17 de diciembre de 2013

#MexicoDerrotado Bajas, las expectativas económicas para 2014

peña nieto de chofer de Slim corrupto compra f...

Bajas, las expectativas económicas para 2014:
Un desastre, el primer año del gobierno federal en materia económica. Lo peor es que ninguno de los indicadores financieros señala mejoría alguna para los próximos meses. Y es que el gobierno, y en particular el gabinete económico, tiene prioridades muy distintas a las de un obrero jefe de familia, un campesino o un recién egresado de las universidades públicas que busca trabajo. Todos los esfuerzos se concentraron en la aprobación de las contrarreformas estructurales, es decir, en garantizar que trasnacionales y políticos puedan hacer negocios. Al garete, la economía de millones de familias

SOCIOS | 16 DE DICIEMBRE DE 2013

17. diciembre, 2013 Marcos Chávez * @marcos_contra Capitales


Debemos impulsar, sin ataduras ni temores, todos los motores del crecimiento. Creo en un México con crecimiento económico sólido y sostenido. Por eso, lograr un México próspero es el cuarto eje de mi gobierno

Enrique Peña Nieto, 1 de diciembre de 2012

El balance del primer año de gobierno es un verdadero desastre para alguien que sin desdoro recargó excesivamente de empalagosas florituras su discurso de toma de posesión. A sabiendas que sus caros compromisos asumidos, los mismos consagrados en el altar de vanidades principescas de las cinco administraciones de la derecha priísta-panista precedentes, con quienes comparte los mismos principios ideológicos y políticos autoritarios y la misma fe económica neoliberal, nunca pudieron alcanzarse. Que en 5 años más es inconcebible que pueda logarse lo inalcanzado en los últimos 30 años, empleándose un programa económico idéntico y los mismos ajustes estructurales, los cuales, desde el cataclismo de diciembre de 1994, evidenciaron su inutilidad, sus límites y contradicciones irresolubles, su agotamiento. Que su avalancha de ofrecimientos no existirá más allá de la fatua retórica huera. Junto a la verborrea iniciática en el arte de la farsa política y la cábala económica de Enrique Peña Nieto, la ornamentación churrigueresca resulta recatada.
JPEG - 152.8 KB
JPEG - 137.5 KBLas circunstancias del 1 de diciembre de 2012 se prestaron para el lirismo desbordado. El retorno apoteótico del longevo partido autoritario gracias a sus irremediables y manidos artilugios fraudulentos, ingeniosamente blanqueados por las autoridades electorales y la alternancia de favores, “la colaboración del presidente Felipe Calderón, cuya disposición institucional permitió una transición ejemplar, transparente, ordenada y apegada a derecho” (Peña Nieto dixit). El ritual cortesano para el nuevo príncipe, al nostálgico viejo estilo palatino priísta, resguardado por los muros barrocos del Palacio Nacional y la intransitable muralla de los sables, plácidos aislantes del plebeyo estruendo callejero, detractor de la transparencia de la transición y la calidad legal del triunfo peñista, asediado por un novedoso actor capitalino-federal, guardián del orden y versado en el encapsulamiento, la provocación y la represión de la protesta social.

En ese escenario irresistible, era inevitable que, con “una emoción profunda”, Enrique Peña Nieto, autodenominado “presidente democrático” y supuesto respetuoso “de [la] división de poderes” (sic), anunciara en su discurso de toma de posesión cinco ejes y 13 decisiones saturados de ambiciosas promesas, entre las que destacan: impulsar todos los motores para acelerar el crecimiento y, sin descuidar la estabilidad macroeconómica, México alcance la prosperidad y se convierta en un actor con responsabilidad global; modelar un México socialmente incluyente, de clase media, combatir la pobreza, cerrar la brecha de la desigualdad que divide a los mexicanos, promover la equidad, la cohesión y la elevación de la vida de las familias mexicanas; garantizar la seguridad, la justicia y la paz para las familias.

LEER MAS
http://www.voltairenet.org/article181562.html

'via Blog this'