NOTA DE MILENIO:
De ménage à trois para arriba
jcalixto@milenio.com
Mientras está usted aquí perdiendo miserablemente el tiempo leyendo esta columna, en México gente que se la pasa bomba como el ingeniero Cárdenas, luchador incansable por las causas de la democracia, quien ahora se bate como los grandes al ritmo de “La gauche divina soy yo”, a los convencionistas que le chiflaron y lo llamaron traidor por dogmáticos e intolerantes. Qué injustos. Por supuesto, Cárdenas no es un vil traidor a la izquierda nacional, simplemente a la hora buena ejerció su derecho al berrinche estalinista. Digo, traidor, Picaluga con Vicente Guerrero; El Inge se limitó a guardar sus energías para mejores causas… las propias.
En ese sentido, para dogmáticos tenemos a un campeón del humorismo pando como Kamel Nacif, quien en una carta pública consiguió, a fuerza de cursilería, la peor estrategia posible: a) se deslinda de su lenguaje soez, patibulario y macuarro en el mismo tono vergonzante y poco viril al que recurrió Gamboa Patrón cuando dijo que “es mi voz pero no mi léxico” (pero sí sus transas, que ni qué), en una lógica huarachuda muy emparentada con la del TEPJF cuando anunció que aunque el presichente puso en peligro los procesos electorales por andar apoyando a su Jelipillo, las elecciones no pudieron haber sido más democráticas.
b) En vez de enorgullecerse de la misoginia y el machismo que lo han convertido en uno de los tipos más admirados por los hombres afamados por entrones junto a Sergio Andrade y Bobby Larios, hizo algo detestable: echarle la culpa a su esposa. En todo caso algo habrá hecho para que en los procesos de divorcio la mujer se convirtiera en su Carlitos Ahumada. Entre paréntesis, ¿no es interesante que Ahumada se haya negado a darle la entrevista a Ciro Gómez Leyva? Seguramente se dio cuenta que lo que iba a decir estaba más cantado que La Traviata y que, en realidad, ya nadie extraña como antes su ausencia.
c) Ya lo peor es que Kamel diga estar apenado con la familia, sus hijos, nietos, “y la sociedad toda”, pero que él, como El Torito, es inocente. Lo curioso es que quién le va a creer si negaba cualquier relación íntima con Succar Kuri siendo que, más allá de sus expresiones de palafrenero que hasta en cierta medida lo dignifican, las grabaciones dejan claro que con su paisano se llevaba de ménage à trois para arriba y de chick to chick para abajo.
Pero a pesar de todo, y como yo también soy bien mentiroso, yo sí le creo al muy $#&%@ de Kamel.
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