NOTA ORIGINAL TABASCO HOY
NECESIDAD de por medio, tengo que reconocer la invaluable influencia que algunos excelentes periodistas de la ciudad de México tienen sobre los que hacemos periodismo en provincia.
Uno de ellos es el talentoso Victor Trujillo que durante cuatro años se sostuvo en su papel de payaso tenebroso, y luego más tarde, en su caracterización de Kalimán, interpretado por el propio Kalimán en el programa “El cristal con que se mira”.
Curiosamente, en este proyecto, apenas le alcanzó, con todo y su enorme popularidad, para dos años de proyecto.
Tras esos dos años, su programa se vino abajo en el “raitting”. Y lo que se cae en ese rubro, Televisa y sus jefes lo desaparecen. Si no hay cambio de ideas, mañana miércoles 11, será el adiós para “El cristal”. ¿Por qué no funciona más “El cristal”? Hay una teoría que no quieren reconocer en Televisa: la estrella que les proporcionó verdaderas costaladas de dinero a los noticiarios de esa empresa, Andrés Manuel López Obrador, en cuanto fue declarado perdedor de las elecciones del pasado 2 de julio por todas las fuerzas de la insensatez, fue arrinconado, criticado, escalpado, humillado, bocabajeado y pateado por todos los conductores de Televisa.
Pensaron seguramente estos torpes (Joaquín López Dóriga, Carlos Loret de Mola y el propio Brozo), que ya no era López Obrador garantía de “raitting”, quizá porque no se dejó y se enfrentó terca y perrunamente a todos los diablos del infierno empezando por el propio Fox, el IFE y el Trife, ocupando las fuerzas ciudadanas simpatizantes de su candidatura el zócalo y Paseo de la Reforma. Prácticamente, fue desollado vivo.
Pensaron que habiendo ya un presidente electo “legalmente” como Felipe Calderón, ahí acababa todo; que poseyendo Televisa la fuerza que da lo que vergonzosamente se conoce como Ley Televisa, esta empresa iba a encauzar a su modo el rumbo de la nación. No contaron nunca con el principal ingrediente que hizo de López Obrador su esperanza: el elector lúcido, el espectador inteligente que ya no se traga fácilmente el camote de las chingaderas.
Queriendo desaparecer a López Obrador se echaron encima a su más respetable auditorio: el pueblo. Fue demasiado tarde. La hebra más delgada fue la que se rompió y ese es el programa del super talentosísimo Victor Trujillo. No creo que él en lo personal haya iniciado la batalla anti-Peje, en todo caso “recibió línea” de los mandos de su empresa.
Finalmente, “El cristal con que se mira” llega a su fin. Réquiem entonces por tan interesante programa de debate mañanero. Se van de él periodistas también muy talentosos como Raymundo Rivapalacio, Julio Hernández, Marcela Gómez Zalce y Denisse Dresser, o libre pensadores tan inteligentes como Lorenzo Mayer. Ayer que Trujillo se despidió de los anteriores, una lágrima de nostalgia invadió el ambiente.
Pero surgieron de nuevo los guiños brillantes del análisis de la política cuando se comentó la desafortunada visita que Felipe Calderón y su mujer hicieron al nuevo rancho de Vicente Fox vestidos de vaqueritos. Como por arte de magia surgieron el –quizá- último apodo para Fox (Tiro Loco McGraw) y el primer apodo para el presidente “legal” (Pepe Trueno). Vaya acierto de los periodistas.
Los periodistas citados siguieron haciendo chacota de Calderón apodándolo también como “Felipe el breve”, no por chaparrito y feo sino porque –predicen- puede ser un presidente de menos de seis años. O cuando se refirieron a su gabinete (“bonsai”), vaya humor. Tener un presidente legal pero ilegítimo, como es el sentir popular, solo da para que Felipe Calderón ande por la periferia de la república. Lo acosa un miedo cerval a tomar el poder, quizá porque éste no le ha sido conferido legítimamente por el pueblo ciudadano, por mucho que los magistrados digan que legalmente eres…
COMENTARIO: De acuerdo con todo excepto de que Víctor Trujillo sea talentoso. En mucho su programa se debió a Julio Hernández y Marcela Gómez Zalce. La actitud burlesca de Víctor Trujillo la mayor parte del tiempo y de falso despistado no ganaba mucha simpatía, de por sí que el hombre en realidad no es muy simpático, no de balde Ausencio Cruz a pesar de trabajar décadas con él no lo consideró su amigo.
NECESIDAD de por medio, tengo que reconocer la invaluable influencia que algunos excelentes periodistas de la ciudad de México tienen sobre los que hacemos periodismo en provincia.
Uno de ellos es el talentoso Victor Trujillo que durante cuatro años se sostuvo en su papel de payaso tenebroso, y luego más tarde, en su caracterización de Kalimán, interpretado por el propio Kalimán en el programa “El cristal con que se mira”.
Curiosamente, en este proyecto, apenas le alcanzó, con todo y su enorme popularidad, para dos años de proyecto.
Tras esos dos años, su programa se vino abajo en el “raitting”. Y lo que se cae en ese rubro, Televisa y sus jefes lo desaparecen. Si no hay cambio de ideas, mañana miércoles 11, será el adiós para “El cristal”. ¿Por qué no funciona más “El cristal”? Hay una teoría que no quieren reconocer en Televisa: la estrella que les proporcionó verdaderas costaladas de dinero a los noticiarios de esa empresa, Andrés Manuel López Obrador, en cuanto fue declarado perdedor de las elecciones del pasado 2 de julio por todas las fuerzas de la insensatez, fue arrinconado, criticado, escalpado, humillado, bocabajeado y pateado por todos los conductores de Televisa.
Pensaron seguramente estos torpes (Joaquín López Dóriga, Carlos Loret de Mola y el propio Brozo), que ya no era López Obrador garantía de “raitting”, quizá porque no se dejó y se enfrentó terca y perrunamente a todos los diablos del infierno empezando por el propio Fox, el IFE y el Trife, ocupando las fuerzas ciudadanas simpatizantes de su candidatura el zócalo y Paseo de la Reforma. Prácticamente, fue desollado vivo.
Pensaron que habiendo ya un presidente electo “legalmente” como Felipe Calderón, ahí acababa todo; que poseyendo Televisa la fuerza que da lo que vergonzosamente se conoce como Ley Televisa, esta empresa iba a encauzar a su modo el rumbo de la nación. No contaron nunca con el principal ingrediente que hizo de López Obrador su esperanza: el elector lúcido, el espectador inteligente que ya no se traga fácilmente el camote de las chingaderas.
Queriendo desaparecer a López Obrador se echaron encima a su más respetable auditorio: el pueblo. Fue demasiado tarde. La hebra más delgada fue la que se rompió y ese es el programa del super talentosísimo Victor Trujillo. No creo que él en lo personal haya iniciado la batalla anti-Peje, en todo caso “recibió línea” de los mandos de su empresa.
Finalmente, “El cristal con que se mira” llega a su fin. Réquiem entonces por tan interesante programa de debate mañanero. Se van de él periodistas también muy talentosos como Raymundo Rivapalacio, Julio Hernández, Marcela Gómez Zalce y Denisse Dresser, o libre pensadores tan inteligentes como Lorenzo Mayer. Ayer que Trujillo se despidió de los anteriores, una lágrima de nostalgia invadió el ambiente.
Pero surgieron de nuevo los guiños brillantes del análisis de la política cuando se comentó la desafortunada visita que Felipe Calderón y su mujer hicieron al nuevo rancho de Vicente Fox vestidos de vaqueritos. Como por arte de magia surgieron el –quizá- último apodo para Fox (Tiro Loco McGraw) y el primer apodo para el presidente “legal” (Pepe Trueno). Vaya acierto de los periodistas.
Los periodistas citados siguieron haciendo chacota de Calderón apodándolo también como “Felipe el breve”, no por chaparrito y feo sino porque –predicen- puede ser un presidente de menos de seis años. O cuando se refirieron a su gabinete (“bonsai”), vaya humor. Tener un presidente legal pero ilegítimo, como es el sentir popular, solo da para que Felipe Calderón ande por la periferia de la república. Lo acosa un miedo cerval a tomar el poder, quizá porque éste no le ha sido conferido legítimamente por el pueblo ciudadano, por mucho que los magistrados digan que legalmente eres…
COMENTARIO: De acuerdo con todo excepto de que Víctor Trujillo sea talentoso. En mucho su programa se debió a Julio Hernández y Marcela Gómez Zalce. La actitud burlesca de Víctor Trujillo la mayor parte del tiempo y de falso despistado no ganaba mucha simpatía, de por sí que el hombre en realidad no es muy simpático, no de balde Ausencio Cruz a pesar de trabajar décadas con él no lo consideró su amigo.
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