DEL DIARIO DE CIUDAD JUAREZ:
Sergio Conde Varela
Abogado
Primer peligro.- Para los juarenses, chihuahuenses y desde luego para todos los mexicanos, lo constituye el hecho de que no se entiendan los tiempos políticos que estamos viviendo.
Ya se dio el primer roce el martes pasado entre los seguidores de Calderón y los de Andrés Manuel López Obrador en el estado de Guanajuato. La televisión dijo que había sido un pleito entre los seguidores de uno y de otro, pero lo real es que partidarios de AMLO protestaban contra Calderón en la toma de posesión del nuevo gobierno guanajuatense y francamente les fueron arrebatadas las pancartas de protesta por calderonistas que no aguantaron dicha protesta y se armó la trifulca.
Es tiempo de que los estrategas de los equipos de los dos contendientes, uno presidente electo de México y otro presidente legítimo, se pongan en serio a resolver una dificultad de fondo y no de forma que está latente, por las consecuencias que hacia el futuro éstas pueden producir.
Y el asunto de esencia, de raíz, es que atrás de los hechos, se está dando en el sentir de buena parte poblacional lo que Charles Maurras dijo en l937: “Hay un doble gobierno, el aparente, o sea el de los números, el de la cantidad de personas, y el gobierno real, aquél de las oligarquías y el oro”.
En efecto, nunca quiso el presidente Fox que se proyectara la segunda vuelta política en las elecciones; tampoco se supo el porqué el ahora senador Santiago Creel no promovió esta medida desde Gobernación para que las dificultades democráticas fueran subsanadas sin problema. Se optó sin saber por qué, por la tendencia para que siguieran las estructuras del viejo y anquilosado sistema, que tanto se combatió y que hoy, en este 2006 reapareció de una manera notoria.
Lo real en el México de nuestros días es que las tendencias están claras. Por ejemplo, la gente del electo ya estuvo en Canadá tratando lo relacionado con el petróleo, nadie supo en qué términos ni con qué facultades lo hicieron antes de que el Lic. Calderón proteste ante el Congreso. Esto es sumamente trascendente, porque siendo el petróleo estratégico en nuestro desarrollo, es absurdo que siendo la principal fuente de ingresos y teniendo México el cuarto lugar en la exportación del vital hidrocarburo, existan 52 millones de mexicanos viviendo en la extrema pobreza y que abstractamente sean en teoría a quienes debería favorecer este hecho; sin embargo, cada vez que esto se trata, se recuerda la novela de Víctor Hugo denominada “Los miserables”.
La anterior, es el panorama de siempre, el inmodificable, el de los intereses sordos y el de las personas que dicen que después de las elecciones lo que debe hacerse es ponerse a trabajar, sin poder contestar qué es lo que pasa con los millones de seres que no tienen un trabajo digno y bien remunerado porque no ha existido ni la capacidad ni la voluntad para satisfacer esta necesidad.
Conviene pues, que las tendencias de derecha e izquierda se den cuenta que ninguna de las dos tiene supremacía y que si no se ponen de acuerdo no habrá paz, con toda seguridad. Quizás deba existir la sabiduría que nos presenta el cuerpo humano, en él, las manos izquierda y derecha tienen diferentes capacidades pero ambas son esenciales para que el organismo funcione bien. Lo anterior es lo que deben saber los líderes de la derecha y de la izquierda. Ahora, si no se entiende, el aguacero que nos espera será de pronóstico reservado.
Segundo peligro.- Debemos de saber que la televisión es una concesión que el gobierno federal otorga a los particulares. En esta elección, la presencia televisiva ha hecho que millones y millones de pesos entregados a los partidos se transfieran a los concesionarios de este servicio y no sólo eso, sino que hoy se está peleando a nivel nacional que no exista monopolio de las dos empresas que son favorecidas por dichas concesiones. Es más, un ex senador panista, en días pasados acusó por esta materia al presidente Fox, de su irresponsabilidad por no impedir que esto sucediera. Lo cierto es que las televisoras no sólo han acaparado el mercado nacional para la promoción de productos, sino se han puesto como grandes electoras en los resultados de las votaciones por la influencia manifiesta que tienen en los ánimos de los electores. Es tiempo de que se sepa que el dueño de estos derechos es el pueblo de México y el gobierno su mandatario, y que es necesario que los partidos y sus candidatos se pongan a trabajar realmente con la cara frente al pueblo, una cara real y no la virtual que es la que da la televisión.
Los millones y millones de pesos que se entregan a los concesionarios no han servido sino para aumentar considerablemente sus fortunas, pero lamentablemente han producido consecuencias tan nefastas como las que hoy vivimos en esta jornada del 2006. De plano, o se quita el anuncio político como si fuera producto comercial y se ponen a trabajar frente al pueblo los candidatos, o aparecerán los problemas que ya se sienten, de una animosidad manifiesta por la f
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