21 de septiembre de 2006

FEDERICO ARREOLA: EL NUEVO MÉXICO

NOTA ORIGINAL MILENIO DIARIO

He charlado con algunos ciudadanos de Estados Unidos, votantes del Partido Demócrata, que siguen sorprendidos porque en la República mexicana se dio un fenómeno político que a ellos les hubiera gustado haber presenciado en las últimas dos elecciones presidenciales: una protesta enérgica contra lo que sin duda fue un sofisticado fraude electoral. Sucede que las dos ocasiones en las que George W. Bush se impuso en los comicios presidenciales, basó sus victorias en esquemas de ingeniería comicial que no sólo modificaron la voluntad popular, sino que además lo hicieron a la vista de todo el mundo y dejando toda clase de evidencias. Pero no hubo nadie en aquel país capaz de haberse opuesto con firmeza a lo que representó incuestionablemente traiciones a la democracia.

En México, este año, el partido conservador, el PAN; el gobierno federal y las cúpulas patronales, alentados por la exitosa manipulación de los resultados electorales en Estados Unidos, decidieron lanzarse a la inmoral aventura de hacer lo mismo. Y lo hicieron: recurriendo a infinidad de pequeños y grandes trucos le quitaron al candidato opositor, Andrés Manuel López Obrador, la victoria que, en un contexto político más justo y equitativo, hubiera conseguido sin dificultad. Hubo fraude.

Pero a diferencia de lo que ocurrió en Estados Unidos, donde los candidatos afectados por la inmoralidad comicial se resignaron y se fueron a sus casas, en nuestro país López Obrador decidió que no tenía por qué dejarse y, desde la misma semana posterior a los comicios, ha encabezado un movimiento de protesta contra la arbitrariedad cometida en perjuicio de millones de electores.

Si los candidatos robados en Estados Unidos hubieran actuado con la misma virilidad, cuántos problemas se hubiera evitado nuestro vecino del norte. En México, gracias a la resistencia de Andrés Manuel, las cosas no serán tan lamentables como pudieron haber sido.

COMENTARIO: Y ese fue el mal servicio que hicieron a sus naciones Cárdenas Solórzano, Gore y Kerry, que en -supuestas- aras de preservar la paz y respetar las instituciones desilucionaron a sus simpatizantes y les dieron alas a los que no tenían respeto a las instituciones y a los ciudadanos para saquear con impunidad las arcas nacionales y pisotear a la nación. Que López Obrador no se quede callado no es sólo una muestra de dignidad personal, es una muestra de respeto no sólo a los que votamos por él, sino a todos los ciudadanos, para demostrar que no se podrán burlar de nosotros y recibir sólo silencio e impunidad como pago. En cambio, ¿alguien sabe dónde está Madrazo? Qué lástima que todos los que votaron por él votaron por un fantasma miedoso, político de caricatura.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

#Dontriananews gracias por escribirnos