15 de diciembre de 2010

Sergio Aguayo responde a acusaciones de Carlos Salinas

Sergio Aguayo responde a acusaciones de Carlos Salinas

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Escrito por SDP Noticias
Miércoles, 15 de Diciembre de 2010 12:41

Redacción/SDP | 15 de Diciembre, 2010 - 10:26

Sergio Aguayo Quezada respondió a las acusaciones de Carlos Salinas de Gortari, quien lo tachó de operara para intereses de Estados Unidos, demostrando que esa acusación no sólo es una calumnia, sino que así lo determinó un juez. Además, denunció manipulación en el nuevo libro de Salinas y redujo al priista a "aspirante a líder social."

El investigador Sergio Aguayo Quezada respondió a las acusaciones de Carlos Salinas de Gortari, quien lo tachó en su nuevo libro de operar para intereses extranjeros, y señaló que la información en la que se basa el priista ya fue calificada como calumnia por un juez.

En su columna de hoy, titulada "Aspirante a Líder", Aguayo declara:

"En las dos páginas y media que Carlos Salinas me dedica (en su libro), hace suyas las añejas acusaciones de que estoy "vinculado con agencias extranjeras [de Estados Unidos] especializadas en operaciones de espionaje e intervención". Aparece entonces la primera gran debilidad de su texto: el autor ignora información que lo contradice. En este caso no aclara que demandé judicialmente al principal difamador y que en agosto de 2007 la Suprema Corte ratificó el fallo de un tribunal que había calificado de ilícitas 29 publicaciones, y le ordenó indemnizarme con 400 mil pesos. El difamador me solicitó un descuento de 90 por ciento. Se lo concedí, me pagó aceptando tácitamente su responsabilidad y cesaron ese tipo de calumnias (toda la información sobre el caso pulsar aquí)."

La respuesta ocurre luego de que el diario Milenio publicara extractos del libro de Salinas sin mencionar que sus acusaciones ya habían sido desmentidas por un juez.

Añade la columna respecto a las fuentes usadas por Salinas en su libro:

"Otra debilidad es que el autor no discrimina entre fuentes. En el capítulo dedicado a los intelectuales orgánicos cita a pensadores de izquierda como Antonio Gramsci y Eric Hobsbawm para luego darle valor a textos poco confiables. Recurre a Pepe Grillo, sección de chismes sin verificación documental del diario La Crónica de Hoy, para sostener la versión de que fui empleado del Centro de Investigación y Seguridad Nacional, Cisen. Nunca lo fui, pero sí investigué la dependencia cuando estaba preparando el libro, La Charola. Para no utilizar espacio en esta columna puede descargarse gratuitamente el capítulo 1 de este libro pulsando aquí, en donde explico con todo detalle cómo accedí a los archivos de la Dirección Federal de Seguridad que entonces custodiaba el Cisen."

Aguayo critica al libro de Salinas por no demostrar acusaciones y de manipular el texto a su conveniencia. Dice:

"Estamos ante un libro poco riguroso, que divaga constantemente y que omite información de manera deliberada. Eso empobrece el diagnóstico y las soluciones propuestas. Por ejemplo el ex Presidente se indigna con la "pésima calidad educativa" pero al proponer soluciones hace malabarismos para exculpar al poderosísimo sindicato magisterial. Es tan cauteloso que en ninguna parte del libro menciona a Elba Esther Gordillo, la lideresa que él puso en el cargo en 1989 y que se ha convertido en la política más poderosa de este país (a costa de la educación)."

De acuerdo con Aguayo Quezada, este tipo de omisiones y manipulaciones reducen a meras buenas intenciones su propuesta de los "ciudadanos participativos."

Al final, Aguayo caracteriza al texto de Salinas como un intento de salirse publicamente de su retiro como político y tratar de convencer a la gente que no le haga caso a los "intelectuales orgánicos". Dice:

"Carlos Salinas es un político en busca de lugar. Se rebela contra el retiro y eso se advierte en los últimos párrafos donde recuerda que cuando fue Presidente, el liberalismo social tuvo una "oportunidad como gobierno" que no pudo "institucionalizarse y consolidarse como alternativa". Exhorta entonces a la ciudadanía a tomar la bandera de ese liberalismo para librar una "lucha de posiciones, de desgaste del adversario" que incluye la confrontación con "ideas frescas a la sofisticada propaganda" de los intelectuales orgánicos que tanto detesta. Nada dice sobre el papel que jugará su partido, el PRI, en esta movilización."

Y remata Aguayo Quezada caracterizando a Salinas como un mero "aspirante" a líder social:

"En el fondo Carlos Salinas se autopropone, con discreción y modestia, como dirigente social y el libro es una dispersa disertación de 975 páginas. Ya veremos si logra convencer a un sector de la ciudadanía. Por ahora estamos ante las divagaciones y las adjetivaciones de un aspirante a líder social."

Esta sería la segunda vez que Salinas es reducido por las críticas de un académico a consecuencia de sus declaraciones. La vez anterior lo hizo Denisse Dresser, quien demostró que Salinas mentía al manipular declaraciones respecto a la crisis del final de su sexenio para tratar de auto-exonerarse.


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