1 de abril de 2014

Cumple Justicia para Nuestras Hijas doce años #Chihuahua #Feminicidios #Juarez

Cumple ”Justicia para Nuestras Hijas” doce años - Acento Veintiuno:

Martes 1ro de abril de 2014por Acento Veintiuno.
Globos blancos por la paz, rosas por las mujeres y negros por el luto que ocasiona el feminicidio y la desaparición surcaron el cielo de Chihuahua para conmemorar los 12 años de existencia de Justicia para Nuestras Hijas. "Tenemos 12 años luchando y no vamos a claudicar. Ni el odio ni el amor impulsa tanto como el dolor por la pérdida de un hijo", enfatizaron las madres de Justicia para Nuestras Hijas.
Las madres de familia desplegaron dos mantas con fotografías de mujeres víctimas de feminicidio y desaparición; recordaron con ello 12 años de injusticia, 12 años que el desierto de Chihuahua se ha regado con sangre de las mujeres y 12 años de silencio. En las instalaciones de Justicia para Nuestras Hijas se realizó el acto conmemorativo donde se informó que a la fecha van 27 feminicidios, en tanto que más de 2 mil 200 mujeres y niñas han sido privadas de su vida de 1993 a la fecha, lo que quiere decir que cada tres días matan a una mujer.
"Este es un día más de dolor y tristeza", enfatizó María del Rosario Cano Mascorro, madre de Mario Alberto Cano, quien dijo que a la fecha hay 164 mujeres desaparecidas. De acuerdo a los reportes por zona, sólo son 94; en la zona centro existen 34 reportes, en la zona norte 23, en la zona occidente otras 23 y en la zona sur suman 14. Casos de hombres hay más de mil 100, la mayoría son adultos jóvenes en edad productiva.
A Justicia para Nuestras Hijas se han acercado familias con hijos varones desaparecidos, entre ellas María del Rosario, mejor conocida como Chayito, "Nos han acogido y hemos encontrado una verdadera familia en este duelo inconcluso, porque no sabemos dónde están nuestros hijos, ¿dónde están nuestros desparecidos y desaparecidas? No queremos que haya más sangre en Chihuahua".
Mario Alberto Cano desapareció el 2 de julio de 2010 en la ciudad de Torreón, Coahuila, donde se desempeñaba como policía. Tras llegar a su hogar, del trabajo, tres sujetos lo amagaron y se lo llevaron junto con el vehículo. Por su parte, Hortensia Enríquez Nava, mama de Erika Nohemí Carrillo Enríquez desaparecida en el 2000, es una de las fundadoras de Justicia para Nuestras Hijas, quien destacó que su lucha empezó con la desaparición de Paloma, sin embargo, al paso de los años han logrado que especialistas antropólogas y forenses argentinas las ayuden en la identificación de restos, sin embargo, no han logrado ser escuchadas y apoyadas por gobierno, por lo que seguirán en la lucha para apoyar a quienes lo requieran.
"A mi hija, donde quiera que se encuentre, la extraño y la sigo buscando, la seguiré buscando hasta que Dios me dé la salud y la vida". A través de un mural fotográfico se dieron a conocer los logros, avances y retos de la institución, donde el común denominador es el feminicidio y la desaparición, dos problemas sociales que siguen presenten en Chihuahua. A un costado colocaron una pantalla donde se proyectaron las fotografías de las víctimas.
En el puente peatonal ubicado en la avenida 20 de Noviembre se desplegaron dos mantas con las fotografías de las personas desaparecidas y asesinadas, con el objetivo de que la ciudadanía pueda colaborar en caso de tener información que lleva a dar con el paradero, o bien, con los presuntos responsables. Se soltaron globos blancos en señal de la búsqueda de paz y la esperanza de encontrar a sus hijos, los negros en representación del luto que llevan en el corazón y el rosa por las mujeres y símbolo de JPNH.
En el evento conmemorativo estuvieron presentes Patricia Cervantes, mama de Neyra Azucena Cervantes; Ernestina Enríquez Fierro, mama de Adriana Sarmiento, quien desapareció el 18 de enero de 2008, fue encontrada en el 2009, fue guardada, escondida o custodiada en el Semefo de Juárez por dos años, por lo que le entregaron sus restos hasta noviembre de 2011. Además de Lorena Carrillo y María Antonieta Carrillo, esposa y cuñada de Moisés Ernesto Portillo Ordaz, quien desapareció el 28 de diciembre de 2011 en la ciudad de Cuauhtémoc; Luz Refugio Payán y Raúl Hernández, padres de Sergio y Abel Hernández Payán, quienes desaparecieron el 11 de octubre de 2011 en San Juanito.
La señora Martha Torres, madre de José Luis Torres Torres, desaparecido el 26 de marzo de 1986, es el caso más antiguo de JPNH. "Yo no sé si Dios me dará la fuerza para seguir conservando la esperanza de verlo antes de morir". La señora Carmen Venegas, mamá de Miriam Cristina, desaparecida el 4 de mayo de 2000, asesinada en 2003 y el cráneo lo guardaron en el Semefo y le fue entregado hasta el 2006. También estaba presente Rosa Elía Rodríguez, mama de Perla Chávez Rodríguez, asesinada en el 2001.
Lourdes Hernández, mamá de Pamela Leticia Portillo Hernández, quien desapareció el 25 de julio de 2010 en la avenida Pacheco y J.J. Calvo, es víctima de desaparición forzada ya que la última vez que se le vio fue en un retén. Carmen Ávila, madre de Adrián Ávila, quien desapareció en Ciudad Juárez en compañía de un amigo el 2 de octubre de 2002 y María de Jesús Jacobo, madre de Miguel Ángel Martínez, que desapareció el 8 de julio de 2012 en Santa Eulalia.
La desaparición más reciente es la de Dayana Flores Carmona, de 17 años, su madre, Yolanda Carmona, pidió la colaboración para la búsqueda y localización de la joven. Las madres de JPNH invitaron a la sociedad a unirse, que no esperen que les pase algo. "El gobierno sólo ha hecho bien su trabajo para decir que las mujeres desaparecen porque andaban en malas compañías, pero es una bandera y un escudo para no dar con los responsables y no buscarlas bien". Al terminar, una comisión de madres de JPNH se trasladó a Palacio de Gobierno a solicitar una audiencia con el gobernador del Estado, César Horacio Duarte Jáquez, misma que llevan esperando desde hace meses.
Continúan madres esperando justicia:
> Dolor, angustia, apatía y desesperanza motivaron el nacimiento de la asociación
El dolor, la angustia, la apatía, la desesperanza y la falta de justicia fueron los sentimientos que motivaron el nacimiento de la fundación Justicia para Nuestras Hijas, misma que conmemoró su 12 aniversario en espera de justicia para las mujeres víctimas de feminicidio o desaparición, así como hombres que han sido sustraídos de su hogar.
El viernes santo del año 2002, Norma Ledezma recibió los restos del cuerpo de su hija, Paloma Angélica Escobar Ledezma; ese 29 de marzo estaba sola, no había organización que pudiera ayudarla, sólo el acompañamiento de 6 familias más que habían sufrido lo mismo que ella.
"Esa noche que me fueron entregados los restos en un ataúd, como nos los entregan a todas; hice un juramento y una promesa: no iba a descansar hasta encontrar al asesino de Paloma. Se cumplen 12 años y no lo he podido cumplir, he empeño mi vida y mi tiempo a esta lucha sin resultado". Ante ello, las familias que ahora integran Justicia para Nuestras Hijas conmemoraron un año más de injusticia, pues ha desfilado familia tras familia en búsqueda de esa justicia tan lejana y legítima.
"He visto la indolencia, la indiferencia, la apatía y la corrupción de las autoridades locales, estatales, nacionales. Han pasado 3 gobernadores, procuradores -hoy fiscales- y ninguno ha dado la respuesta esperada". Norma Ledezma en esta lucha no sólo ha sido el brazo de apoyo para las madres y familias que han perdido una hija o que está desaparecida, sino que ha sido un bastión de esperanza de que las cosas puedan cambiar.
Sin duda ha empeñado su vida, pues incluso ha sido víctima de amenazas, pero eso no doblega su convicción de seguir luchando por la justicia para las mujeres. Le ha tocado vivir el dolor de decenas de familias a quienes ha acompañado cuando les entregan sus restos en Juárez, Cuauhtémoc y Chihuahua. También le ha tocado ver morir a madres quienes se han afanado en la lucha por encontrar a sus hijas y conocer la verdad, como es el caso de la madre de Rosalba Pizarro.
La directora general de Justicia para Nuestras Hijas enfatizó que parece una complicidad entre la iglesia y el estado para seguir solapando, protegiendo y permeando este tipo de delitos. "Sé que es fuerte lo que estoy diciendo, pero no he encontrado la solidaridad y el apoyo de la iglesia para esta causa, el día que sepultamos ahí están con nosotros, pero simplemente se alejan, no saben del martirio y el camino en el que continuamos las familias, he visto como nos hemos desintegrado, como nos vamos quedando solas".
Norma Ledezma agradeció a las personas y organizaciones tanto estatales como nacionales que han estado con ellas, que las han acompañado y desde su trinchera siguen luchando por la justicia para las mujeres. Finalmente, Norma dijo que los autores de estos delitos son unos criminales y tal vez unas hienas, pero es más grande la omisión de la autoridad que no ha sabido garantizar la vida de las mujeres.
(Con información del portal oem.com.mx)
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