LA EDUCACIÓN Y EL DIA DEL MAESTRO EN LOS PINOS
Y EN LA CALLE Pedro
Echeverría V.
1. De nuevo en Los Pinos (bajo control militar del Estado
Mayor Presidencial) el presidente espurio Calderón, el sumiso secretario de
Educación, “hijo de papi” Lujambio y la líder corrupta del SNTE Esther Gordillo,
se reunieron para celebrar el Día del Maestro. Los tres prometieron apuntalar la
Alianza por la Calidad de la Educación (ACE), pero Calderón pidió “que nadie se
equivoque, ya que su alianza con los maestros es sólo por la calidad educativa”.
La profesora Gordillo en su discurso se había quejado de que en un año la ACE ha
perdido dinamismo y está inmersa en indefiniciones respecto de los objetivos que
se propuso cumplir, pero Calderón respondió que no ha mermado la voluntad del
gobierno ni de los maestros por alcanzar la alianza por la calidad educativa del
país. ¡Así se llevará Calderón el sexenio hasta concluir sin
nada!
2. Pero también los profesores de la Coordinadora (CNTE)
festejaron su día, el Día del Maestro, con marchas masivas en las calles para
protestar contra la ACE (por ser el proyecto privatizador educativo del
gobierno), a exigir sus reivindicaciones sindicales, así como para plantear los
derechos de decenas de millones de pobres a una educación popular y de calidad.
Los profesores de la CNTE marcharon en las ciudades de México, Oaxaca,
Cuernavaca, Zacatecas, Michoacán, Querétaro, Sonora, etcétera, mientras los
líderes charros –junto a gobernadores de los estados-entregaban medallas a
profesores distinguidos por añosos en el servicio. (En los años sesenta, cuando
estos líderes venales dominaban totalmente, junto con las autoridades
organizaban una semana de comilonas y parrandas para “tener contentos a los
profesores en sus días”)
3. Comienza a ser repetitivo hablar de política educativa
y política sindical en México. Al parecer ya se han dado todos los argumentos
para pedir y exigir los cambios que se requieren con el objetivo de sacar al
país del barranco económico y educativo en que se encuentra. Se cuenta con los
datos económicos, sociales y las ideas suficientes para transformar radicalmente
este sistema capitalista de explotación y sus instituciones, entre estas las
educativas; pero lo que falla es la estrategia política que debe seguirse para
expulsar a esa poderosa clase gubernamental respaldada por la fuerza militar, la
ideología del poder, así como por los aparatos ideológicos de Estado. Concluyo
una vez más que no basta tener la razón –y el pueblo siempre la ha tenido- se
requiere de la fuerza, de la decisión de los trabajadores para enfrentar a sus
enemigos de clase.
4. Calculo que cada año se publican unos 200 libros y
unos 3 mil artículos sobre asuntos de educación en México; hay miles de
propuestas bien fundamentadas por especialistas y nóveles en este campo. El
problema ha sido siempre la clase
gobernante y el fuerte poder sindical charro que son impenetrables por
propuestas distintas a las que ellos pretenden imponer. Tras los funcionarios
del gobierno y del sindicato siempre hay poderosos intereses económicos y
políticos que llevan a la paralización y al desastre educativo. Los funcionarios
escogen la inmovilidad y la estabilidad política que les garanticen sus altos
salarios y sus negocios a lo largo del sexenio. ¿Para qué arriesgar sus jugosos
salarios y negocios haciendo reformas o cambios educativos profundos que podrían
provocar que los empresarios y demás clases dominantes se
enojen?
5. El desastre educativo no es por la profunda ignorancia
en este campo de Calderón o de su secretario de Educación, sino por los
intereses privatizadores que representan como personajes de la derecha y su
proyecto de destruir la educación pública. Ni Álvaro Obregón (1920/24) ni López
Mateos (1958/64), como presidentes de la República, sabían nada en la materia
educativa pero se valieron de Vasconcelos y Torres Bodet, respectivamente, para
impulsar enormes proyectos educativos que hicieron historia, tales como la
identidad nacional, la alfabetización, las casas del pueblo, el Plan de Once
años, los libros gratuitos, etcétera. Hoy, las tareas son distintas pero se
requiere criterios que busquen una educación popular profunda y de calidad.
Basta con revisar datos internacionales de la OCDE para darnos cuenta de nuestro
desastre educativo.
6. En conferencia de prensa Bernard
Hugonnier, uno de los responsables del informe PISA sobre la evaluación del
nivel de formación de los 30 estados integrantes de la Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y de otros 27 países, señaló que en
total representan el 90 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) mundial.
Los alumnos finlandeses encabezaron la lista con 563 puntos, seguidos de los de
Hong Kong (542), Canadá (534), Taiwán (532), Estonia y Japón (531 cada uno).
México era el último de los 30 países de la OCDE con 410 puntos, por detrás
incluso de Turquía (424) y Grecia (473) y también por debajo de otros países que
no pertenecen al conocido como el "Club de los países desarrollados", como Chile
(438) y Uruguay (428) (El Universal 4/XII/07) Y se han seguido repitiendo estos
informes.
7. El INEGI informa datos estadísticos de 2005 en
los que da una idea de la cantidad de alumnos y maestros por nivel: 3.8 millones
de alumnos se inscribieron en preescolar; 15.3 millones en primaria y 5.8
millones en secundaria. En profesional técnico y bachillerato, o sea medio
superior, 3.3 millones (con apenas 50 a 61 por ciento de eficiencia terminal y
23 y 40 por ciento de reprobación) En licenciatura existen inscritos 125 mil y 5
mil se dieron de baja. Los egresados en 2002 a nivel superior fueron 343 mil
(72.7 universitarios y 11.5 a nivel tecnológico y Normal) y hoy el Consejo
Nacional de Población publica que la planta docente es de 750 profesores, que es
el 4 % de la población laboral, que sus ingresos son de tres salarios mínimos
como promedio y que atiende a 33 millones de alumnos en todos los niveles.
8. Lo
grave es que millones de niños y jóvenes, en edad escolar, están fuera de las
escuelas porque no han podido ingresar, han sido rechazados, reprobados o de
plano porque no han tenido dinero para mantenerse en la escuela o para pagar
cuota en colegio privado alguno. ¡Basta ya! En lo que hay que pensar y trabajar
es en construir una gran fuerza política e ideológica de oposición que salga a
las calles, que se decida a bloquear instituciones y a ocuparlas hasta obligar a
las autoridades a respetarla. La CNTE sigue siendo la vanguardia de la lucha
magisterial y los meses de mayo y junio han sido los mejores tiempos para
desplegar batallas. El Día del Maestro más que ser la culminación sólo será el
inicio de las movilizaciones que preparen la caída del charrismo sindical y de
los proyectos educativos de la derecha.
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