12 de diciembre, 2013).- La aprobación de la reforma privatizadora por parte del Senado y la Cámara de Diputados, provocó alegría en empresarios y sectores conservadores de Estados Unidos.“Es una victoria mayor para Peña Nieto en su esfuerzo por transformar la empresa petrolera Pemex”, afirmó el periódico conservador The Washington Post.
“La ambición final de la reforma es nada más y nada menos que rehacer el rostro de México”, aseguró el matutino de la capital estadunidense.
The Washington Post destacó que funcionarios sostienen que un sector energético más competitivo estimularía el crecimiento, reduciría los costos de electricidad y aceleraría el viaje de México hacia una nación más desarrollada con una amplia clase media.
Por otro lado, Gabriel Lozano, economista en jefe de JP Morgan, dijo al diario estar entusiasmado por la propuesta de ley final, más amplia que el planteamiento original de agosto pasado, (la propuesta más amplia pone en manos de compañías trasnacionales la riquísima renta petrolera de Pemex).
“Es más amigable con los inversionistas que lo que se pensaba originalmente, y ofrece contratos que son lo suficientemente flexibles para atraer a inversionistas nacionales y extranjeros”, dijo Lozano.
El diario Los Angeles Times, calificó el hecho como un “paso gigante” a la apertura radical de la industria del petróleo y gas en 75 años.
“La legislación para reformar Pemex va más allá de la propuesta por parte del Presidente de México, Enrique Peña Nieto”, resaltó el rotativo.
“Los rusos y el Medio Oriente están observando muy de cerca esto”, dijo al diario Dallas Parker, un socio de Mayer Brown, una firma de abogados que asesora a grandes empresas energéticas.
Enrique Peña Nieto, también se congratuló de esta aprobación lograda por sus testaferros del PRI en la Cámara de Diputados y sus cómplices del PAN, así como sus satélites del PVEM y el PANAL.
Dijo que lo aprobado por la Cámara baja “servirá como elemento de transformación para el país” e insistió en sus grandes mentiras: “Petróleos Mexicanos (Pemex), la Comisión Federal de Electricidad (CFE), los recursos energéticos y la renta petrolera seguirán siendo propiedad de los mexicanos”.
Declaraciones que chocan con lo celebrado por su “patrones” en el extranjero.
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