LUIS MIGUEL GONZALES ESCRIBE EN MIELNIO:
Los cuatro factores de riesgo
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El que aguce el oído podrá notar que los mercados están haciendo ruido. El ruido no se puede tomar a la ligera. Lo que se oye es el chirrido de los frenos de la economía. Los optimistas llaman a la calma. Estamos ante una desaceleración y casi todo está bajo control, afirman. Los más nerviosos no se tranquilizan fácilmente. Buscan y encuentran motivos en el extranjero, pero también en los noticieros nacionales.
La desaceleración estaba prevista desde principios de año. Se sabía que el primer semestre tendría intensa actividad económica y que después de las elecciones habría menor dinamismo. Las estadísticas confirman que entre enero y junio la economía creció un poco más de 5 por ciento. Las proyecciones anticipan que en el segundo semestre el crecimiento será alrededor de 3.5 por ciento. El Fondo Monetario Internacional proyecta una cifra igual para el próximo año.
Si sólo se tratara de una reducción moderada en la tasa de crecimiento del PIB no pasaría nada. Es normal y forma parte de los ciclos económicos. Lo que preocupa es que todo indica que la desaceleración se dará en un contexto difícil. Algunos factores que ayudaron a la economía no tendrán un comportamiento tan positivo. La economía de Estados Unidos crecerá menos y bajará su demanda de productos mexicanos. El precio del petróleo llegó ayer a su menor nivel en seis meses y acumula una caída de 24 por ciento desde su máximo en julio. Si las cosas siguen como van, los excedentes petroleros serán menores en los próximos meses de lo que fueron en los dos últimos años. Habrá menos recursos fiscales para atender las demandas sociales.
La incertidumbre política no se disipará en el corto plazo. Tampoco hay una solución a la vista para la crisis de inseguridad pública que se manifiesta con un racimo de ejecuciones cotidianas.
La macroeconomía mexicana es sólida y podría responder ante la suma de uno o dos de los factores de riesgo, pero el blindaje no aguanta la concurrencia de los cuatro factores. No sabemos qué pasaría si se desacelera Estados Unidos, baja el precio del petróleo y siguen sin resolverse la incertidumbre política y la crisis de inseguridad pública. Ojala no tengamos que averiguarlo.
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