9 de septiembre de 2013

Proceso PEMEX Hacia el desplazamiento del Estado JENARO VILLAMIL

Hacia el desplazamiento del Estado
JENARO VILLAMIL
2013-09-07 16:14:52 · COMENTARIOS DESACTIVADOS
REFORMA ENERGÉTICA
Potenciado en lo político a raíz de las perversiones que supone la reforma energética impulsada por Enrique Peña Nieto, el hijo de quien nacionalizó el petróleo hace 75 años advierte: De aprobarse las modificaciones constitucionales, el Estado sufrirá un desplazamiento absoluto respecto de las áreas estratégicas del petróleo y la electricidad por parte de las mismas compañías que usufructuaban estos recursos antes de 1938. En entrevista con Proceso, Cuauhtémoc Cárdenas desentraña las ambigüedades, peligros y espejismos contenidos en el proyecto del Ejecutivo federal, y añade: es una falacia que Pemex esté quebrado. A los mexicanos, dice, aún nos queda el recurso de la consulta pública para debatir el tema con toda la sociedad.

“Esto de que Pemex está quebrado es una falacia”, sentencia el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano. El tres veces candidato presidencial de la izquierda, el hijo del general que expropió el petróleo en 1938, revive en el tema que lo ha vuelto a colocar en la escena nacional: las reformas constitucionales a los artículos 27 y 28 para abrir los hidrocarburos y la energía eléctrica a la inversión privada.

Fundador y dirigente nacional del PRD, Cárdenas es directo al criticar la iniciativa presentada por el Ejecutivo federal, Enrique Peña Nieto, ya que, afirma, implicará “un desplazamiento absoluto del Estado en las áreas estratégicas del petróleo y la electricidad”. Y agrega: “No sabemos cuáles serán las leyes secundarias ni la política petrolera global”.

Entrevistado por Proceso días después de la marcha del 31 de agosto que movilizó a más de 10 mil personas en defensa de la propiedad del petróleo, Cárdenas insiste: Si se aprueba la iniciativa peñanietista de reformas a los artículos 27 y 28 constitucionales en el Congreso, aún queda el recurso de la consulta popular, establecido en el artículo 35 constitucional.

Ese artículo, según la última reforma –en vigor desde el 9 de agosto de 2012–, establece que las consultas populares podrán ser convocadas a petición del Ejecutivo federal, por el equivalente de 33% de alguna de las cámaras del Congreso, o por 2% de los ciudadanos inscritos en la lista nominal de electores. Si la participación es, al menos, de 40% de los ciudadanos de esa lista, la consulta popular es vinculante y “se realizará el mismo día de la jornada electoral federal”.

El secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, desestimó la viabilidad de una consulta popular en estos términos con el argumento de que no hay aún ley reglamentaria a ese artículo. Sin embargo, Cárdenas dice haber consultado a varios constitucionalistas quienes le dijeron que “ningún artículo constitucional es nulo”, haya o no una ley reglamentaria.

Existe, dice, una “trampa del lenguaje” entre los promotores de la apertura de Pemex al capital privado porque la paraestatal sigue siendo competitiva.

“Hasta ahora –subraya–, las cifras que presenta el propio gobierno en el exterior nos indican que lo que hace Pemex es más barato que lo que hace Statoil en Noruega, Petrobras en Brasil o Exxon y Chevron en Estados Unidos.”

Renuente a abundar sobre el uso de la figura del general en los discursos y spots iniciales de la reforma presentada por Peña Nieto –“una equivocación en todos los sentidos”–, expone:

“El espíritu de esta reforma es contrario a lo que se hizo en 1938 porque las condiciones no son las mismas. Pemex se creó en 1938 y no tenía ni la tecnología ni la capacidad suficiente. Aun así, en la ley reglamentaria de 1940 se estableció que los contratos con privados debían privilegiar a los mexicanos. Fue un equívoco político.”

Según él, para eliminar la corrupción en Pemex no se necesita ninguna reforma constitucional donde se diga “no robarás”. Lo importante es transparentar y rendir cuentas sobre lo que sucede en la paraestatal. Cita como ejemplo el caso de Pemex Internacional y sus fideicomisos. “No sabemos nada de lo que sucede ahí”, sentencia.

Durante la entrevista en sus oficinas de la calle de Andes, Cárdenas alude al Pacto por México: “Debe ser un espacio de diálogo, porque hay que dialogar hasta con el diablo, pero no de acuerdos. (Ese mecanismo) no puede obligar a terceros, menos a instituciones formales, como el Congreso”.

Respecto a las movilizaciones recientes de los maestros de la CNTE, Cárdenas alaba “las medidas de prudencia” adoptadas por el jefe de gobierno capitalino, Miguel Ángel Mancera.

“Entiendo la irritación de la ciudadanía; es válida”, dice. “Pero también entiendo que no se puede vivir otro Tlatelolco, como en el 68”.

A los comentaristas de medios electrónicos que critican las marchas y bloqueos de los maestros, como Ciro Gómez Leyva y “a los amigos de Canal 40”, el entrevistado les recuerda cuando se manifestaron contra el chiquihuitazo a la televisora, que en ese tiempo estaba concesionada a Javier Moreno Valle.



Innecesaria reforma constitucional



–¿Qué escenarios prevé para la aprobación de la iniciativa de reforma energética? –se le pregunta.

–No sé qué vaya a suceder con la reforma del Ejecutivo, en qué términos se presentará. Entiendo que ya está en el Senado una iniciativa formal. Vamos a ver qué resulta del debate que habrá de darse. Siendo pesimista, habría que pensar que la reforma del Ejecutivo va a pasar como tal y que se reformarán en los términos propuestos tanto el 27 como el 28 constitucionales.

–¿Conoce usted las leyes secundarias?

–De las secundarias no han dicho nada. No sabemos si se puede dar alguna coincidencia en lo que estamos proponiendo en cuanto al régimen fiscal de Pemex. Puede haber coincidencias y algunas diferencias… quiero pensarlo.

–¿Con la iniciativa que usted avaló?

–Las que presentó el PRD. Hay cuestiones que si se modifican algunos cambios constitucionales, obligan a cambios en ley de obra y adquisiciones públicas, de responsabilidad hacendaria; en fin, nosotros estamos viendo que son 12 leyes las que habría que modificar, así como emitir una nueva ley sobre excedentes petroleros.

–¿Es una propuesta nueva?

–Son 12 reglamentarias que se reforman, más una nueva sobre los excedentes petroleros; cómo debe construirse un fondo y cuáles deben ser las prioridades para usar ese fondo.

–¿Usted considera que con estas leyes secundarias, sin necesidad de reformas al 27 y al 28, es viable una reforma energética?

–Totalmente. Con las reformas que propone el Ejecutivo sólo se abre la posibilidad de un desplazamiento absoluto del Estado del sector energético. Este sería totalmente desplazado, en el artículo 28, al quitarle la condición de estratégicos al petróleo y a la electricidad. Por tanto, el que Pemex sea el único operador en hidrocarburos constituiría un monopolio no permitido.

–¿Pemex se convertiría en un monopolio anticonstitucional con esta reforma del Ejecutivo federal?

–Así es; lo mismo sucedería con la CFE y las tareas que realiza.

–¿Con qué consecuencias?

–Es el 28 que rebota en el artículo 25. Éste dice que los sectores del 28 son exclusivos del Estado y dirá cuál es el órgano que maneja esos sectores y ejercerá el control y la propiedad de esos órganos. Entonces, al quitarle la condición de áreas estratégicas al petróleo y la electricidad, se pueden vender los edificios, las plataformas de Pemex, los equipos de perforación, etcétera.

–¿No es necesario que digan que van a privatizar Pemex?

–Yo digo que es el desplazamiento del Estado del sector energético, concretamente, petróleo y electricidad.

–¿El 27 no es tan grave desde su enfoque como esta reforma al 28 constitucional?

–Mire, para darle autonomía de gestión y presupuestal a Pemex para que opere como empresa productiva no hace falta reformar la Constitución, ni el 27 ni el 28. Un artículo de la ley reglamentaria del 27 en el ramo del petróleo dice que Pemex, para auxiliarse en sus actividades, podrá contratar obras y servicios. Es decir, ahí está la posibilidad. Podemos cuidar que estos contratos no estén fuera de la ley. Pemex tiene capacidad. No hay limitación legal.

–¿Lo que no hay son concesiones?

–Exacto. No hay concesiones. Casi se estaría en cuestión de contratos, en condiciones similares a la expropiación de 1938. Se puede contratar la explotación del yacimiento.

“La condición anterior al 38 eran concesiones. El régimen del petróleo no era exactamente igual, pero era casi igual al de cualquier otro mineral, porque pagaba otras regalías. Era casi igual a lo que regía en la plata, el oro o las calizas para una cementera.”

–¿Eso cambia con el Constituyente del 17?

–Los primeros pleitos son de Francisco I. Madero con los impuestos sobre el petróleo. Obregón y Calles tuvieron problemas también; luego vinieron la huelga del 37 y la expropiación del 38.

–El Ejecutivo federal dice que los contratos de utilidad compartida no son concesiones. ¿A usted le queda claro eso, ingeniero?

–Es correcto. No son concesiones, pero pueden establecerse. Vamos, el 27 quedaría estableciendo “contratos”. No habla de qué tipo de contratos. Sólo dice contratos. Usted y yo podemos poner en un contrato todo lo que queramos.

–¿Hay ambigüedad?

–Ahí hay una ambigüedad.

–¿Qué lo haría equivalente a las concesiones? ¿Una ley secundaria?

–Quizá no exactamente. Quizá un contrato o en la práctica diría que el dinero puede inclinar las decisiones o la práctica de muchas cosas. Y no quiero decir que esa sea la intención de este gobierno, lo quiero dejar claro. Pero hemos visto, para no ir muy lejos, por ejemplo, que la banca se nacionaliza, se privatiza y luego se extranjeriza. Y las utilidades de la banca mexicana están en las matrices del exterior.

Pemex es competitivo



–¿Por qué la insistencia en una reforma energética que pase por la Constitución? –se le pregunta a quien fue primer jefe de gobierno de la Ciudad de México.

–Porque lo imponen del exterior o por otras razones –dice–. En estos días hemos visto quiénes aplauden esta reforma: las grandes firmas financieras, evidentemente las grandes petroleras, que es con quienes “compite” Pemex. Cuando dicen que Pemex debe competir, ¿con quién compite? Con las grandes petroleras. ¿En qué compite Pemex? En quién perfora más barato, en quién refina, etcétera.

“Hasta ahora las cifras que presenta el propio gobierno en el exterior nos dicen que es más barato lo que hace Pemex que lo que hace Statoil de Noruega o Petrobras de Brasil, o Exxon Mobil o Chevron de Estados Unidos.

–¿Pemex es competitivo?

–Así como está, es una de las empresas que más utilidades genera antes de impuestos. Esto de que Pemex está quebrado es una falacia. El Estado mexicano no puede quebrar. Que le quiten y lo dejen sin liquidez es otra cuestión.

–¿Hay una trampa de lenguaje o de diagnóstico?

–Es de lenguaje. Pemex puede tardarse, pero no deja de pagar contratistas, no deja de pagar proveedores. Pemex puede tardarse, pero no deja de cumplir sus compromisos. Pemex paga las nóminas a su personal oportunamente. Entonces, ¿dónde está la quiebra? No es Mexicana de Aviación, evidentemente.

“Yo no soy fiscalista, ni me gustaría serlo, pero entiendo que es una contabilidad distinta. Lo cierto es que tardadito, pero paga. Y lo digo por amigos ingenieros que han trabajado en el sector.”

Cárdenas se explaya cuando argumenta el riesgo de la reforma, en especial al 28 constitucional: “Cuando dicen esto, en el artículo 28, que el petróleo y la electricidad ya no son estratégicos, ¿qué entendemos en el lenguaje común y corriente como estratégico? Algo vital, algo muy importante. Para decirlo en términos coloquiales, ¿nos quedamos sin luz y nos vale un cacahuate?

“Apagones en las fábricas y si no se produce porque no llegó la electricidad, ¿mala tarde compañero? Si no hay gasolina o se suben los precios porque la estamos importando o la dejamos de importar, ¿no importa?

“Están preocupados porque no hay gas, porque no han construido gasoductos; a pesar de que existe posibilidad de inversión privada en esta área, hay escasez. ¡Pues que construyan gasoductos!

“Cuando no se presentaba la inversión privada en algún sector importante del país, entraba la inversión pública y no pasaba nada. Podían ser sectores donde se podía compartir, inclusive, la inversión.”

–¿Es terquedad? Parece que todos los que están en contra de una reforma que pase por la Constitución son tercos, anacrónicos, según el lenguaje oficial.

–Por supuesto que no. Otro punto: como no conocemos las leyes secundarias y no hay política petrolera definida, no sabemos qué pasará. La política petrolera sólo es “produzcamos crudo para alimentar las arcas fiscales”. No hay medidas fuertes para avanzar en la transición energética. No hay política de producción petroquímica.

“Nos dicen que sólo con cambiar el 27 y el 28 (porque no nos hablan de leyes secundarias ni del programa de trabajo), en 2018 se van a producir 3 millones de barriles y en 2025 serán 3.5 millones de barriles; y nos dicen que va a haber impactos de 1 y 2% en la economía y que se van a crear 1 millón de empleos en 2018 y 2 millones en 2025.

“Estados Unidos dice que va a ser autosuficiente en hidrocarburos en 2020. Entonces, ¿a quién le vamos a vender nuestras exportaciones? Por otro lado, ya produjimos 3 millones 400 mil barriles en 2004 y no se crearon empleos. Entonces, ¿nada más por arte de magia vamos a sacar más petróleo de nuestros yacimientos y ya vamos a crear más empleos?”

–También nos dicen que van a disminuir los recibos del gas y de la electricidad.

–¿Y el LP también? Del gas natural no nos dicen nada. Y de la gasolina no nos han dicho que vaya a bajar.



“Se están guardando el secreto”



“No hay un solo ‘cómo’. No sabemos cómo se van a generar los empleos. Y la petroquímica y la inversión privada en qué sectores se van a orientar; no sabemos ni a dónde van las inversiones ni cómo van a llegar.”

–¿Por qué?

–No sé por qué razón. En todo caso se están guardando el secreto. El acceso del capital privado no es nuevo. En 1992 se cambió el sector petroquímico. Inventaron unos productos que no son petroquímica básica. En 1995, ya con Zedillo, se abrió el transporte de gas con ductos para que invirtieran los particulares. Y no invirtieron. La simple posibilidad, si no existe una política de industrialización, no atrae la inversión.

–Usted menciona estas fechas. Vayamos al periodo de 1987, cuando usted encabezó la Corriente Democrática. ¿Veía venir la apertura del sector energético?

–Con (Miguel) De la Madrid fue la privatización de Aeroméxico. ¿Qué vino después?: Sicartsa y Altos Hornos; luego Fertimex. La reprivatización de la banca, la recomposición de los grupos bancarios al gusto del gobierno del momento. Fue otra maniobra. Después se entregaron la comunicación satelital y los ferrocarriles. Y resulta que quien privatizó los ferrocarriles es gerente de Union Pacific.

–En 2008 Calderón propuso una reforma energética, pero no se atrevió a tocar la Constitución.

–No. Cuando el Senado hace una consulta, las coincidencias desde diferentes visiones técnicas y políticas (en autonomía de gestión y presupuestal de Pemex) son que ¡no se ve la necesidad de cambiar la Constitución!

“Para las reformas que van a proponer (de régimen fiscal, de cambio a la ley de obra pública) no hace falta ninguna reforma constitucional.

“Si ya se trata de desplazar al Estado es otro asunto. De desplazar al Estado para que entren otros. Si el Estado es desplazado, no es más que privatización. Y ahí lo que veo es que regresan las compañías que fueron expropiadas en el 38. Ahora están con otros nombres.”

–Usted menciona la consulta del Senado en 2008; incluso propuso una consulta. ¿De qué tipo?

–Tendría que haber un amplio debate previo con todos los sectores: académicos, empresariales, técnicos; con los trabajadores…

–¿No lo hubo?

–Públicamente no lo hubo; ni foros ni debates, como se les quiera llamar.

“Si se da la medida desafortunada de que se aprueba la reforma del Ejecutivo, lo que queda es acogerse al artículo 35 constitucional. Siguiendo el camino de la propia Constitución, aunque el secretario de Gobernación diga que no hay ley secundaria y no se puede convocar a consulta, yo he preguntado a distintos constitucionalistas y dicen que todos los artículos deben obedecerse, no hay ninguno nulo.

“Éste, en particular, es bastante explícito (el artículo 35, reformado en la Legislatura pasada). Dice que todos los ciudadanos pueden votar en las consultas populares. Para convocar a alguna consulta puede hacerlo una tercera parte de alguna de las dos cámaras o 2% de la lista nominal de electores. Tiene que ser coincidente con la elección federal. Si obtiene 40% o más, es vinculante.

“Es bastante explícito. Hay dos iniciativas ya presentadas. El decreto de reforma del 35 decía que en un año debía haber ley reglamentaria. Esto se cumplía el 9 de agosto. No tenemos ley reglamentaria, pero hay dos iniciativas –una del PRD-PAN, otra del PRD–. ¿Aquí hubo omisión del Ejecutivo o de otros partidos? Lo cierto es que sólo PAN o PRD presentaron iniciativas. A quien le toque dictaminar es donde tendría que estar la responsabilidad.”

–¿Sería una convocatoria amplia?

–Tendría que ser abierta. Hay que buscar a varias personas que puedan suscribir esa convocatoria. Habrá quienes la quieran suscribir. Algunos podemos proponer acercarnos a organizaciones que tengan afinidad, a gente amiga, ir a discutir el punto en universidades. Deben sumarse los partidos, por qué no, pero no debe ser partidista. Hay que tocar puertas a los sindicatos, a reunir los requisitos.

–Esto se fue perfilando el 31 de agosto pasado…

–Fue lo que se anunció el día 19 (de agosto) en el Monumento a la Revolución.

–¿Cómo se empata con la convocatoria de López Obrador para este domingo 8?

–No hay oposición. En la campaña de 2012 yo presenté la propuesta del Movimiento Progresista. Andrés Manuel dijo que acogía esa propuesta. Ya están las iniciativas, pero en lo esencial es la reforma que el propio López Obrador aceptó e hizo suya en la campaña.

–¿Hay coincidencia con López Obrador en la consulta?

–Yo no he visto si él está pensando en la consulta o no. En todo caso, no veo obstáculo para que se haga.

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