6 de octubre de 2006

NOS ENVIAN ARTICULO DE LA JORNADA.

PUBLICADO EN LA JORNADA EL Domingo 1 de octubre de
2006 POR Guillermo Almeyra
ENLACE:

http://www.jornada.unam.mx/2006/10/01/021a1pol.php



La sombra parlante del que fue


Ruego al lector que haga un ejercicio: en las largas
páginas "peatonales" de Marcos dadas a conocer hasta
ahora (amenaza con más), cuente el número de veces que
el autor menciona la autonomía, autogestión,
autoorganización, las juntas de buen gobierno,
Bolivia, Cuba, guerra preventiva, imperialismo,
Asamblea Constituyente o habla de algunos de los
principales problemas del país (salarios, trabajo,
emigración, agua, energéticos). No hay nada de eso.
Verá además que, como en las otras decenas de páginas
que durante la otra campaña llenaba con vacío o con
lugares comunes (la oposición entre ricos y pobres,
por ejemplo), en este folletín por entregas que
pretende ser un balance de la otra campaña no hay una
idea positiva que ayude a los explotados a entender la
situación y organizarse, pero se encuentra uno a cada
rato con el racismo (los mestizos son mañosos y
agandalladores), el autoritarismo (aquéllos organizan
asambleas deliberativas y resolutivas -que votan lo
que a Marcos le disgusta- en vez de hacer asambleas
simplemente informativas y de escuchar lo que se les
dice), el sectarismo (preanuncia la exclusión de los
que creen que en la otra campaña se pueden discutir
sus decisiones verticalistas) y hay siempre una
estrecha visión provincial (lo que sucede en México
estaría totalmente desvinculado del resto del mundo).

Para Marcos, la otra campaña (es decir, él) es el eje
del mundo: todos los intelectuales, que antes lo
apoyaban, lo atacan porque no tienen otra preocupación
principal y no porque disientan; La Jornada, que le
dedicó extensísimas páginas, supuestamente lo censura
y lo acalla, las luchas en Oaxaca estarían dirigidas
por la otra campaña, las que se libraron y se libran
en Atenco son también obra de ésta, y nadie puede
permitirse intervenir en la propaganda por la
liberación de los presos porque éstos son "sus
presos".

En las interminables entregas pedestres no hay tampoco
la menor autocrítica: ¿Qué pasó con la partida
tragicómica en moto, con pollo incluido, para llegar
hasta Tijuana? ¿Qué sucedió cuando en La Parota
declaró que si tocaban ese movimiento -que se
esforzaba por permanecer en la legalidad y votó por
AMLO- sería la guerra, centrando la represión sobre
los guerrerenses? ¿Qué resultados dio la amistosa
conversación con Loret de Mola, fumando la pipa y
repantigado en un sillón de Televisa, sin siquiera
criticar allí al medio tan hospitalario? ¿Por qué no
trasladó su mitin de Tlatelolco a Atenco ya que la
línea oficial era no tocarle ni un pelo y, en cambio,
mandó pequeños contingentes de jóvenes impreparados
que fueron víctimas del ensañamiento policial? ¿La
resistencia que encuentra es porque es un militar,
como dice, o porque es un mal político y, además,
autoritario y presuntuoso? Lo peor de todo es que, en
las cuatro entregas que hasta ahora he leído, Marcos
desarrolla con pormenores qué dijo e hizo cada uno de
los "de arriba" pero no dice nada de lo que pasa
"abajo".

Cuando mucho concede que hay "movilizaciones" que
podrían "transformarse" en "movimiento" (las cuales
serían "mucho menores de lo que se dice" y en las
cuales participarían "acarreados, buscadores de
chambas", pero también algunas "personas honestas") y
menciona brevemente la lucha en Oaxaca sin ver en ella
ni la autonomía ni el desarrollo de un doble poder
frente al gubernamental, ni la relación entre el
movimiento y las elecciones (la misma gente movilizada
votó dando el triunfo al PRD). Niega constantemente la
existencia del movimiento social más importante en 70
años y se limita entonces a decir que la otra campaña
reconoce que hubo un fraude escandaloso, pero que no
participa en "la movilización" por "respeto" a la
"gente honesta" que está en ella nadando entre
tiburones salinistas y siguiendo a un peje-tiburón
salinizado.

Su visión de la convención nacional democrática (CND)
y del movimiento social es simple: AMLO es sólo un
flautista de Hamelin que encanta a millones de
no-pensantes con su música demagógica. Ofrece la
versión, supuestamente de izquierda, de las
acusaciones de la derecha internacional sobre el
"populismo" AMLOchavista.

Marcos no es el único en esta línea. El llamó a no
mirar hacia Bolivia y no menciona el esfuerzo heroico
que para llevar a cabo la Asamblea Constituyente y
cambiar el país -en medio del sabotaje nacional e
internacional y del secesionismo de la oligarquía-
realiza allí un gobierno popular de indios y mestizos
que carece de medios y de cuadros bien preparados.

Otros, que gustan ostentar un rojo gorro frigio
libertario, como muchos infantiles bolivianos o, en
particular James Petras, critican ferozmente a Evo
Morales -¡justo ahora, cuando la derecha organiza la
guerra civil y Evo llama a imponer la mayoría y la
voluntad popular en la Constituyente y en el campo y
las calles!- y subrayan sus límites y errores sin
siquiera preocuparse por el contexto.

Como se sabe, los niños nacen cubiertos de sangre y de
impurezas: ahora bien, para esa gente tan exigente y
exquisita lo importante no es la nueva vida que pugna
por desarrollarse sino lo que la cubre y hace
antiestético el nacimiento. En vez de proponer ideas,
proyectos, medidas o, simplemente, de reflexionar
sobre cómo desarrollar el movimiento social, lo
identifican con su dirección actual y lo desconocen o
lo dan por perdido. Quien no ve los movimientos
sociales -sobre todo si, como el de los "renegados"
mexicanos, pueden cuajar en una real CND que organice
amplios sectores de masa- está condenado a aislarse y
su base, que además se restringirá, será más
fácilmente presa de la represión de la derecha. Apoyar
la CND, para la otra campaña, digan lo que digan los
organizadores de derrotas, es por eso antes que nada
cuestión de sentido común.



¡SALUDOS!

Y AQUÍ LES ENVÍO UN ENLACE DE UNA REVISTA EN INTERNET,
BASTANTE BUENA:

http://www.rcci.net/globalizacion/index.htm

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