17 de octubre de 2009

Glorfindel: Sindicato Mexicano de Electricistas: en perspectiva historica

TELSA ENVIA UN APORTE SOBRE EL SME

le comparto este articulo de Glorfindel sociologo de Monterrey Nvo. Leon
Sindicato Mexicano de Electricistas: en perspectiva historica




En las ultimas semanas, hemos sido testigos de una andanada contra un tipo especifico de sindicalismo en Mexico: el sindicalismo democratico que viene desde origenes anclados en la Revolucion Mexicana. Es el caso del Sindicato Mexicano de Electricistas, fundado en 1914 y cuya primera huelga, en 1915-1916, permitio rebasar los marcos mutualistas y cooperativistas que hasta entonces privaban en las escasa agrupaciones obreras."

Esta historia, la primera huelga del SME, que trajo como consecuenica un jalon importante en la modernizacion de las relaciones entre las clase sociales que emergian de la lucha revolucionaria, ha tratado de ser obnubilada por una serie de ideas cuyo comun denominador es que el SME es, segun esta historia vuelta invisible, una agrupacion anti-moderna, anti-economica, anti-social. Segun esta lectura que trata de convertir lo invisible en dato factico, el Sindicato Mexicano de Electricistas ha gozado de prebendas inmerecidas, de acuerdo a la traduccion de un capitalismo salvaje, llamado neoliberalismo, para quien las conquistas logradas en contratos colectivos de trabajo tienen que difuminarse, en aras de esa abstraccion llamada “competitividad”, con la cual a una persona productora de valor (el obrero), tiene que explotarsele al grado de que quede inerme frente a los despidos y frente a medidas draconianas como las que acaba de decretar el señor Calderon, de cara a extinguir la existencia de una de las organizaciones sindicales que se han opuesto a la aplicacion a mansalva de ese capitalismo salvaje: el Sindicato Mexicano de Electricistas.

Esta organizacion sindical logro a lo largo de sus 95 años de existencia, conquistas laborales reflejadas en el salario promedio de un trabajador electricista: unos 10 mil pesos al mes. Suena poco, pero en este mar de pobreza cultivado durante 30 años de neoliberalismo, claro que representa una conquista salarial, mas aun si se toma en cuenta el oceano del charrismo sindical oficialista sembrado durante los 70 y pico de años de contubernio entre los regimenes priistas y lideres obreros agachones.

El Sindicato Mexicano de Electricistas no es una especie de pastelito facil de deglutir. Tiene en sus activos de aprendizaje social una huelga desatada en 1936 para que los trabajadores mexicanos dejaran de estar sometidos al imperio de contratos individuales de trabajo (con los cuales, ayer como hoy) los empleadores se sirven para rozagarse con esa mentalidad socialmente irracional de enviar a la calle de la angustia y de la destruccion de una vida, a decenas, cientos, miles, de trabajadores.

Este olvido de la historia de las clases subalternas, y en particular de las clases trabajadoras creadoras de valor, es lo que irrita en las posiciones defendidas por Denise Dresser.

Pues a lo largo de la historia de las clases dominantes, estas se esfuerzan por trazar un estilo de pensamiento en el que a los sectores trabajadores, se les tiene que juzgar por su “productividad”, independientemente de que sus empleadores sean individuos y grupos economicamente ineficientes. Yq que hacen lo posible para evadir impuestos. Y cuya idea de la riqueza se funda en la explotacion a fondo de personas a las cuales se les puede poner en la calle y entonces despojarlas no solo de su medio de subsistencia (el salario), sino de su cultura productiva, esa cultura que hace funcionar maquinas, hornos, compañerismo laboral: una cultura de los trabajadores que ha hecho posible avances en la tecnica y en la produccion.

Un pensamiento libertario tiene que despojarse de esos esquemas de explotacion a mansalva, y en el que tanto se han esforzado por implantar en los imaginarios colectivos, los segmentos mas conservadores de la sociedad mexicana.

En el caso concreto del Sindicato Mexicano de Electricistas, ese estilo de pensamiento se ha esforzado por realizar una mixtura inaceptable entre lo que son las conquistas laborales conseguidas por esa brava agrupacion sindical, con la deficiente administracion de la Compañia Mexicana de Luz y Fuerza del Centro. Si nos esforzamos por romper con la serie de juicios de valor que atienden a lo inmediato y a un cumulo suelto de quejas (quejas que son extensibles a Gas Natural, una empresa transnacional), pienso que estaremos en condiciones de arribar a un pensamiento que va mas alla de lo trivial, para comprender, aunque sea en pedazos, la complejidad historica que representan las conquistas laborales de las mujeres y hombres productoras de valor, es decir, los trabajadores, en sus relaciones siempre complejas con los empresarios, muy a menudo un sector que se esfuerza en sacarle la vuelta a sus obligaciones fiscales por la via de la evasion de impuestos.

Tengo la conviccion de que las “25 razones” que esgrime la señora Denise Dresser para reprocharle a la izquierda mexicana su apoyo al Sindicato Mexicano de Electricistas, no alcanzan ese estatuto de racionalidad, sino de meras ocurrencias. Igual pudo plantear 10, o 30, o 50, pues en ese terreno del olvido historico, da lo mismo postular un guarismo cualquiera.

No se trata entonces, para nada, de establecer una listita de dizque “razones” sacadas del baul de las meras ocurrencias. Se trata de analizar lo que una agrupacion como el Sindicato Mexicano de Electricistas ha logrado en sus casi 95 años de trayectoria. No se trata de condenar a los obreros por sus conquistas laborales, sino de analizar el cumulo de causas que han impedido al resto de las organizaciones obreras mexicanas el arribar a esas condicones de trabajo. Y tengase en cuenta el dato historico que olvida o que no quiere ver Dresser: el SME es una de las escasas organizaciones obreras que practica una democracia interna. Merito a tomar en cuenta al considerar el oceano de charrismo sindical en cuya historia se ha envuelto: contratos leoninos de trabajo, contratos de proteccion propios del sindicalismo “blanco”.

Es inadmisible que se generalice esa idea tan cara a los grupos que propugnan un capitalismo salvaje, en el sentido de que “todos los sindicatos son iguales”. Hay que diferenciar y tener el empuje analitico para escapar de esa mentalidad que hace de toda forma de defensa del trabajo, una “tabula rasa”. Si nos instalamos en estas coordenadas de la simplicidad, claro que se le facilita la tarea a los sectores dominantes para decir que el sindicalismo, per se, es inutil, anti-economico, anti-social.

La cuestion no es condenar a un sindicato de trayectoria combativa como el SME, sino de ver el por que otras organizaciones sindicales no tienen una vida democratica interior como este sindicato, y por que no han conseguido conquistas plasmadas en sus contratos colectivos de trabajo.

El proyecto que impulsa Calderon, hay que decirlo claro y fuerte, no contempla esa forma autonoma e independiente que represemta el SME. Contempla, eso si, un mar de personas que pueden ser arrojadas a la calle en cualquier instante por mor del establecimiento unilateral de contratos individuales de trabajo. Esto no es “progreso”. Al contario. Es una regresion que se coloca por detras de esa conquista del pueblo mexicano que es el articulo 123 Constitucional. Una vuelta a los tiempos injustos de ese arreglo historico rebasado al precio de mas de un millon de vidas, y al cual lo identificamos como el Porfirismo.

¡Es un Honor Estar con Obrador!

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