24 de mayo de 2009

CHANGARRITO: La Democracia Económica Mexicana

La Democracia Económica Mexicana

Países durante la historia reciente han llamado la atención del mundo, ya sea por sus desastres humanitarios, por sus guerras, por sus virajes democratizadores desde la raíz o por sus crisis económicas sistémicas, algunos más por sus contradicciones democráticas o por sus escándalos.

Algunos incluso por sus transformaciones SIN UN SOLO TIRO, en camino imparable a una verdadera representatividad democrática, como ha ocurrido con algunas de las tradicionales sociedades “bananeras” de América Latina. Ecuador, Bolivia y otras más. Donde la representatividad ciudadana ha conseguido marcar hitos que solo mueven a sorpresa y algo o un mucho de envidia en nuestro país.

América Latina jamás había tenido tantos países virando a la izquierda, pero sobretodo tantos virando a la democratización real de sus ciudadanos, con llamados constantes a elecciones, a plebiscitos, a juramentación del deber y del derecho democrático que nuestros países, supuestos adalides democráticos desde hace siglos según le parezca a Washington, el que cerró los espacios a toda democratización independiente y libertaria. La posesión de los recursos naturales de nuestros países por el pueblo era considerada una bofetada a Washington. Estados Unidos nunca tardaba más que algunos días en organizar alguna guerrita o algún golpe de estado por algún militar O TELEVISORA adictos al país del norte.

Las historias de financiamientos de dolares para la destrucción de los experimentos democratizadores durante la historia de nuestro país tuvieron uno de sus mejores actos cuando se logro que un agente de la CIA llegara a la presidencia de México, en la persona de Echeverría, el supuesto demonio comunista que tanto hace temblar aun a los escasos fascistas mexicanos que aun sobreviven en nuestro país. Hablar de Echeverría es para algunos mexicanos despistados como hablar del demonio caminando sobre la tierra, sin saber ellos a quienes servía el estrafalario personaje desde que organizo las matanzas de Tlatelolco y del Jueves de Corpus contra los movimientos libertarios de la sociedad mexicana.

Estados Unidos, siempre metiche en nuestra política interna uso el mito del poder comunista trasnacional para marcar el sambenito en todo aquel que pedía democracia, en todo grupo u organización que luchaba desde cualquier trinchera social, e incluso desde movimientos armados que surgieron en toda América, como una forma desesperada de buscar el cambio al destino de miseria crónica que las oligarquías latinoamericanas, pagadas y defendidas en Washington a cambio de recursos naturales constantes y BARATOS, vivían a expensas del dinero norteamericano. Armas, ideólogos, entrenamiento militar, asesoría de inteligencia, espionaje, recursos sin fin a países miniatura como el Salvador, donde el dinero de Washington compro maquinas de guerra humana dispuesta a masacrar mujeres, niños, hombres desarmados. Todo con el mito del terror comunista, como si sus propias realidades “democráticas y económicas” no fueran ya un esclavismo disfrazado de democracia al gusto del gran capital.

El mundo cambio, cayó el muro, cayó el poderío soviético, contradicciones internas y una carrera armamentista imparable además de una crisis petrolera y de crédito causo en los 80s un colapso mundial que llevo a la Unión Soviética a declararse en quiebra económica política y social. “Gano la ideología norteamericana de libre mercado” chillaron los ideólogos gringos, clamaron por el fin de las ideologías, implantando de facto la ideología del libre mercado, que no de la democracia que para variar jamás había existido en América Latina y México de manera real.

Hoy a décadas de estos hechos que conmovieron al mundo México aun se debate en crisis económicas por su dependencia de Washington y los genios apestados de Wall Street, quienes quieren reimplantar una nueva década perdida como ocurrió en los 80s, que provoco la caída económica de sociedades enteras, donde llego el Fondo Monetario Internacional con dinero a manos llenas y exigiendo cambio estructurales que solo beneficiaron a los grandes empresarios y sus cofradías en cada país. Convirtiendo a cada país que pecara de algún nacionalismo, en meras colonias donde los bienes y servicios de cada país pasaban a cambio de los “rescates millonarios”, a nombre de la privatización.

México así perdió centenas de empresas propias, nacionalistas, corruptas es cierto, pero que fueron regaladas al gran capital para ser inalcanzables para las grandes mayorías del país. Los bancos hoy extranjeros son un ejemplo aberrante de lo que hace el capital extranjero en los países donde a cambio de dinero del FMI, consiguieron penetrar y controlar las finanzas públicas; el dinero que llego para apuntalar una corrupta oligarquía adicta a los designios del gran capital, sin el cual jura no poder sobrevivir. La espera eterna a los números económicos del norte así lo demuestra, cuando declaraciones de los modernos ahijados de las universidades norteamericanas solo rezan en seguir el manejo de la crisis extranjera para saber cuándo nos pegara de rebote la salvación económica que aquí es virtualmente imposible conseguir. De nada sirven los títulos de la clase gobernante si solo viven pegados a la ubre económica del norte para garantizar el progreso.

En la democracia también vivimos pegados a los designios de la verdadera presidencia de México, instalada en Washington, donde realmente se cuecen los derroteros que tomara el pelele de turno, Echeverría incluido recuérdenlo, en la presidencia mexicana. Aun el dedo del gran elector extranjero decide quién y cómo se cuece la democracia en México, incluido el Congreso, apostando al abstencionismo para agradar al país del norte; los pleitos internos del PRIAN que no son tales sino cortinas de humo para ocultar sus verdaderos tratos y llevar a buen puerto las negociaciones que finalmente apuestan a convertir a México y sus más de 100 millones de habitantes en una republica bananera donde apenas sale el 40 por ciento del padrón a votar, desanimados por la democracia simulada, con instituciones simuladas que no pueden ya ocultar sus verdaderos intereses. Zopilotes de los juzgados Electoral y Supremo del país que cobran multimillonarios emolumentos a cambio de legalizar el fraude y los abusos de televisoras y partidos ya señalados desde el extranjero como encargados de conseguir privatizaciones y contratos que den ganancia a los grupos económicos internacionales.

En Chile jamás se ha cansado la derecha visible de acusar al Presidente Allende de dar el país al comunismo trasnacional, pero callan cuando se revelan los millones de dólares que Washington envió para financiar la guerra sucia a través de diarios como El Mercurio, con dinero que pago huelgas interminables, bombas norteamericanas que causaron el caos enviadas por Kissinger y Nixon que temían que la ola democratizadora y socialista se replicara en su gigantesca republica bananera de América Latina, desestabilización financiera contra Chile a cambio de crear un ESTADO FALLIDO y justificar la “salvación” que Pinochet llevo a cabo, la cual costo miles de vidas y exilios en chilenos progresistas de los que poco importaba si eran comunistas o solo democráticos.

Democracia del pecado consideraron los estrategas de Washington y sin más financiaron el crecimiento de Chile desde el aun humeante Palacio de Gobierno donde Allende perdió la vida. Dinero a manos llenas, igual que en Corea, Hong Kong, Japón, países que tuvieron la suerte de tener cerca al comunismo y así consiguieron el desarrollo, que fue usado como propaganda norteamericana contra la libre expresión de un pueblo por otros sistemas políticos y sociales. Eso espera la derecha mexicana, que tras ser declarado México un estado fallido vuelvan a llegar los halcones norteamericanos a salvarlos de los deseos democratizadores de un pueblo en desesperación. La derecha apuesta al estado fallido para que así Washington intervenga más profundamente en México y les transforme el país en alguna imitación de Corea del Sur o de un Japón; los derechas mexicanos apuestan a que la democracia mexicana se pierda por completo y que la declaratoria colonial llegue de inmediato, creen que Washington necesitara capataces conocedores de la realidad mexicana y para eso el PRIAN ya esta mas que puesto.

La derecha PRIANISTA clama por ayuda a Washington luego del desastre que les significo el 2006, cuando el pueblo decidido creer que vivíamos en democracia y lucho por un cambio de ruta, ahora están dispuestos a incendiar al país a cambio de que su poder disminuido regrese a las viejas glorias que vivieron durante las presidencias de Salinas y Zedillo, los verdaderos adalides del Gran Capital que aun controlan los finos hilos de la política mexicana, el PAN solo son unos payasos que se visten de democracia pero que bajo la mesa son simples comparsas del gran poder tras el trono presidencial. Ya quebraron al país, están usando los guardaditos, la economía mexicana ha quebrado y ahora no pueden culpar a nadie de sus tracalerías. Esperan como siempre que los vengan a salvar, y si a cambio tienen que mostrar al país como un caos de 2 millones de kilómetros, lo van a llevar a cabo no lo dude mi estimado lector.

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