2 de septiembre de 2009

VERSIÓN PIRATA DEL "INFORME" DEL ESPURIO CALDERON

"(Transcripción fehaciente y más o menos literal del Informe que el Jefe del Ejecutivo presenta al Poder Legislativo… mejor dicho, emite vía teleconferencia, ante el temor de que algunos diputados le den de botellazos si acude a entregarlo personalmente).



Deplorable Congreso de la Unión:
Acudo (bueno, es un decir) ante esta Soberanía (Risitas sofocadas) para informar sobre los acontecimientos más importantes ocurridos, no durante el año precedente, sino lo sucedido en los últimos lustros; o si me apuran tantito, décadas. Sí, ya sé que eso desborda los límites de mi autoridad; pero dado que ésta resulta tan escasa, y que las cosas nunca cambian en este país de pacotilla, da lo mismo. Así al menos podré alargar esta ceremonia lo suficiente como para desquitarme jorobándolos yo a ustedes, para variar.

Me complace informarles que, manteniendo una tradición histórica que nos enorgullece, este país sigue empeñado en ser pobre. Sus esfuerzos por no crecer económicamente, por no subsanar las carencias en todos los órdenes, por perpetuar plagas y vicios ancestrales, son realmente encomiables. Mantenemos el orden priista heredado (que nunca fue muy eficaz que digamos, pero parecía, al menos, ordenado), ante nuestra genética incapacidad para cambiar nada de sustento. Resulta encomiable que, sabiendo cuáles son las lacras que impiden el progreso de México, nos esforcemos en conservarlas. El mérito reside tanto en el Ejecutivo como en la Representación Nacional, que se distingue por no hacer absolutamente nada de provecho, inventarse bonos y prestaciones, pasarse el tiempo discutiendo tonterías y realizando reformas perfectamente inútiles, que no reforman nada, y que, como la electoral o energética recientes, sólo sirven para ir en reversa. Que el Legislativo sea tan inepto y pusilánime como el Ejecutivo resulta reconfortante en estos tiempos de competencia internacional (Aplausos).
El país sufre la peor crisis económica desde la plaga de chahuistle de 1691 que tan lúcidamente describiera don Carlos de Sigüenza y Góngora. Como todos sabemos, esta administración no tuvo ninguna responsabilidad en su estallido: fue causada por la hecatombe mundial de los créditos tóxicos, las hipotecas ninjas y el calentamiento global de Paris Hilton. Que nos haya pegado peor que a cualquier otro país del planeta tiene que ver con la maldición de la Malinche, nuestra evidente vulnerabilidad a los catarritos y, tangencialmente, a que no se han hecho las reformas que desde hace dos décadas el país requiere para crecer. Pero no importa. Seguiremos manteniendo las barreras a la inversión productiva, la creación de empleos y el aprovechamiento óptimo de nuestros recursos cada vez más mermados. Por ello, reiteramos nuestro más profundo respeto a los sindicatos gangsteriles que estorban la modernización y progreso de prácticamente todo, desde la industria minera hasta la creación de garapiñados para microondas (Aplausos de la izquierda paleolítica). El sistema fiscal, os lo prometo, seguirá siendo un galimatías. Sostendremos contra viento y marea los privilegios de los monopolios, públicos y privados, que limitan la competencia y fomentan esa característica tan nacional: la mediocridad. Que al cabo los mayas dijeron que el mundo se acabará en el 2012: ni para qué esforzarse (Aplausos de los 18 senadores yucatecos).
La producción de petróleo sigue descendiendo, lo que ha disminuido sustancialmente los ingresos del gobierno (Expresiones de congoja en todas las bancadas). Sin embargo, mi administración se compromete a que ningún sueldo, bono, prestación ni exención de impuestos de ningún funcionario público, diputado, senador o parásito semejante se vea afectada (Suspiro generalizado de alivio; luego, aplausos rabiosos). La razón para ese descenso en la producción y los ingresos no se debe a que México sea el único país en el mundo (¡Sí, el único! ¡Para que vean lo machos y originales que somos!) que no acepta inversión privada ni extranjera en esa área de la economía. Evidentemente, el resto del planeta, los otros 201 países que hay en él, están equivocados. No, el descenso en los ingresos petroleros se debe a que esos veneros nos los escrituró el Diablo, de acuerdo con los estudios de un geólogo de Jerez, Zacatecas. Pero no todo son malas noticias: después de un proceso de licitación organizado por Javier López "Chabelo" (a quien agradecemos su patriótica iniciativa), se acordó la construcción de una nueva refinería; que, desgraciadamente, estará lista hasta después del fin del mundo según los mayas. De hecho, aunque el mundo no se acabe, de la refinería no saldrá una gota de gasolina sino hasta dentro de dos sexenios. Mientras tanto, seguiremos importando gasolina de lugares tan remotos como la India. La ventaja es que quizá esos hidrocarburos puedan luego reencarnar, de perdido en chapopote.
Y no, no se construirán más refinerías porque Pemex no tiene dinero y le pintamos violines a las empresas transnacionales que quieren asociarse con nuestro dinámico monopolio. ¡Jamás atentaremos contra la soberanía dejando que otros creen riqueza en México! ¡Nunca, nunca permitiremos que desde fuera nos ayuden a prosperar! (Aplausos apoteósicos). Seguiremos siendo nacionalistamente miserables. Que Pemex se pudra en la ineficiencia y en las ilustradas manos de un sindicato mafioso y corrupto; pero eso sí: seguirá siendo de Romero Deschamps... perdón, de todos los mexicanos. Polvo será, pero polvo mexicano.
Como medida de emergencia e innovación energética, esta administración conectará generadores a las sepulturas de Manuel Gómez Morín y Carlos Castillo Peraza para aprovechar la energía, hasta ahora desperdiciada, que producen sus cuerpos dando vueltas en la tumba como rehiletes que engañan la vista al girar (Aplausos de los tres panistas que saben quiénes fueron esos señores).
Dentro de nuestra tenaz lucha por seguir siendo pobres merece mención aparte el sector educativo, que año tras año, en los indicadores internacionales, aparece siempre en los últimos lugares. Debemos agradecer por ello a un gremio que mantiene tenazmente logros sindicales como el no ser evaluados (ni despedidos) jamás, o el heredar o vender plazas; lo que en otros países (envidiosos, ellos) llaman prebendas, fueros o privilegios feudales. ¡Los logros de los trabajadores no tienen nada que ver con la modernidad, el ser competitivos ni el dar una educación decente! ¡Nadie les arrebatará lo que lograron mediante la transa y el agandalle (siempre y cuando nos sigan apoyando en momentos electorales)! ¡Y además, esta administración se compromete a pagarle un curso intensivo de lectura a todos los miembros del sindicato, de su lideresa para abajo! ¡Este gobierno alfabetizará a los maestros! (Aplausos atronadores).
Deplorable Congreso de la Unión:
Nos enfrentamos a tiempos difíciles. El país se gangrena por la corrupción, la impunidad generalizada, la ausencia del Estado de Derecho, una clase política rapaz y naca, una absoluta e inexplicable falta de confianza de la ciudadanía y el hecho irrefutable que nos crecieron los enanos de la Concacaf. Pero no desesperemos: si tenemos quinientos años tratando de acabar con México (y no hemos podido), estamos seguros de que aguantará un poquito más. Al menos hasta que termine el sexenio. Entonces podremos decir con orgullo: "Haiga sido como haiga sido". (Aplausos desperdigados; el recinto está semivacío desde hace rato).
Consejo no pedido para ser optimista unas ocho horas: Vea "Leones por corderos" (Lions for lambs, 2007), con Robert Redford, Meryl Streep y Tom Cruise. Digo, hablamos de política y animales... Provecho."

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