la mayoría de los países obtuvo una calificación inferior a cinco puntos, como México y Lesotho.
Ese país, con un territorio de 30 mil 355 kilómetros cuadrados –extensión similar a la del estado de Guanajuato–, apareció sorpresivamente en el índice sobre la corrupción cuando encarceló a funcionarios y representantes de empresas trasnacionales por pactar sobornos que se calculan en 6 millones de dólares, a fin de impulsar un proyecto para proveer de agua potable a zonas desérticas.
El Proyecto Hidráulico de la Región Montañosa de Lesotho (LHWP, por sus siglas en inglés) fue considerado por el Banco Mundial como una de las obras más ambiciosas, con un costo de 8 mil millones de dólares. Se trata de un sistema de grandes presas y túneles que llevarían agua a la árida provincia sudafricana de Gauteng y, al mismo tiempo, generarían electricidad para las zonas más desprotegidas.
En 2002, cuando aún no era tomado en cuenta por Transparencia Internacional, el gobierno de Lesotho llamó la atención de la prensa europea cuando condenó al director general de LHWP, Efraim Sole, a 18 años de prisión. Además, les impuso multas de varios millones de dólares a empresas vinculadas al proyecto, como la canadiense Acres.
El gobierno del país africano prosiguió sus investigaciones, aunque estaba de por medio la más grande obra de infraestructura en su historia, la cual elevaría la calidad de vida en sus comunidades. El juicio contra las empresas y los funcionarios duró dos años.
La misma semana que Transparencia Internacional dio a conocer los resultados del IPC 2009 que ubican a Lesotho con 3.3 de calificación, el diario español El País publicó en su suplemento El País Semanal (edición 1729) una serie de reportajes titulado “20 historias, 20 países, 20 años de la Convención sobre los Derechos del Niño”. Ahí aparece la historia de “el reino de las abuelas”, como llaman a Lesotho, porque al morir los padres, comúnmente de sida, los niños quedan al cuidado de las ancianas.
Desde 2002 México cuenta con una Ley Federal de Transparencia que ha sido emulada en Centroamérica y el Caribe. La reciente norma creada en Chile también guarda similitudes con el “sistema mexicano”, como se le conoce internacionalmente. No obstante, como reiteró públicamente el excomisionado del Instituto Federal de Acceso a la Información (IFAI), Juan Pablo Guerrero, “las leyes de transparencia no combaten por sí solas la corrupción ni van a acabar con la impunidad. Sostener lo contrario es una falacia”.
Lesotho no cuenta con la Ley de Transparencia, pero esta circunstancia, que comparte con la gran mayoría de los países de su continente, no impidió que obtuvieran amplio respaldo del gobierno suizo para investigar una compleja red de cuentas bancarias que se utilizaron para sacar el dinero de los sobornos.
También colaboró en este juicio Sudáfrica, en cuyo territorio está enclavado Leso­tho. Como buen vecino, ayudó con toda la documentación que tuvo a su alcance y creó una brigada de más de 100 funcionarios, llamada Los Escorpiones Azules, con el fin de perseguir delitos relacionados con la explotación de sus caudalosos ríos.
Precisamente Sudáfrica es otro caso interesante por sus números en el IPC. Durante 46 años, de 1948 a 1995, padeció el aislamiento político, económico y deportivo como consecuencia del apartheid o segregación racial; pero recientemente fue distinguido como el primer país africano que organizará el campeonato mundial de futbol en 2010, y en el último IPC de Transparencia Internacional ocupó el lugar 55, con 4.7 puntos.
Ese puntaje es reprobatorio y aun así parece una lejana meta para México. El año que estuvo más cerca fue en 2001, al principio del gobierno foxista, cuando llegó a 3.7, pero en realidad la medición correspondió al año 2000, el último del sexenio del priista Ernesto Zedillo.
El 10 de diciembre de 2001 el presidente Vicente Fox anunció en Querétaro que pronto caerían “peces gordos” como consecuencia de la lucha contra la corrupción. Para ello nombró a Francisco Barrio como secretario de Contraloría y Desarrollo Administrativo. Pero nunca se movieron las redes tendidas por el gobierno federal. No hubo, ni de lejos, peces tan gordos como los que pescó el gobierno de Lesotho, entre ellos quien fue director del ambicioso proyecto LHWP.
El caso más importante de corrupción que tuvo en sus manos el foxismo fue el desvío de recursos públicos de Petróleos Mexicanos para apoyar la campaña del candidato presidencial priista, Francisco Labastida Ochoa, en un enredo conocido como el Pemexgate. Tres de los presuntos implicados –los líderes del poderoso sindicato petrolero, Carlos Romero Deschamps y Ricardo Aldana, así como el otrora director de la paraestatal, Rogelio Montemayor– nunca pisaron la cárcel.
El 13 de diciembre de 2001, el zar anticorrupción del foxismo reveló entonces que cuando Carlos Salomón Cámara era director de la Lotería Nacional, entregó a un grupo de vendedores 63 millones 331 mil 179 pesos en forma ilegal. Entre los beneficiados se encontraba uno de sus familiares. No obstante la espectacularidad del anuncio, el golpe no se concretó. La Procuraduría General de la República deslindó al exfuncionario de toda responsabilidad. El asunto ni siquiera llegó a los juzgados.
Al siguiente año México bajó un punto en el IPC, al pasar de 3.7 a 3.6. Nunca se ha recuperado.
Transparencia saboteada
Lesotho no es el único país que compartió con México el lugar 89 en la lista de Transparencia Internacional de 2009. En ese escalafón aparecieron también Malawi, Moldavia y Ruanda.
La estrepitosa caída de México en la medición de Transparencia Internacional fue la noticia principal en la gran mayoría de los diarios editados en la Ciudad de México el pasado miércoles 18.
“Mientras haya tantos trámites habrá mucha oportunidad de corrupción”, dijo al respecto el secretario de la Función Pública, Salvador Vega. Pero Salomón Presburger, presidente de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin), comentó: “Los jóvenes están aprendiendo que al ser corruptos existe una paga”.
Malawi, una excolonia británica, es uno de los países menos desarrollados y más densamente poblados del mundo. Su economía está basada en la agricultura. El gobierno depende completamente del apoyo internacional para satisfacer sus necesidades básicas, y la esperanza de vida de sus habitantes no supera los 45 años. Actualmente cuenta con 39 aeropuertos pero sólo seis de ellos tienen pistas pavimentadas.
A pesar de sus difíciles circunstancias económicas, el gobierno de Malawi obtuvo este año su calificación más alta desde que se dio a conocer el IPC en 2001. Esta pequeña nación, colindante con Zambia y Mozambique, consiguió su independencia del Reino Unido el 6 de julio de 1964, hace 45 años. México está por llegar al bicentenario de la Independencia y al centenario de la Revolución.
Los países que alcanzaron las mejores calificaciones en el IPC fueron Nueva Zelanda (9.4), Dinamarca (9.3), Singapur (9.2), Suecia (9.2) y Suiza (9.0). Tienen en común la estabilidad política, que han logrado normar los conflictos de intereses y que consolidaron las instituciones destinadas a combatir la corrupción.
Hace alrededor de dos meses, el presidente Felipe Calderón propuso al Congreso de la Unión desaparecer tres secretarías de Estado para ahorrar recursos públicos. Una de las elegidas fue la de la Función Pública, encargada de vigilar a los funcionarios y de supervisar el uso del erario, así como de regular las licitaciones en obras de infraestructura.
Aunque esta alternativa fue rechazada por el Congreso de la Unión, el mandatario propuso crear una Contraloría General de la República, cuyo titular sería designado por Calderón y despacharía en la residencia oficial de Los Pinos. Pero lo más novedoso, incluso en el ámbito internacional, fue el planteamiento de que la propia Presidencia de la República resolviera cualquier queja o inconformidad que surgiera sobre las licitaciones en materia de infraestructura.
Esto contradice las recomendaciones de Transparencia Internacional, según la cual resulta indispensable contar con instituciones sólidas, autónomas y con suficientes recursos públicos para combatir la corrupción.
Ruanda, otra de las naciones que apareció con la misma calificación de México, padece altísimas tasas de desnutrición crónica. Aún no se repone de sus sangrientas guerras internas, especialmente del genocidio desencadenado en 1994 y en el que murieron alrededor de 1 millón de personas.
En esa época, al presidente Carlos Salinas de Gortari le estallaba en las manos el sueño de llevar a México al llamado primer mundo. Ruanda era un país en conflicto y el genocidio se difundió por la prensa con imágenes e historias atroces. Este año, Ruanda y México obtuvieron la misma calificación en el IPC 2009: 3.3 .
Ruanda tiene como único sostén económico su agricultura. México es uno de los socios comerciales de mayor peso de Estados Unidos, la nación más poderosa del mundo. De hecho, en 2001, cuando Transparencia Internacional publicó por vez primera el IPC, Ruanda no apareció en él. No obstante, ese mismo año México, que ya estaba a las puertas de la alternancia política luego de más de 70 años de hegemonía priista, alcanzó su calificación más alta: 3.7.
Hasta la fecha, el gobierno calderonista no ha informado sobre casos especiales de sobornos. Tampoco ha investigado los expedientes que datan del régimen priista y que permanecen guardados en el Archivo General de la Nación. En la Secretaría de la Función Pública despacha un amigo del presidente, Salvador Vega, quien no tenía experiencia en la persecución de delitos relacionados con el lavado de dinero, los sobornos o la malversación de recursos públicos. Su trabajo anterior fue legislativo.
Moldavia, otra de la naciones que empató con México en el IPC 2009 es un país de Europa Oriental, sin salida al mar y que limita con Rumania y con Ucrania. Hasta 1991 perteneció a la Unión Soviética, aunque siempre fue una de las zonas más pobres en recursos naturales.
En México, la otra instancia encargada de vigilar el uso y destino de los recursos públicos es la Auditoría Superior de la Federación (ASF), organismo vinculado a la Cámara de Diputados, que apenas alcanza a revisar entre 1.5 y 2.0% del erario debido al poco personal y a su bajo presupuesto. Según la clasificación internacional –marcada por los países que ocupan los primeros lugares en el IPC–, los rangos de revisión deberían oscilar entre 5 y 10%.

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