NOS ESCRIBE PUMITA:
CON UN ARTICULO DE EME-EQUIS
Por Fátima Monterrosa
El movimiento terminó.
Y tan pronto eso ocurrió, Cuauhtémoc Cárdenas hizo su aparición para enjuiciar a López Obrador.
El 16 de septiembre fue la fecha que escogió Andrés Manuel López Obrador para dar a conocer la nueva ruta de la oposición de izquierda en México.
Y el 14 de septiembre fue el día que el líder moral del PRD eligió para aclarar a la opinión pública que el candidato de la Coalición por el Bien de Todos perdió la contienda presidencial por la actitud de "soberbia", el "sectarismo" y la "intolerancia" que asumió durante la campaña y también por haber ignorado las críticas.
"Me preocupa profundamente la intolerancia y satanización, la actitud dogmática que priva en el entorno de Andrés Manuel para quienes no aceptamos incondicionalmente sus propuestas y cuestionamos sus puntos de vista y sus decisiones (…) Me preocupa, asimismo, que esas actitudes se estén dando dentro del PRD y en sus cuadros dirigentes, pues se inhibe el análisis y la discusión de ideas, propuestas y alternativas entre compañeros".
Ahí quedó la carta pública, el juicio de Cárdenas, quien dejó en claro que no sólo estaba alejado de López Obrador, sino también del diario que fue su respaldo durante décadas: La Jornada, pues su carta fue enviada y publicada en el periódico Milenio y no en el que dirige la periodista Carmen Lira.
Así, a partir de este lunes 17 de septiembre, la izquierda que aglutina López Obrador seguirá por dos rutas paralelas:
La vía institucional, representada por el Frente Amplio Progresista, en el que estarán los partidos PRD, PT y Convergencia, así como alcaldes, gobernadores, organizaciones sociales, campesinas y miembros de la sociedad civil.
Por esa vía se echarán a andar las propuestas que enarboló la Coalición por el Bien de Todos.
En tanto que la vía de las movilizaciones tendrá a Andrés Manuel López Obrador como cabeza y en su calidad de autonombrado "presidente de México". Junto con su gabinete de sombra realizará recorridos itinerantes en los 2,435 municipios del país, durante los próximos seis años, visitando fábricas, familias, centros escolares, sindicatos, organizaciones campesinas y sociales.
Desde esa trinchera, el ex candidato presidencial de la Coalición por el Bien de Todos, apoyara los 14 procesos electorales que se desarrollarán en 2007 y 2008, para renovar gubernaturas, alcaldías y congresos locales, donde los candidatos serán respaldados en todos los casos por el PRD, PT y Convergencia.
Y desde luego estos tres partidos irán juntos en las elecciones federales para renovar la Cámara de Diputados en 2009.
Pero la fiesta con que los perredistas pensaban culminar la campaña presidencial y la resistencia poselectoral tuvo, de pronto, un invitado no grato: Cuauhtémoc Cárdenas.
El tres veces candidato presidencial del PRD se colocó en el centro de la discusión con una carta pública que cuestionó en lo más profundo a López Obrador.
"¿Por qué no empezar por desconocer a la administración en funciones como sucedió cuando el movimiento constitucional encabezado por el Primer Jefe Venustiano Carranza desconoció al gobierno usurpador de Huerta, a los poderes Legislativo y Judicial y a los gobiernos estatales que no acataran el Plan de Guadalupe?", pregunta Cárdenas en su carta pública, dirigida formalmente a la escritora Elena Poniatowska, quien en diversas ocasiones ha criticado al ingeniero diciendo que por "envidia" no apoyó a López Obrador.
Pero en realidad, la misiva tiene un claro destinatario real: López Obrador.
Y a él le dice que ahora "sería un craso error, de altísimo costo para el PRD y para el movimiento democrático en su conjunto", desconocer a las instituciones del país y no reconocer a Felipe Calderón como presidente electo.
Asimismo, Cuauhtémoc Cárdenas deja en claro que ni él ni el subcomandante Marcos fueron responsable de la derrota del tabasqueño.
"Mis desacuerdos o desencuentros con él no son de carácter personal. Las diferencias que existen entre ambos son relativas a las formas de hacer y entender la política y sobre algunos aspectos programáticos, acentuadas ciertamente cuando se trata, como hoy, de los destinos del país".
Diferencias que –dice– quedaron establecidas desde que López Obrador dio a conocer su Proyecto Alternativo de Nación y Cárdenas sus Propuestas para un México para Todos.
Y agrega: "Con Andrés Manuel he compartido durante años propósitos y episodios importantes de la lucha por la democracia en nuestro país. Nunca exigimos incondicionalidad ni subordinación en nuestra relación. El trato en los muchos encuentros de los dos, puedo decirte, ha sido cordial y respetuoso".
En la amplia carta, Cuauhtémoc Cárdenas recrimina al ex jefe de Gobierno del Distrito Federal que su círculo cercano de colaboradores esté integrado por ex priistas que instrumentaron el fraude electoral en 1988 y que avalaron la imposición de Carlos Salinas de Gortari. Incluso recuerda que López Obrador impuso en el PRD las candidaturas de ex priistas que han sido cuestionados por su pasado político.
Cárdenas, que en 1987 abandono las filas del PRI para ingresar al Partido Auténtico de la Revolución Mexicana y que en 1988 buscó por primera vez la candidatura presidencial por este partido y otras agrupaciones en el Frente Democrático Nacional, se dice preocupado por los cambios contradictorios de la línea política de López Obrador.
"Declaró que no es de izquierda, cuando lo había dicho serlo a lo largo de precampaña y campaña".
"¿Por qué entonces guardarse de fijar posiciones y hacer propuestas, cuando era precisamente en su calidad de candidato a la Presidencia cuando se tenía que hacer definiciones que atrajeran con lealtad y orientaran con rectitud el voto de la ciudadanía? ¿No es un principio básico de un comportamiento leal y democrático actuar con transparencia y hablar con la verdad? ¿Cómo lo explicas tú?"
Cárdenas dice que a través de la carta "defiende su derecho a disentir, pensar diferente, a pensar que cuando se ha impedido, ha conducido a dictaduras, opresión, represión, sectarismos e intolerancia, que estoy cierto, ni tú ni yo queremos ver en nuestro país"
Y con ello, muchos perredistas que no habían alzado la voz contra López Obrador empezaron a salir del clóset político.
La carta de Cárdenas, sin embargo, no frenó en nada el avance del plan con que la izquierda obradorista-perredista pretende mantener su lucha contra el gobierno de Felipe Calderón en los próximos seis años.
Así, desde el Frente Amplio Progresista buscarán mantener en el ambiente político-social la figura de López Obrador para relanzar su candidatura a la Presidencia de la República en 2012.
En los hechos, sin embargo, el Frente Amplio Progresista significa el deslinde institucional de partidos, funcionarios y representantes de elección popular de López Obrador.
Y es que el Frente Amplio es la fórmula con la que se pretende, por un lado, capitalizar el 35 por ciento de los votos a favor de la Coalición en los pasados comicios, y estructurar desde ese frente un trabajo institucional que, sin reconocer a Felipe Calderón de manera explícita como presidente de México, tendrá que trabajar en los espacios institucionales para impulsar las reformas y programas de gobierno de la pasada coalición.
Con ello, López Obrador caminará solo, buscando encabezar una movilización social en el país durante los próximos seis años, pero contando con el respaldo económico y político del Frente Amplio.
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En los campamentos del Zócalo capitalino se redactaron el convenio y las cláusulas para constituir el Frente Amplio Progresista.
Los senadores Dante Delgado, Alberto Anaya y Ricardo Monreal, así como los ex coordinadores de campaña, Manuel Camacho Solís y Jesús Ortega, contribuyeron a la redacción del documento que establece la alianza político electoral entre el PRD, PT y Convergencia hasta finales de 2009.
Con sus computadoras portátiles en sus casas de campaña, estos hombres que forman parte del círculo cercano de López Obrador establecieron los acuerdos políticos y económicos que regirán tres años al frente opositor que pretende sumar a otras organizaciones políticas, sociales y campesinas.
"Que en México el movimiento de resistencia civil pacífica se encamina en su etapa poselectoral hacia la constitución de un gran Frente Amplio que promueva y sancione la unidad de acción e impulse en particular los objetivos económicos y políticos de todos los sectores de la sociedad mexicana. Este Frente mantendrá la fisonomía ideológica y organizativa de cada uno de los partidos que lo integren", detalla el convenio que signaron Leonel Cota, Alberto Anaya y Luis Maldonado.
El frente trazó entre sus propósitos luchar por la transformación del régimen político vigente, refundar las instituciones del país, impulsar el diálogo y la concertación con todas las fuerzas políticas democráticas y progresistas de México que se pronuncien por la transformación de la vida pública de la nación.
Incluso pretenden impulsar desde el Congreso de la Unión los cambios sustantivos en la política económica que combata la desigualdad, mediante la recuperación del crecimiento de la economía y del empleo formal.
Y desde los gobiernos estatales y municipales impulsarán una política social de largo aliento que siente las bases de un estado de bienestar para la inclusión social de todos los mexicanos.
Pero no todo será oposición con el nuevo gobierno panista que encabezará Calderón.
El Frente Amplio Progresista y la Convención Nacional Democrática darán independencia a los gobernadores de Baja California, Guerrero, Zacatecas, Michoacán y al jefe de Gobierno del Distrito Federal, así como a los más de 500 alcaldes para que establezcan relaciones administrativas con el gobierno federal entrante.
El todavía líder formal del perredismo nacional, Leonel Cota, dice que lo único que prohibirán a los funcionarios públicos emanados del PRD, PT y Convergencia es establecer relaciones políticas con la nueva administración federal.
"Vamos a trabajar en la línea política de los partidos y la convención y vamos dar plena libertad a los alcaldes y gobernadores para que establezcan las relaciones administrativas con el gobierno federal a efecto de que cumplan con el deber de que representen a todos los ciudadanos en sus jurisdicciones", detalla con énfasis el dirigente del Sol Azteca.
Pero lo que no acepta es que se establezca una comparación entre el frente amplio de organizaciones de izquierda con el movimiento civil que encabeza el subcomandante Marcos, quien fracasó con la creación de la Convención Nacional Democrática, la constitución del Frente Zapatista y la propuesta de crear un nuevo constituyente.
Mismas propuestas que ahora enarbola López Obrador, desde la trinchera de la resistencia civil, avalado por 15 millones de votos. Y sin armas.
"Muestro movimiento es mucho más amplio, mucho más sólido, es un movimiento que tiene expresiones sociales muy fuertes. Una diferencia entre nosotros y el movimiento zapatista es que nosotros creemos que el país debe transformarse a través de los procesos electorales".
De entrada descarta que ahora bajo la figura del frente opositor vayan a realizar una alianza con el estratega político y militar zapatista, quien también anunció que retomará su recorrido por diversos estados del país.
Jesús Ortega, quien integrará la Coordinación Política Nacional del Frente junto con Porfirio Muñoz Ledo y Manuel Camacho Solís, asegura que buscarán darle un nuevo impulso a la transformación del país con nuevas formas y contenidos para recuperar los principios básicos constitucionales y hacer una profunda reforma a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Por ello, detalla que el frente estará constituido por una Comisión Ejecutiva, una Coordinación Política Nacional y un Consejo de Administración que manejará de manera transparente y rendirá cuentas de los recursos que aporten el PRD, PT y Convergencia para financiar el nuevo movimiento político-electoral.
Todo dado a conocer en la plancha del Zócalo. La que durante 46 días fue testigo y sede de miles de perredistas de todo el país. La cabeza del cometa que tendió su cauda por el paseo de la Reforma.
Y que este domingo llegó a su fin.
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