POLITICUENTOS:SALIDA SENATORIAL

ESCRIBE MARIO GALVEZ:

Salida senatorial

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Todo indica que ya se vislumbra la luz al final del túnel en el largo conflicto oaxaqueño.

El hecho de que la Cámara de Senadores haya decidido hacer a un lado el proyecto de no desaparición de poderes de la entidad que el heredó la anterior legislatura, y en cambio proponer un nuevo dictamen con base en los resultados de la visita que lleve a cabo una comisión senatorial, integrada por senadores del PAN, del PRD y del PRI, es señal de que los días de Ulises Ruiz en la gubernatura parecen estar contados.

Ya hay un consenso generalizado de que la situación política en la entidad no puede seguir como hasta ahora y que Ulises se tendrá que ir.

Ese no parece ser el problema, sino cuándo. El factor tiempo se ha convertido en determinante pues de acuerdo a la Constitución local si el gobernador solicita licencia antes de 2 años de haber sido electo legalmente se tendrían que convocar a nuevas elecciones, pero si es después de ese plazo su sustituto sería escogido por el Senado de entre los actuales senadores de Oaxaca para concluir el periodo para el que fue electo Ulises, o sea hasta el 2010.

Pero está también la opción de que con Ulises también se vayan los legisladores locales y los integrantes del Poder Judicial que convalidaron su muy impugnado triunfo.

La desaparición de poderes es otra de las opciones que están en la mesa.

De hecho la Asamblea Popular del Pueblo de Oaxaca ya planteó la disyuntiva a la Secretaría de Gobernación: desaparición de poderes o renuncia de Ulises.

Es claro que en las condiciones actuales un nuevo proceso electoral llevaría al PRI a perder la gubernatura, pues Ulises ha unificado a todo el mundo en contra suya -desde el magisterio y la APPO hasta los comerciantes- por ello el tricolor se opondrá a que Ulises renuncie hasta en tanto legalmente no se le asegure al Revolucionario Institucional el control de la gubernatura.

Esto evidencia que a los políticos lo que interesa no es el arreglo del conflicto, sino que se les den garantías para seguir usufructuando el poder en la entidad.

En opinión de observadores internacionales, como el integrante de la Corte Permanente de Arbitraje Internacional de la Haya, Alberto Székely, “El conflicto magisterial y popular de Oaxaca está abriendo los ojos al país y esta evidenciando que en México se vive una simulación democrática, razón por la que la supuesta transición que se tenía que dar con la llegada de Vicente Fox, sigue pendiente”.

Es un hecho que en amplios círculos políticos la salida de Ulises se considera ya como condición sine qua non para poder destrabar el conflicto. Colocadas en la disyuntiva de reprimir a la APPO y al magisterio disidente o solicitar al gobernador presentar su licencia al cargo, es obvio que las distintas instancias de gobierno eligieron ya la segunda opción.

Sin embargo, para la mayoría de los observadores el conflicto tiene sus horas contadas. Empero, es claro que la salida de Ulises o la desaparición de poderes sólo eliminará las raíces del problema, no arreglará por sí mismo los enormes problemas que subyacen en la realidad oaxaqueña y que actualmente permanecen ocultos por la crisis mayor.

De hecho, no puede darse otra salida al conflicto que la obligada renuncia del gobernador.

Además, la represión lejos de solucionar el conflicto sólo lo agravaría y -lo que es más- provocaría una mayor inestabilidad política.

A nadie conviene una salida por la fuerza de la crisis oaxaqueña, pues la violencia no resuelve los problemas políticos.


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