21 de enero de 2014

Guanajuato: crónica de una resistencia inesperada contra la reforma energética

Manifestación afuera del Congreso de Guanajuato contra Reforma Energética 17 diciembre 2013Guanajuato: crónica de una resistencia inesperada - Revolución Tres Punto Cero:

REVOLUCIÓN TRESPUNTOCERO recibió la siguiente crónica de la resistencia contra la aprobación de la Reforma Energética en Guanajuato, uno de los estados con más arraigo de la derecha mexicana.

(21 de diciembre, 2013).- Todo estaba escrito ya en el guión de este teatro llamado Congreso Legislativo, hasta que ciudadanos indignados pidieron no sumar a Guanajuato en la infame lista de estados que aprobaron la Reforma Energética.

Apenas se abrieron las puertas del número 77 de la Plaza de la Paz, se pudo constatar lo esperado. En la orden del día estaba programada la discusión sobre la Reforma Energética.

Cuando el reloj pasaba de las 10 horas los primeros diputados llegaron al Congreso ante un grupo de gente que apenas levantaba consignas, mientras colocaban pancartas en el edificio. Ahí la primera ocasión en que la policía estatal ejecutó la orden de no permitir que hubiera manifestantes en la acera del recinto. Todos debían permanecer del otro lado de la calle, dijeron.

Un grupo de jóvenes de Morena intentó ingresar. Les fue negado el acceso. Entonces pidieron se abrieran las puertas del edificio público y que entraran cuantos ciudadanos quisieran atestiguar la sesión.

Ante la negativa, los jóvenes intentaron por la puerta lateral, también resguardada por personal del Congreso, quienes dijeron que tendrían que consultar para que pudieran ingresar los ciudadanos. De manera directa, jóvenes y demás manifestantes dijeron que de no permitir el ingreso de ciudadanos, no permitirían entonces ingreso de diputados.

A la distancia, legisladores veían el cúmulo de gente en el callejón y optaban por retirarse, mientras en la entrada principal sólo después de bloquear la calle por unos minutos, el diputado y secretario general de la LXII Legislatura ofreció que entraran comisiones de 5 miembros de Morena y 5 del Partido de la Revolución Democrática.

La información que circulaba es que no alcanzaban el quórum necesario dentro del Congreso, pero ya movilizaban a las Fuerzas de Seguridad Pública para tomar el control de las entradas al edificio bloqueadas por ciudadanos con los brazos entrelazados.

Entre gritos de inconformes y resguardados por los policías estatales, los diputados se metieron a un edificio contiguo al recinto legislativo en el callejón Condesa donde permanecieron encerrados con policías resguardando las puertas. La gente afuera, explicaba a los policías que el reclamo no era contra ellos, sino que la indignación no era más que contra los que se dicen representantes, que aún con una muchedumbre exigiéndoles votar contra la Reforma Energética, no se dignan ni a reconsiderar su decisión dando espacio al discernimiento y al raciocinio.

Cuando una fila de policías ya con cascos, escudos y toletes comenzó a caminar hacia el callejón en el que se encontraban los manifestantes tapando la puerta del Congreso, comenzaron a subir los ánimos, pues era más que obvio que intentarían sacar a los diputados resguardados. Una vez armadas las columnas de granaderos, abrieron la puerta donde estaban escondidos los legisladores y a empujones intentaron romper la valla en la puerta.

Durante varios minutos, los que estuvieron ahí pudieron constatar la bajeza con la que actúan los “representantes”, pues algunos de los legisladores fueron los que comenzaron a levantar los codos y golpear a los manifestantes.

Pero el hecho más deplorable que cámaras y ciudadanos ahí atestiguaron, fue cuando el diputado Jorge Espadas del PAN dio la orden de violentar y señaló a personas para que fueran separadas del resto de los manifestantes y ser ingresados al edificio legislativo a jalones.

Los legisladores decidieron atropellar y empujar sin reparo a los ciudadanos. Se lanzaron contra la multitud sin importarles si había mujeres entre la gente. Un aparente asesor de legislador fue separado de la trifulca a jalones para que no pudiera entrar, pero en su afán de seguir derribó a una señora y después sacó un gas pimienta, mismo que le arrebataron y fue usado en su contra. Pero lejos de guardar cordura, se encaró el joven que le reclamó por tirar a la señora. Luego, al momento de la sesión se burló de los opositores que sí lograron entrar.

Logrado el quórum dentro del Congreso, cumplieron el final del guión planeado. Escucharon los posicionamientos de legisladores de izquierda y votaron a favor de la Reforma con cambios a la Constitución que abre la puerta al interés extranjero. Indignados, los opositores al mayor atraco de la historia, se replegaron frente a la puerta principal del Congreso.

No previeron que una manifestación que parecía tener poca gente los rebasara de esta manera, pero prefirieron entrar a empujones que permitir una sesión pública y no atender el descontento contra la Reforma aprobada…

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