27 de noviembre de 2010

CIUDAD JUAREZ: Huérfanos del narco enfrentan su drama sin ayuda profesional

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Huérfanos del narco enfrentan su drama sin ayuda profesional
Horacio Carrasco Soto
El Diario | 27-11-2010 | 00:36
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Miles de niños juarenses cuyos padres han sido asesinados en la guerra entre bandas del narcotráfico están enfrentando la pérdida de sus seres queridos sin ayuda profesional, lo que puede convertirlos en sociópatas y provocar casos de esquizofrenia, advirtió la tanatóloga Amadita viuda de Martínez.

“Los niños están enfrentando solos la pérdida de sus padres y actualmente es de lo más común, hay muchisísimos niños que no sólo están sin papás, sino que han visto cómo han matado a sus padres, ha sido espantoso”, agregó.

En esos casos se requiere que los niños reciban terapia y se conecten con la realidad, porque muchos pierden el sentido de su existencia, algunos toman una actitud como de fantasía y hacen su propio mundo, se desconectan mientras que los adultos creen que “el chico tomó bien” el suceso, informó.

Pero no ha sido así, entonces a los niños hay que atenderlos con apoyo profesional porque atraviesan por un proceso muy complicado que es peor en los casos en que han visto cómo asesinan a sus padres, expresó.

“Muchos toman una actitud tan introvertida que se retraen y eso puede causar un incremento en sus secreciones químicas cerebrales que hacen que vayan desarrollando animadversión contra la gente, es decir, son sociópatas infantiles”, dijo.

Entonces hay que ayudarlos, con mucha paciencia, porque muchos de ellos sienten que ni siquiera se toma en cuenta el inmenso dolor que padecen, agregó.

“Si a estos niños no se les hace caso se vuelven extraños en la escuela, extraños con su familia y pueden desembocar en esquizofrénicos”, informó.

Porque el paciente esquizofrénico no siempre es violento, sino que puede serlo internamente y muy autodestructivo, expresó.

Pero los amigos, igual que la fe, son una salvación y empiezan con ellos a salir de esa marisma y comienzan a ser activos, a reírse, y entonces el niño retraído sonríe y el antipático se torna servicial, dijo.

“Todo eso es positivo, pero hay que tratarlos y darles amor”, agregó.

Informó que la gente debe ser madura emocional y espiritualmente porque en estos casos de luto tienen mucho qué ver ambas cosas, y se pretende que los niños se sientan comprendidos, que se conecten con la vida y la retomen, que acepten que las cosas desgraciadamente son como son.

“Antiguamente ni siquiera se les tomaba en cuenta, pero en tanatología sí los tomamos en cuenta, porque sabemos que puede ser muy destructivo para un ser humano que no tomen en cuenta su dolor cuando fue niño y luego vamos por la vida, ya como adultos, con un niño herido por dentro”, expresó.

La especialista participó ayer como expositora en el Primer Congreso Anual de Enfermería con motivo del tercer aniversario de operaciones aquí del Hospital Star Médica.

La jornada fue dedicada a los niños porque ellos son el futuro de la ciudad y en ella se abordaron “Tópicos Selectos de Enfermería Pediátrica”.

La palabra tanatología proviene del griego “tanatos” que significa “muerte” y “logos” que es “tratado” o “manifiesto” y viene siendo la disciplina interior de cada quién para enfrentar las pérdidas en general, explicó Amadita.

“No nada más es perder la mamá, el papá o los hijos, que es dolorosísimo y es muy desgarrador, sino perder la salud, la economía, la seguridad, la belleza, la juventud, la salud y hasta la pareja en un divorcio, que son pérdidas que desgarran”, dijo.

Agregó que la tanatología conduce y orienta para que la gente pueda retomar su vida, reconectarse, coger su logoterapia en esencia, es decir, el sentido de su existencia.

Hay gente que trae duelo, sobre duelo, sobre duelo y anda la persona como olla exprés, de repente estalla por un último motivo que aparentemente es insignificante, pero no llora por eso sino por todo lo que trae acumulado en su interior, informó.

Por eso es importante que las personas se atiendan con un tanatólogo o con un psicólogo, expresó.

Pero lo más importante es que los niños enfrenten la muerte de sus seres queridos con fuerza, con cariño, con amor, pero hay que ayudar a los adultos para que primero ellos saquen la basura emocional que traen y luego traten de ayudar a los demás, en este caso a los menores, comentó.


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